LA INFLUENZA y el COVID-19 son enfermedades respiratorias contagiosas, pero son provocadas por virus diferentes. El COVID-19 es causado por la infección con un nuevo coronavirus (llamado SARS-CoV-2) y la influenza es causada por la infección con los virus de la influenza, explican los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
El COVID-19 se propaga más fácilmente que la influenza y causa enfermedades más graves en ciertas personas. Además, las personas pueden tardar más en presentar síntomas y ser contagiosas por más tiempo.
Dado que algunos de los síntomas de la influenza y el COVID-19 son similares, puede ser difícil distinguir entre ambas enfermedades basándose solo en los síntomas, y podría ser necesario realizar una prueba de detección para ayudar a confirmar el diagnóstico.
SIMILITUDES
Tanto el COVID-19 como la influenza pueden tener distintos grados de signos y síntomas, que van desde la ausencia de síntomas (casos asintomáticos) a síntomas graves. Los síntomas más comunes tanto del COVID-19 como de la influenza incluyen: Fiebre o sentirse afiebrado/con escalofríos.
También se presenta la tos, dificultad para respirar (sentir que le falta el aire), fatiga (cansancio), dolor de garganta, mucosidad nasal o nariz tapada.
El dolor muscular y las molestias corporales también son signos similares. Se suma el dolor de cabeza. Algunas personas pueden tener vómitos y diarrea, aunque esto es más común en los niños que en los adultos, da a conocer los CDC.
DIFERENCIAS
En cuanto a las diferencias que se pueden identificar entre las dos enfermedades es que los virus de la influencia pueden provocar enfermedades leves a graves, incluidos los signos y síntomas más comunes mencionados antes.
El COVID-19 causa enfermedades más graves en ciertas personas. Otros signos y síntomas del COVID-19, diferentes de los de la influenza, pueden incluir cambios o pérdida del olfato o el gusto.
APARICIÓN DE SÍNTOMAS DESPUÉS DE LA INFECCIÓN
Tanto en el caso del COVID-19 como de la influenza, pueden pasar uno o más días entre que la persona se ha infectado y el momento en que comienza a manifestar síntomas de la enfermedad.
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En tanto, explican los CDC, si la persona tiene COVID-19, puede tardar más en presentar síntomas que si tuviera influenza, quienes por lo general presentan síntomas después de 1 a 4 días de haber contraído la infección.
En cuanto al COVID-19, por lo general, las personas presentan síntomas cinco días después de haber sido infectadas, pero los síntomas pueden aparecer apenas a los dos días de la infección o recién después de 14 días de la infección, y el rango de tiempo puede variar.
TIEMPO DE PROPAGACIÓN
Tanto en el caso del COVID-19 como de la influenza, es posible propagar el virus por al menos un día antes de experimentar alguno de los síntomas.
Si una persona tiene COVID-19, podría ser contagiosa por un período más prolongado que si tuviera influenza.
En el caso de la influenza, la mayoría de las personas son contagiosas por aproximadamente un día antes de presentar síntomas.
Al parecer, los niños más grandes y los adultos con influenza son más contagiosos durante los primeros 3-4 días de la enfermedad, pero muchos siguen siendo contagiosos por aproximadamente 7 días.
Los bebes y las personas con sistemas inmunitarios debilitados pueden ser contagiosos incluso por más tiempo.
En cuanto al COVID-19, aún se está investigando por cuánto tiempo una persona puede propagar el virus que causa la enfermedad.
Es posible que las personas puedan propagar el virus por aproximadamente 2 días antes de manifestar signos o síntomas, y permanecer contagiosas por al menos 10 días después de la primera aparición de los signos o síntomas.
Una persona asintomática o cuyos síntomas desaparecen puede seguir contagiando por al menos 10 días después de su resultado positivo en la prueba de detección del COVID-19, informan los CDC.
Tanto el COVID-19 como la influenza pueden propagarse de persona a persona entre personas que están en contacto cercano entre sí. Ambas enfermedades se propagan principalmente a través de las gotitas que van por el aire cuando la persona enferma (ya sea con COVID-19 o influenza) tose, estornuda o habla. Estas gotitas pueden terminar en la boca o en la nariz de quienes se encuentran cerca o posiblemente ser inhaladas y llegar a los pulmones.
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Es posible que una persona se infecte a través del contacto físico con otro ser humano (por ejemplo, al estrechar manos) o al tocar una superficie u objeto con el virus y luego tocarse la boca, la nariz o posiblemente los ojos.
Tanto el virus de la influenza como el virus que causa el COVID-19 pueden propagarse a otros individuos a través de personas que aún no presentan síntomas, a través de personas que tienen síntomas muy leves y a través de personas que nunca manifestaron síntomas (casos asintomáticos).
Empero, aunque se cree que los virus del COVID-19 y la influenza se propagan de modo similar, el COVID-19 es más contagioso entre ciertas poblaciones y grupos de edad que la influenza.
Además, se ha observado que el COVID-19 genera muchos más casos de superpropagadores que la influenza. Esto significa que el virus que causa el COVID-19 puede propagarse rápida y fácilmente a muchísimas personas y provocar la propagación continua entre las personas a medida que el tiempo avanza. N