Obispo argentino, considerado cercano al papa Francisco, fue condenado este viernes a cuatro años y seis meses de prisión por abuso sexual contra dos seminaristas. La sentencia fue emitida por un tribunal de la ciudad de Orán, que ordenó su detención inmediata.
Gustavo Oscar Zanchetta, obispo de 57 años, presente en la sala de audiencias, fue sentenciado como “autor del delito de abuso sexual simple continuado y agravado por ser cometido por un ministro de culto religioso”. El juicio comenzó hace dos semanas en la ciudad de Orán.
Los jueces de la Sala II del Tribunal, María Laura Toledo Zamora, Raúl Fernando López, y Héctor Fabián Fayos, condenaron a Gustavo Oscar Zanchetta. “Quedará detenido en la Unidad Regional 2, hasta que haya cupo en la cárcel de Orán”, señaló el juzgado argentino en un comunicado.
Además ordenaron que, una vez firme la sentencia, sea inscripto en el Banco de Datos Genéticos. El 22 de febrero pasado, el sacerdote Juan José Manzano declaró que en 2016 se desempeñaba como párroco de General Mosconi y a veces llevaba tres seminaristas de esa localidad hasta Orán.
Agregó que uno de ellos le mencionó que se sentía incómodo. “Estaba como angustiado, porque el obispo a veces los veía en paños menores, y en ocasiones les pedía que le hicieran masajes”.
El seminarista le contó que eso ocurría en algunos viajes, y sentía una especie de riesgo o de peligro para algunos de sus compañeros. Esto porque ya había un trato especial con algunos. Contó que en esa oportunidad le sugirió que hablara con su director espiritual o confesor.
Expreso que el obispo en ese tiempo había expresado su preocupación por el abandono de algunos seminaristas, a los que conocía porque fue párroco de Colonia Santa Rosa.
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El sacerdote comparó la función del anterior obispo, Colombo, con la gestión de Zanchetta respecto al manejo del seminario y dijo que fueron muy distintas.
Contó que Zanchetta, mientras se desempeñaba como obispo, tenía tendencia a abrazar por largo tiempo, y recordó que vio una situación que ocurrió en la casa parroquial de la Catedral cuando fue a saludarlo luego de una celebración. Contó que “monseñor” estaba con algunos jóvenes, como muy cargoso con uno de los chicos, ya que le hacía algunas preguntas y luego le ofreció un vaso con cerveza. Fue entonces cuando el padre Acevedo le dijo que “no se permitía las bebidas alcohólicas“. N