LA LLAVE de la habitación en la que murió Napoleón mientras fue prisionero de los británicos en la isla de Santa Elena fue subastada este jueves por 81,900 libras (112.000 dólares), informó la casa de remates británica Sotheby’s.
Fueron 11 los postores que participaron en la subasta de la llave de 13 centímetros de largo, que finalmente fue adjudicado por una suma 16 veces superior a la estimación inicial, que era de entre 3,000 y 5,000 libras (6,700 dólares).
El objeto de metal se encontró “en un sobre, en un baúl de una casa escocesa”, explicó en un comunicado David MacDonald, especialista de muebles británicos en Sotheby’s, antes de que se celebrara la subasta.
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“La familia que la tenía siempre supo que estaba ahí en alguna parte, pero había sido escondida”, añadió.
La llave inglesa de puerta de acero estaba acompañada de un trozo de papel inscrito con el manuscrito que dice: “llave de la habitación de Longwood, en la que murió Napoleón y que saqué de la cerradura yo mismo / CR Fox, St Helena, 6 de septiembre de 1822”.
Con otro sobre exterior inscrito en el manuscrito: “la llave de la habitación de Santa Elena, en la que murió Napoleón y en la que salí por la puerta en 1822 …” y otro trozo de papel con la inscripción: “Un trozo de papel, cerca de el lugar donde estaba la cama de Napoleón, en la que murió / St Helena 1822 CR Fox”.
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Un militar llamado Charles Richard Fox, que se encontraba en la isla de Santa Elena tras la muerte del emperador francés, en 1821, llevó a Escocia la llave para dársela a su madre, la baronesa Holland que era una “gran admiradora” del estadista y cónsul de la República francesa, hasta tal punto que le había enviado dulces y libros durante su cautiverio.
Holland lo conoció en Malmaison en 1802 y mantuvo correspondencia con él, en tanto, el ex emperador le legó una tabaquera de oro montada con un camafeo, que había sido obsequio papal con la firma del tratado de Tolentino en 1797.
La baronesa obtuvo reliquias relacionadas con él que incluían un anillo y una cruz de la Legión de Honor, un calcetín que había usado a su muerte, y una copia de la “Revisión de Edimburgo” de 1816 con sus anotaciones a lápiz. N