LA NEUROCIENCIA han permitido ver un cerebro operando en tiempo real y por eso ya se puede entender cuál es la dinámica neuroquímica que se genera cuando estamos tomando decisiones financieras, especialmente en entornos de riesgo y de incertidumbre.
Joselyn Quintero, especialista en psicología financiera y neurofinanzas, explica que, para algunas personas, el hábito de ahorrar les generará una descarga de dopamina y bienestar. Sin embargo, habrá otras que lo vivan como una pérdida.
“Todo se resume en dos áreas: el sistema de recompensa, que es el que está conectado con el sistema dopaminérgico, y el sistema de aversión a la pérdida, en el sistema límbico, que es el miedo incluso cuando se quiere invertir”, dice la asesora financiera.
Los neurocientíficos han descubierto que el cerebro no está diseñado para desaprender. Sin embargo, es posible generar nuevos circuitos neuronales que permitan la neuroeducación de las finanzas personales.
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Se trata de conceptos que deberán permear en las nuevas generaciones. Quintero explica que un niño debe relacionarse con la habilidad de contar, más que con el manejo del dinero en efectivo, que cada vez entrará más en desuso.
Por ello, la especialista recomienda que a los niños entre seis y siete años se les involucre, directa o indirectamente, con el conocimiento del presupuesto familiar. Así, los niños entenderán que hay cosas que se pueden o no comprar y podrán desarrollar la capacidad de administrar sus recursos.
“También hay que incentivar en el niño formas creativas de cómo puede generar dinero. Aunque eso es algo que a los papás les da miedo, pues tienen la sensación de que el niño dejará de estudiar porque se va a enamorar del dinero. Eso no sucede cuando entendemos que una cosa es la capacidad de generar dinero y, otra, la formación académica”, dice.
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Quintero advierte que el objetivo es que las nuevas generaciones elijan una carrera porque les guste y no porque les genere dinero. El modelo de “la formalidad académica” como garantía de éxito en la vida ya no está dado como ocurría con las anteriores generaciones.
“Hace 50 años sí era así, pero actualmente no lo es. Hoy, un niño aprende más en YouTube. Mientras que la clase por Zoom, en pandemia, es un dolor de cabeza”, dice Quintero.
“Vivimos en una generación donde a los niños se les entrena el cerebro para ser grandes consumidores y grandes gastadores”, señala. Por ello los padres no deben actuar desde la culpa y deben evitar comprar cosas innecesarias para sus hijos. “Hay que orientar a los niños en sus propios impulsos”, concluye la especialista. N