A decir de un nuevo informe, el Kremlin controla el aire acondicionado de las habitaciones por las que se desplaza el presidente ruso, Vladimir Putin, para evitar que se resfríe.
En los últimos meses han surgido numerosas interrogantes sobre la salud del mandatario, en particular desde fines de febrero, cuando ordenó la invasión de Ucrania.
Diversos observadores sugieren que Putin —quien se ha convertido en objeto del desprecio internacional a causa de dicho conflicto— está lidiando con varios padecimientos. Sin embargo, el Kremlin insiste en negar todos los informes referentes a una posible enfermedad.
Pese a ello, un nuevo informe de Russia Today (RT, cadena de televisión internacional financiado por el Estado ruso) afirma que el portavoz de Putin —Dmitry Peskov— reconoció que el Kremlin debe controlar el aire acondicionado en las inmediaciones del presidente, a fin de que el calor que impera en Moscú no afecte su salud.
“Regulamos cuidadosamente los acondicionadores de aire de las instalaciones para evitar corrientes de aire”, comentó Peskov, según la información de RT.
La cadena televisiva añadió que el portavoz hizo el comentario pocos días después de que repuntaran los cuestionamientos sobre la salud del Putin, quien fue visto toser durante una reunión con altos funcionarios iraníes.
A este incidente el propio mandatario trató de restarle importancia arguyendo que la tos se debió a la cercanía de un acondicionador de aire para disipar el intenso calor de Teherán, capital de Irán.
LOS PROBLEMAS DE SALUD DE PUTIN
Han corrido numerosos rumores sobre la salud del presidente ruso desde que inició la invasión de Ucrania. De hecho, la semana pasada circuló un corto de video que reactivó el debate sobre su salud, ya que las imágenes mostraban que Putin no movía uno de sus brazos.
Aunque hubo quienes especularon que la falta de movimiento podía deberse a un padecimiento, varios expertos señalaron que la inmovilidad era consecuencia de su entrenamiento en la KGB, época en la que aprendió a mantener el brazo derecho siempre listo para sacar un arma en cualquier momento.
Con todo, otros observadores también han cuestionado el estado de salud del mandatario. En Killer in the Kremlin, libro de reciente publicación, el periodista británico John Sweeney —quien cubriera durante mucho tiempo las actividades de Putin— escribe que ha notado cambios importantes en el aspecto del presidente ruso, a quien compara con “un hámster” debido al patente abultamiento de sus mejillas.
Si bien los rumores y las teorías en torno de la salud de Putin no están sustentados en evidencias, en una entrevista anterior Newsweek obtuvo declaraciones de algunos líderes de la inteligencia estadounidense, quienes afirmaron que el ruso se sometió a un tratamiento anticanceroso el pasado mes de abril.
EL KREMLIN NIEGA LAS HABLADURÍAS
Las autoridades rusas desmienten las especulaciones de que Putin esté enfermo, señalando que no hay evidencias que confirmen los rumores. Y la semana pasada, el mismo Peskov calificó dichas conjeturas de “patos”, eufemismo con que los rusos describen los chismes.
“En los últimos meses, supuestos especialistas en información ucraniana —tanto estadounidenses como británicos— se han dedicado a arrojar patos sobre el estado de salud del presidente. No son nada más que eso, patos”, reiteró Peskov.
Apenas en mayo, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, se vio obligado a negar los rumores sobre la salud de su jefe. Señaló ate los reporteros: “El presidente Vladimir Putin aparece en público todos los días. Cualquiera puede verlo en pantalla, y leer o escuchar sus discursos. Nadie, en su sano juicio, puede observar la menor señal de algún tipo de enfermedad o padecimiento”.
Newsweek envió al Kremlin una petición de comentarios adicionales, pero no obtuvo respuesta al momento de esta publicación. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek).