Un explorador urbano visitó la famosa Eastern State Penitentiary (Penitenciaría del Estado del Este), en el estado de Filadelfia, Estados Unidos, para documentar lo inquietante de la prisión que durante mucho tiempo permaneció cerrada.
La penitenciaría en ruinas a menudo se considera “embrujada” por su historia de 142 años de tortura, aislamiento, enfermedad, asesinato y locura.
El explorador capturó en fotos lo espeluznante de la prisión con sus paredes deterioradas, muebles abandonados y rotos y celdas estrechas.
“Pasé unas tres horas dentro de la Penitenciaría del Estado del Este explorando celda por celda y fotografiando todo, desde las paredes desmoronadas hasta los taburetes y camas rotos y la pintura descascarada”, dijo el explorador, quien pidió no ser identificado.
“Incluso me senté dentro de una celda durante un buen rato imaginando lo que habrían sentido los presos. Partes de la penitenciaría son increíblemente incómodas, pero la historia está en todas las paredes y pisos”.
HISTORIAS DE PENITENCIARÍA INIMAGINABLES
“Hasta las camas de acero cuentan una historia que ninguno de nosotros puede imaginar, cada celda tiene un ‘carácter’ diferente y cada una se siente diferente”, añadió el fotógrafo.
La prisión albergó a figuras notables como el jefe de la mafia de Chicago, Al Capone, y “Slick Willie” Sutton, uno de los ladrones de bancos más famosos en la historia de Estados Unidos.
Los prisioneros se enfrentaban a castigos horribles, como un baño de agua en el que los sumergían y luego colgaban de una pared hasta que se formara hielo en su piel. Y a la silla de la locura, a la que los ataban con tanta fuerza que se les cortaba la circulación.
Cuando se inauguró, en 1829, era una de las construcciones más caras de Estados Unidos. Se construyó con un diseño de rueda de carreta y resaltaba el confinamiento separado.
“Los presos en ese entonces se sentaban en su celda durante 23 horas al día”, dijo el explorador visitante.
HISTORIA EN SU MÁXIMA EXPRESIÓN
“Después de sentarte dentro de algunas celdas tomando fotografías, se siente como si cada pared en decadencia se estuviera cerrando hacia ti”, agregó.
Desde su cierre, en 1971, la penitenciaría se convirtió en un Monumento Histórico Nacional y ofrece recorridos diurnos y nocturnos.
“Desde la entrada a las celdas hasta la salida, la estructura deteriorada y en ruinas de Eastern State hace posible la exploración urbana de forma segura mientras se observa la historia en su máxima expresión”, mencionó el explorador.
“Es una pena que no haya tantos lugares como este, que se deterioran naturalmente y están abiertos al público. Aunque he explorado edificios abandonados por muchos años, nada se acercará a fotografiar la Penitenciaría del Estado del Este”.
Y concluyó: “En verdad, estar aquí adentro es el sueño de un fotógrafo”. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek).