LOS NIÑOS son abordados en línea a través de salas de chat, memes y videos virales a favor de los actos de violencia extrema contra las mujeres, y deberíamos estar mucho más preocupados de lo que estamos, señala la escritora y activista Laura Bates.
La fundadora del Proyecto Sexismo Cotidiano, iniciado en 2012 para cotejar las experiencias de sexismo de las mujeres, pasó varios meses encubierta en las más oscuras profundidades de la internet para arrojar luz sobre la “machoesfera”, una comunidad en línea compuesta por varios subgrupos, entre ellos, activistas a favor de los derechos de los hombres, artistas del ligue, incels o célibes involuntarios que culpan a las mujeres de su falta de actividad sexual, y MGTOW, siglas en inglés de “hombres que siguen su propio camino”, quienes han jurado abandonar todas las relaciones románticas con las mujeres y piensan que la sociedad ha sido destruida por el feminismo.
Lo que Bates descubrió la perturbó a tal punto que actualmente pide que la machoesfera sea considerada como una amenaza terrorista. Afirma que la sociedad subestima peligrosamente el poder y la influencia de estos grupos en línea, que con frecuencia son considerados erróneamente como una pandilla de guerreros del teclado que vomitan odio desde su recámara infantil, de la que nunca han salido.
En realidad, Bates advierte que sus filas en línea se han expandido hasta alcanzar a cientos de miles de personas en todo Estados Unidos y el Reino Unido, además de Australia y Canadá, y que han inspirado actos de violencia en la vida real. En su nuevo libro, titulado The Men Who Hate Women (Los hombres que odian a las mujeres, sin traducción al español), Bates ha relacionado más de cien muertes o lesiones graves ocurridas a mujeres en los últimos diez años con una ideología de misoginia extremista.
“Si no tomamos en serio la violencia contra las mujeres, estamos pasando por alto una enorme señal de alarma, una gran oportunidad de evitar futuros ataques terroristas”, declaró Bates a Newsweek. La mayoría de la gente habrá oído hablar del ataque en camioneta ocurrido en Toronto, dice, “pero casi nadie reconocería ese acto como un ataque terrorista motivado por una misoginia extremista”.
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El canadiense Alek Minassian, de 28 años, asesinó a diez personas al embestir a un grupo de peatones con una camioneta en Toronto. Tras ser arrestado, Minassian le dijo a la policía que estaba furioso contra las mujeres y que había planeado el ataque como venganza por años de ser rechazado. También elogió a Elliot Rodger, otro incel, que asesinó a seis personas en 2014 en un ataque múltiple realizado en California, y que actualmente es venerado en línea por los grupos misóginos.
“Para mí, ahí hay algo muy peligroso; si tenemos un movimiento de odio que hace que las personas salgan de internet y masacren a personas a nombre del extremismo o del odio, pero nadie sabe que existe, entonces no podemos afrontarlo o detenerlo”, dice Bates. “Esto va para el público en general, para los padres, para los maestros, pero también para los gobiernos y las organizaciones antiterroristas, que ni siquiera parecen tenerlos en su radar”.
ODIO A LAS MUJERES DESDE LA INFANCIA
Quizás el aspecto más estremecedor de su investigación, señala Bates, fue descubrir que este odio en línea hacia las mujeres se filtraba hacia los niños, y que chicos que apenas habían entrado en la adolescencia denunciaban el feminismo en los patios de recreo de las escuelas de todo el Reino Unido.
Antes del COVID-19, Bates visitaba dos escuelas a la semana en su trabajo para enseñar a los niños sobre la igualdad de género. Anteriormente, afirma que incluso los estudiantes que inicialmente se mostraban escépticos sobre el sexismo participaban en el debate, pero durante los últimos dos años ha habido un cambio. De repente, había niños que asistían a sus sesiones repitiendo los mismos mitos e ideas erróneas que reconoció a partir del gran número de horas que dedicó a rastrear foros en línea de odio hacia las mujeres, utilizando un alter ego encubierto llamado Alex. Algunos de esos chicos no tenían más de 12 años.
“Esas conversaciones suelen ser desafiantes, incómodas, divertidas y difíciles, hablar acerca del sexismo, del sexo, de la pornografía y de los estereotipos de género”, dice Bates. “Pienso que es realmente importante fomentar esas conversaciones y hacer preguntas difíciles, pero lo que he comenzado a notar es muy diferente a eso, es realmente una especie de adoctrinamiento”, afirma Bates.
