El cambio climático causado por el ser humano está provocando una alteración peligrosa y generalizada en la naturaleza. A su vez, constituye una amenaza cada vez más grave para el bienestar y la salud del planeta.
Además, afecta la vida de miles de millones de personas en todo el mundo, a pesar de los esfuerzos desplegados para reducir los riesgos. Las personas y los ecosistemas que tienen la menor capacidad de respuesta son los más afectados, afirmaron los científicos en el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), publicado este lunes.
“Este informe entraña una seria advertencia sobre las consecuencias de la inacción”, dijo Hoesung Lee, Presidente del IPCC.
El informe “Cambio climático 2022: Impactos, adaptación y vulnerabilidad”, fue aprobado este domingo por los 195 Estados Miembros del IPCC, en una reunión de aprobación.
“El texto demuestra que el cambio climático constituye una amenaza cada vez más grave para nuestro bienestar y la salud del planeta. Las medidas que se adopten en el presente determinarán la forma en que las personas se adaptarán y cómo la naturaleza responderá a los crecientes riesgos climáticos”.
En las próximas dos décadas, el planeta enfrentará diversos peligros climáticos inevitables con un calentamiento global de 1,5 °C (2,7 °F). Incluso si se supera temporalmente este nivel de calentamiento, se generarán impactos graves adicionales, algunos de los cuales serán irreversibles.
Se incrementarán los riesgos para la sociedad, en particular para la infraestructura y los asentamientos costeros de baja altitud.
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El aumento de olas de calor, sequías e inundaciones ya ha superado los umbrales de tolerancia de las plantas y los animales. Además ha provocado la mortalidad en masa de diversas especies, como árboles y corales.
Estos fenómenos meteorológicos extremos se producen de manera simultánea, lo cual genera impactos en cascada que resulta cada vez más difícil controlarlos.
Debido a estos fenómenos, millones de personas han quedado expuestas a una situación de inseguridad alimentaria e hídrica aguda. Los más afectados han sido África, Asia, América Central y del Sur, así como en islas pequeñas y el Ártico.
A fin de evitar una mayor pérdida de vidas, biodiversidad e infraestructura, es preciso tomar urgentemente medidas ambiciosas de adaptación al cambio climático y, a la vez, lograr reducciones rápidas y pronunciadas de las emisiones de gases de efecto invernadero.
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De acuerdo con informe, los avances en materia de adaptación son dispares, y las brechas entre las medidas adoptadas y lo que se necesita para hacer frente a los riesgos crecientes son cada vez más profundas. Estas brechas son mayores entre las poblaciones de menores ingresos.
Existen varias opciones para adaptarse a un clima cambiante. En este informe se brindan nuevas ideas sobre las posibilidades que la naturaleza ofrece para reducir los riesgos climáticos y, al mismo tiempo, mejorar la vida de las personas.
“Los ecosistemas sanos son más resilientes al cambio climático y prestan servicios indispensables para la vida, como el suministro de alimentos y agua limpia“, según Hans-Otto Pörtner, Copresidente del Grupo de Trabajo II del IPCC.
“Al restaurar los ecosistemas degradados y conservar, con eficacia y equidad, entre el 30 por ciento y el 50 por ciento de los hábitats terrestres, marinos y de agua dulce, la sociedad puede beneficiarse de la capacidad de la naturaleza para absorber y almacenar carbono. Podemos acelerar los avances en la consecución del desarrollo sostenible, pero es fundamental contar con el apoyo financiero y político adecuado”.
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Los científicos señalan que el cambio climático interactúa con distintas tendencias mundiales. Es decir, como el consumo no sostenible de los recursos naturales, la creciente urbanización, las desigualdades sociales, las pérdidas y daños provocados por los fenómenos extremos y la pandemia, lo cual pone en peligro el desarrollo futuro.
“Nuestra evaluación indica claramente que, a fin de dar respuesta a estos diferentes desafíos, es necesario que todos —los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil— colaboren para priorizar la reducción de riesgos, así como la igualdad y la justicia en la adopción de decisiones y las inversiones”, afirmó Debra Roberts, Copresidenta del Grupo de Trabajo II del IPCC. N