NICARAGUA puso en vigor a partir de este lunes, por primera vez en su historia, la cadena perpetua para el el feminicidio, cuando este sea cometido tras una violación, motivado por misoginia o frente a los hijos de la víctima.
La norma fue aprobada la semana pasada por el Congreso y también impone la misma pena al asesinato con agravantes como envenenamiento, asfixia, incendio, o si la víctima es una persona vulnerable.
La prisión perpetua “será aplicable únicamente a los delitos más graves en contra de la vida como el parricidio, asesinato agravado y femicidio”, explicó a la AFP el experto en derecho penal, y exdiputado José Pallais.
Con la reforma, la cadena perpetua fue incorporada al Código Penal, que antes tenía una pena máxima de 30 años de prisión, incluso para feminicidio, por lo que fue necesario cambiar además la Ley Integral contra la Violencia hacia las Mujeres.
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Según un informe de la organización no gubernamental “Católicas por el derecho a nacer”, publicado en la prensa local, “en Nicaragua se produjeron 716 feminicidios entre 2010 y 2020, un número menor en comparación a sus vecinos”.
De acuerdo con el informe, otras 115 mujeres sobrevivieron a agresiones que fueron identificadas por la organización como “feminicidios frustrados” en 2020, y al igual que en el caso de los asesinatos, la cantidad superó los 72 casos reportados en 2019, o los 76 de 2018.
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Por ahora, la prisión perpetua también aplica a asesinatos motivados por el “odio”, la “intolerancia y discriminación” por razones ideológicas, económicas, sociales, religiosas, de género, color de piel, nacionalidad, discapacidad o profesión de la víctima.
Entre marzo y junio de 2020, cuando en Nicaragua todavía no había restricciones por la pandemia, se perpetraron 17 femicidios, dio a conocer una organización de defensa de las mujeres en ese país. N