“Me reunía con chicos que estaban realmente insensibilizados con respecto a sus compañeras de sexo femenino, que deshumanizaban completamente a sus compañeras, que veían a las mujeres prácticamente como objetos sexuales, pero que también creían realmente que existía esta conspiración feminista en el corazón del gobierno, la cual acababa con los medios de vida de los hombres caucásicos.
“Es una forma de captación de menores. Ellos repiten las mismas frases y las mismas estadísticas totalmente falsas que han escuchado en línea. En las escuelas de todo el país, de repente los chicos mencionan la estadística de que ‘90 por ciento de las acusaciones de violación son falsas’. Y a partir de ahí, ya no queda espacio para la discusión”.
Bates dice que en su investigación se muestra que los varones adolescentes están siendo “abordados de forma muy deliberada” por estos grupos en línea a través de foros de fisicoculturismo, salas de chat de estrategias de juego, cuentas de memes de Instagram y videos virales de YouTube. “No es tan simple como decir que todos esos chicos son miembros de esas comunidades”, afirma Bates. “Las comunidades actúan mucho mejor que eso, al ponerse en contacto y hallar a esos chicos, y al succionarlos a su interior”.
Existe otra capa en el odio al que los jóvenes están expuestos en línea. La relación entre la misoginia y la supremacía blanca es evidente en esos grupos y no está siendo abordada adecuadamente, dice Bates. “Cuando hablamos acerca de los incels y de ‘los derechos de los hombres’ y de grupos de la ‘machoesfera’ pasamos por alto lo inherentemente racistas que son. Los incels no solo están furiosos porque las mujeres no quieren tener sexo con ellos; están furiosos porque las mujeres tienen sexo con hombres de raza negra en lugar de con ellos. Todo está relacionado.
“El antifeminismo y la misoginia son vistos como una puerta de entrada a la supremacía blanca y al neonazismo. Los supremacistas blancos han escrito al respecto, han alentado a las personas a usar la misoginia como algo ‘fácil de vender’. Lo ven totalmente como una herramienta de reclutamiento para impulsarlos hacia el nacionalismo blanco y hablan sobre el uso de puntos culturales sensibles y memes y bromas para hacerlo. Lo describen como ‘añadir sabor cereza a la medicina de los niños’.
NIÑOS DE EXTREMA DERECHA
De 2012 a abril de 2019, 2,200 personas fueron canalizadas a una parte del programa antiterrorismo del gobierno británico denominado Channel (Canal), cuyo objetivo es detectar de manera temprana a las personas vulnerables con probabilidades de ser abordadas por esos grupos. El programa forma parte de la estrategia Prevent (Prevención), de mayor alcance. Casi la mitad de las personas adoptadas como casos de Channel en el periodo 2018-2019 fueron canalizadas por preocupaciones relacionadas con el extremismo de extrema derecha, más que las canalizadas por el extremismo islamista.
También se ha producido un notable crecimiento en el número de niños canalizados por su posible participación con la extrema derecha. En el periodo 2017-2018, 682 niños fueron canalizados a Channel por esta razón, comparados con los 131 en el periodo 2014-2015, de acuerdo con cifras del Ministerio del Interior del Reino Unido, obtenidas por Sky News. En el total del periodo 2017-2018 había 24 niños de menos de diez años.
La Iniciativa Good Lad (Buen Chico) realiza talleres en las escuelas y universidades británicas para poner en tela de juicio la masculinidad tóxica, los estereotipos de género y la “cultura de los chicos”. Su director, Dan Guinness, dice a Newsweek que, aunque el objetivo principal en el nivel básico es evitar que los hombres violen a las mujeres, los talleres pretenden descubrir los problemas subyacentes que llevan a los varones a adoptar una ideología misógina. “Con frecuencia, esos hombres se sienten inseguros de su identidad”, dice. “Existe una confusión sobre cuál será su rol en el futuro en una sociedad igualitaria, y el miedo real de que no haya lugar para ellos”.
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Los líderes de los talleres de la iniciativa, de forma muy parecida a Bates, han encontrado en las escuelas que visitan un aumento en el número de chicos que repiten citas preocupantes que han recogido en línea. Guinness dice: “Nuestros líderes en las escuelas dicen que los alumnos dejan de hablar sobre las experiencias que han vivido realmente y comienzan a repetir, prácticamente palabra por palabra, la ideología que han aprendido en un hilo de Reddit”.
