MILES de adorables focas nacieron en una playa del Reino Unido en semanas recientes, por lo que pudieron captarse imágenes asombrosas que muestran a padres y cachorros descansando en la arena.
El periodo de apareamiento de la colonia de focas que habita la parte de la costa que corre entre los poblados de Winterton-on-Sea y Waxham, en Norfolk del Este, comienza a finales de octubre de cada año, cuando las hembras que han estado embarazadas por alrededor de 11 meses se meten tierra adentro para parir, explicó a Newsweek Jane Bowden, una guarda de focas y administradora de la organización benéfica Amigos de las Focas de Horsey:
“Conforme transcurre noviembre aumenta la cantidad de focas embarazadas que llegan a la costa, junto con cientos de machos llenos de testosterona y listos para aparearse, ya que la hembra entra en celo tres semanas después de parir”, explicó Bowden.
Los nacimientos aumentan en diciembre, pero a veces se extienden más allá de finales de enero.
También lee: Los animales emplean técnicas de distracción parecidas a las de los magos
Durante el periodo de 2020-21 nacieron 2,778 cachorros, considerablemente más que en el anterior periodo de apareamiento, cuando se contaron 2,316, según Bowden.
“La colonia de focas grises del Atlántico en Horsey y Winterton está creciendo año con año y se extiende tanto al norte como al sur”, expresó. La organización benéfica calculó que hubo 2,800 focas adultas en la playa este año.
Después de que nacen los cachorros, beberán la leche grasosa de sus madres por tres semanas, lo que les permitirá ganar dos kilos de peso por día. Cuando termina el ciclo de amamantamiento, la madre deja a su cachorro para aparearse y no regresará.
El cachorro entonces debe esperar tres semanas para mudar su pelambre blanca y suave, antes de dirigirse al mar.
Las playas se cierran a los visitantes durante el periodo de cría para evitar que la gente espante a las madres, lo cual puede provocar que los cachorros mueran de hambre.
En 2019, alrededor de 139,000 visitantes acudieron en masa a las dunas de las playas de Horsey y Winterton, desde donde se les permitió ver a las focas. Unos guardas de focas voluntarios, entrenados por la organización benéfica Amigos de las Focas de Horsey, se turnan para mantener a salvo a las focas y los visitantes.
Sin embargo, este año la oportunidad de ver a las focas fue afectada por el COVID-19. Una pareja fue multada por violar las restricciones del confinamiento y viajar alrededor de 210 kilómetros para ver a las focas.
No te pierdas: Las actividades humanas están acelerando la extinción masiva de los animales
El COVID-19 también le ha dificultado a la organización benéfica el operar con normalidad. “Ha sido un año difícil para los guardas”, dijo Bowden.
“Tuvimos que suspender nuestros conteos semanales de focas en la tercera semana de diciembre, cuando las restricciones por el COVID-19 le imposibilitaron a nuestro equipo de conteo el continuar con seguridad. Así, tendremos que calcular un poco las cifras de este año”, añadió la experta.
El periodo de cría es seguido por el de muda de piel, entre mediados de febrero y principios de mayo, cuando miles de focas mudan su pelambre vieja y les crecen capas nuevas.
“La mayoría de los cachorros ya dejó las playas, pero todavía hay focas por aquí, descansando después de los esfuerzos de parir”, dijo Bowden. N
—∞—
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek