PARA el escritor Raúl Rodríguez, el costo de vivir racionalmente fue atroz. Se propuso vivir cosechando triunfos. Cumpliendo las expectativas que creó de sí. Ser un hijo modelo. Un alumno brillante. Un empleado destacado. Todo esto lo llevó a un periodo de depresión e insomnio hasta nacer por segunda vez tras el aprendizaje que obtuvo durante la labor social que realizó en cárceles y hospitales y que relata en el libro El infierno en 12 pasos.
En esta obra, publicada por la editorial Cangrejo Editores, Rodríguez describe a “los nacidos dos veces” como un término que aprendió dentro de la labor social que realizó con reclusos, enfermos terminales, ancianos en situación de abandono, con gente en situación de calle, entre otros.
Este aprendizaje lo comprende como la capacidad que tienen las personas de sobreponerse a cualquier circunstancia solo si se lo proponen.
“Quiere decir que tú puedes enfrentar cada día tus malos hábitos o defectos de carácter y de esa manera volver a empezar para hacer las cosas de manera diferente”, describe el escritor Raúl Rodríguez en entrevista con Newsweek México.
El infierno en 12 pasos cuenta con una serie de crónicas escritas de manera novelada que describen los desafortunados encuentros que pasan los personajes, tan sórdidos y dramáticos, como las historias que Rodríguez cuenta.
Una novela negra que confronta historias de incesto, violación, prostitución carcelaria, suicidio, pederastia, las violencias que tanto se han normalizado en la sociedad mexicana. Sin embargo, a pesar de todo lo anterior, el autor también plantea la manera en que estos casos reales convierten su soledad en solitud.
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“Este concepto me gusta mucho porque también lo aplico en mí, porque de alguna manera el origen de esta novela fue una situación personal. Sufrí una situación de insomnio muy grande en algún momento de la vida y eso me llevó a la práctica de la meditación, lo que a su vez me llevó a conocer el convertir la soledad en solitud”, cuenta.
La soledad, según la concepción de Rodríguez, “es sentirte vacío aun estando acompañado y la solitud es saberte acompañar a ti mismo a pesar del entorno. Con la pandemia viene a cuento todo esto. Vemos que en el mundo entero el confinamiento está desbordando a los terapeutas, psiquiatras y psicólogos con terapias de pareja o familia porque no estamos habituados a enfrentar nuestros demonios”.
Esta, como muchas otras historias, caen en un tiempo donde la pandemia por COVID-19, que continúa causando estragos en el mundo, muestra que las personas no están habituadas a ver sus miedos y la emergencia sanitaria les ha llevado a analizarse; sin embargo, existen otro tipo de encierros, como los narra Raúl en su novela, desde una cama de hospital o una celda, por una sentencia que les llevará años y años dentro.
RESPETAR EL ANONIMATO DE LOS PROTAGONISTAS
Con una novela de género negro, Rodríguez tuvo como prioridad el respetar el anonimato de cada una de las historias que escuchó y relató.
“Sí, es con mucho respeto. Una cosa me llevó a la otra porque primero quise ubicar una crónica con mis visitas al reclusorio y los hospitales. El gurú con quien practiqué meditación durante estos meses de insomnio fue quien nos invitó a hacer, con unos amigos, esta labor”, cuenta.
El infierno en 12 pasos no es una novela autobiográfica. Sin embargo, Rodríguez explica que, como lo dijo en algún momento Jean Paul Sartre, la literatura comprometida trata de que todo escritor, autor, poeta, pintor, tiene la responsabilidad de impactar en la realidad que lo rodea a partir de su obra.
“Y eso es un poco lo que trato de hacer. Transmitir con mi novela vivencias y experiencias sin ser autobiográfico, por supuesto, pero que contiene pinceladas de lo que he logrado en lo personal”, añade.
Uno de los elementos que destaca dentro de la novela es el número 12. El autor describe que se debe a que esta cifra, 12, es considerada como “el número perfecto” porque tiene mitad, tiene tercera, tiene raíz cuadrada. Hay 12 signos zodiacales. Hay 12 colores cromáticos. Hay 12 meses del año.
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“Tiene mucha simbología que durante la historia comento y por el programa de 12 pasos de alcohólicos anónimos donde muchos de los casos que contacto cuentan con esos principios que les ayudaron mucho”, explica.
En El infierno en 12 pasos el lector encontrará “a personas rotas todas. Muchas no se lograron reconstruir y fue algo de lo que tuve mucho cuidado porque la vida no es lineal, sino que todas nuestras vidas se construyen con los grises, y de eso, hablo”.
En esta entrega, Raúl Rodríguez también habla de la recuperación y la disciplina a través de una serie de historias y vidas desde las que se vio reflejado en personas con carencias, personas que perdieron hijos e hijas; gente que fue prostituida y niños y niñas violentadas y abandonadas.
“Me da esperanza que ciudadanos de a pie —que no estamos en situaciones tan extremas— podemos inspirarnos en situaciones tan quebradas en su interior y que pudieron rescatarse a sí mismas. Es un tema de trascender problemas y ascender”, propone. N