En su informe de 2020 sobre el Estado del Odio, el grupo activista Hope Not Hate (Esperanza, no odio) descubrió que los grupos tradicionales de extrema derecha desaparecen poco a poco, pero “individuos más jóvenes y más peligrosos” ahora encabezan la difusión del extremismo de extrema derecha. En el informe se afirma que la violencia sexual y la misoginia “se vuelven cada vez más dominantes, especialmente entre los extremistas más jóvenes” y que “son impulsados cada vez más por personalidades y contactos directos entre participantes”. Señala que la estrategia antiterrorista del gobierno se ha vuelto anticuada y que necesita una renovación urgente.
En Estados Unidos y el Reino Unido, las estrategias antiterroristas se centran en la extrema derecha y el extremismo islámico, pero no establecen una relación con la misoginia. En los informes de ataques terroristas, la ideología misógina no suele mencionarse, aun cuando atacantes como Rodger o Minassian la hayan manifestado explícitamente. Con frecuencia, los atacantes terroristas tienen antecedentes de violencia doméstica. Esta podría ser considerada como una forma de terrorismo “cotidiano”, afirma Bates, pero se pasa por alto porque el abuso doméstico es considerado como “una parte del tejido normal de nuestro mundo”, dice.
PREVENIR LA RADICALIZACIÓN
Bates descubrió que se está haciendo “muy, muy poco” en la esfera política para abordar este problema. Solo una vez se ha acusado de terrorismo a un incel que cometió un acto de violencia o de asesinato. La policía de Canadá anunció en mayo que un ataque con machete en una sala de masajes fue considerado como un acto terrorista tras descubrir pruebas de que fue motivado por misoginia violenta. El sospechoso, cuyo nombre se omite por ser menor de edad, fue acusado inicialmente de asesinato en primer grado e intento de homicidio, pero esos cargos fueron cambiados por “asesinato por actividad terrorista”.
“Siempre que un hombre sale y masacra a mujeres en nombre del odio a estas, debe ser considerado como terrorismo y se debe perseguir legalmente como tal”, afirma Bates.
Desde la publicación de su libro, solo un miembro del equipo de prevención antirradicalización del gobierno británico se ha puesto en contacto con Bates. En contraste, un número abrumador de padres la han contactado, preocupados porque sus hijos adolescentes están siendo radicalizados por misóginos, pero han descubierto que realmente no hay ningún apoyo.
Entonces, ¿qué puede hacerse? “Prevenir la radicalización es mucho más fácil que desradicalizar una vez que ocurre”, dice Bates. “Necesitamos alentar a los jóvenes a que sospechen de las fuentes en línea, abordar de manera temprana a los jóvenes con educación relacionada con el género y los estereotipos de género, el sexismo y el extremismo, pero también reconociendo esto como lo que es. Si lo reconocemos como un ejemplo de captación de menores, si forma parte de la estrategia Prevent al igual que la extrema derecha y el extremismo islámico, los padres y maestros podrán educarse para detectar los signos adversos.
Un vocero del gobierno del Reino Unido dice a Newsweek: “No debería haber espacios seguros en línea para que los terroristas promuevan o compartan sus puntos de vista extremos, y siempre buscaremos proteger a los niños y jóvenes vulnerables que podrían ser abordados en línea por personas que difunden puntos de vista de extrema derecha o misóginos.
“Prevent continúa trabajando con distintos socios para salvaguardar a las personas vulnerables contra las ideologías extremistas, y el gobierno trabaja con empresas de tecnología, organismos de aplicación de la ley y con nuestros socios internacionales para hacer frente a la abominable explotación de las plataformas en línea por parte de terroristas”.
Desde 2010, se han retirado más de 310,000 piezas individuales de contenido terrorista canalizadas por la Unidad de Canalización Antiterrorista de la policía. Durante la pandemia de COVID-19, con una mayor actividad en línea y sentimientos de estrés y aislamiento que ponen a los niños y jóvenes en riesgo de ser explotados, el gobierno afirma que ha estado trabajando estrechamente con empresas de tecnología para garantizar que el hecho de evitar que los terroristas usen sus plataformas siga siendo prioritario.
“En términos generales, confiamos en que Facebook, Twitter, Google y Microsoft sigan centrando sus esfuerzos en hacer frente a la actividad y los contenidos terroristas”, señaló el vocero.
El gobierno pondrá en marcha una solicitud de evidencia para la nueva Estrategia sobre la Violencia Contra las Mujeres y Niñas (VAWG, por sus siglas en inglés), a publicarse a principios del próximo año. Señala que considerará la posibilidad de incluir la misoginia en la nueva estrategia y “dará la bienvenida a las aportaciones del público con respecto a este tema”. N
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek