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Mohammed Shia al-Sudani: el primer ministro que busca hacer Irak grande otra vez

Publicado el 7 de noviembre, 2025
Mohammed Shia al-Sudani: el primer ministro que busca hacer Irak grande otra vez
El líder, que asumió el cargo en 2022 tras el colapso del gobierno anterior, se prepara ahora para una nueva elección parlamentaria. (AFP)

VEINTE AÑOS DESPUÉS DE LA INVASIÓN DE ESTADOS UNIDOS, IRAK ENFRENTA OTRA ELECCIÓN DECISIVA. Entre promesas de estabilidad y tensiones regionales, el primer ministro Mohammed Shia al-Sudani apuesta por una visión ambiciosa para reconstruir su país y posicionarlo como un centro económico y político clave en Medio Oriente.

EL RENACER DE UNA CIVILIZACIÓN

El líder, que asumió el cargo en 2022 tras el colapso del gobierno anterior, se prepara ahora para una nueva elección parlamentaria. La contienda no solo decidirá su futuro político, sino el rumbo de una nación que intenta dejar atrás décadas de guerra, sanciones y ocupaciones. “Debemos prepararnos para los próximos cien años”, afirma, aludiendo al centenario de la primera Constitución iraquí de 1925.

Las grúas de construcción operan en complejos residenciales que se están construyendo en el barrio de Mansour de Bagdad el 11 de abril. (Getty)

Su coalición, llamada Reconstrucción y Desarrollo, adopta como emblema una grúa, símbolo del auge de obras públicas y de la llegada de inversión extranjera. Pero su lema más repetido es otro: “Irak primero”. Para al-Sudani, no es un eslogan político, sino una promesa de priorizar a los iraquíes tras años de inestabilidad.

“El líder de cualquier país debe poner primero los intereses de su pueblo”, sostiene el primer ministro. “Los iraquíes merecen ser los primeros en seguridad, estabilidad, desarrollo y oportunidades para los jóvenes”.

El mandatario reconoce que su consigna guarda similitudes con la estrategia “America First” del presidente Donald Trump, con quien asegura mantener una relación cercana. “Bajo la presidencia de Trump existe una verdadera oportunidad para construir una relación ideal entre Irak y Estados Unidos”, afirma. “Su visión económica y su liderazgo pueden ayudarnos a convertir a Irak en un centro de estabilidad y desarrollo para la región y el mundo”.

“La nación que mantiene las relaciones más equilibradas con ambos es Irak”, dice. “Queremos ser un punto de encuentro, no un campo de batalla”. (Getty Images)

Desde que comenzó la guerra en Gaza, al-Sudani ha buscado equilibrar sus vínculos con Washington y Teherán, dos potencias enfrentadas cuya rivalidad define buena parte del panorama de seguridad en Medio Oriente. “La nación que mantiene las relaciones más equilibradas con ambos es Irak”, dice. “Queremos ser un punto de encuentro, no un campo de batalla”.

NEUTRALIDAD ACTIVA Y PAZ REGIONAL

Tras los ataques de Hamas a Israel en 2023, varias milicias iraquíes, agrupadas bajo el nombre de Resistencia Islámica en Irak, lanzaron misiles contra tropas estadounidenses y objetivos israelíes. Cuando Estados Unidos respondió con bombardeos, al-Sudani se encontró en una posición delicada: debía contener a las milicias, muchas de ellas integradas en las fuerzas de seguridad, y al mismo tiempo condenar las violaciones a la soberanía nacional.

“Mi gobierno está comprometido a no permitir que nadie use territorio iraquí para agredir a otros países”, dice. “La decisión de paz o guerra pertenece solo al Estado”.

Su política, que describe como “neutralidad positiva”, ha evitado que Irak se vea arrastrado a un conflicto directo, incluso cuando Israel amplió su ofensiva en Líbano, Siria e Irán. “Pusimos los intereses iraquíes primero y eso nos permitió superar las amenazas”, asegura.

“Mi gobierno está comprometido a no permitir que nadie use territorio iraquí para agredir a otros países”, dice. “La decisión de paz o guerra pertenece solo al Estado”. (Newsweek)

VISIÓN 2050: UN IRAK DIGITAL Y DIVERSIFICADO

En el corazón de su proyecto se encuentra “Visión 2050”, un plan para transformar Irak en un centro de comercio, innovación y tecnología, inspirado parcialmente en la Visión 2030 de Arabia Saudita.

La estrategia se apoya en seis pilares:

  1. Desarrollo digital y uso de inteligencia artificial en el gobierno
  2. Fortalecimiento del capital humano
  3. Gobernanza equitativa entre las 19 provincias
  4. Independencia en la toma de decisiones políticas
  5. Diversificación económica más allá del petróleo
  6. Una nueva política exterior basada en la cooperación.

“Nuestro país es rico, pero no ha invertido bien su riqueza”, reconoce. Uno de sus primeros pasos fue realizar, en 2024, el primer censo nacional en casi cuatro décadas. Además, impulsa el megaproyecto del Camino del Desarrollo, un corredor que conectará el nuevo puerto de Al Faw con Europa a través de Turquía, convirtiendo a Irak en un eje logístico regional.

También apuesta por el turismo. Desde las ruinas de Babilonia hasta las ciudades santas de Nayaf y Karbala, al-Sudani busca atraer visitantes y reposicionar la imagen del país.

“Tenemos una civilización de miles de años. No solo pertenece a Irak, pertenece a toda la humanidad”, afirma. “Nuestra misión es crear las condiciones para que el mundo la redescubra”.

DE LA GUERRA A LA ESTABILIDAD

La derrota del Estado Islámico (ISIS) marcó un punto de inflexión. Hoy, según el general Tahseen al-Khafaji, del Ministerio de Defensa, los militantes activos no superan los 500 en todo el país. “Tenemos control de todo”, asegura.

El desafío ahora no es militar, sino político: lograr una participación masiva en las urnas. Las elecciones de 2021 registraron apenas 41% de participación, el nivel más bajo desde 2005.

“El verdadero reto es la asistencia”, dice Farhad Alaaldin, asesor de política exterior del primer ministro. “Muchos jóvenes no tienen ideas preconcebidas sobre el pasado ni sobre las divisiones sectarias. Ven los resultados del gobierno y deciden por sí mismos”.

El bloque de al-Sudani apuesta precisamente a esa nueva generación: millones de votantes que solo han conocido un Irak en reconstrucción, no en guerra.

El mosaico político iraquí sigue siendo complejo. Figuras veteranas como Nouri al-Maliki, Hadi al-Amiri y Ammar al-Hakim, todos chiitas y exaliados del primer ministro,ahora compiten por influencia. Mientras tanto, el influyente clérigo Muqtada al-Sadr ha llamado a boicotear las elecciones, alegando que el sistema no ha cumplido con las reformas prometidas.

En el corazón de su proyecto se encuentra “Visión 2050”, un plan para transformar Irak en un centro de comercio, innovación y tecnología, inspirado parcialmente en la Visión 2030 de Arabia Saudita. (Shawn Carrie)

En paralelo, las milicias chiitas buscan trasladar su poder militar al terreno electoral. Algunas, como Asaib Ahl al-Haq, han optado por participar en política; otras, como Kataib Hezbollah, mantienen una doble estrategia de armas y urnas.

“Una gran parte de estos grupos está inclinándose hacia la acción política, y eso es algo positivo”, dice al-Sudani. “Queremos que ejerzan su papel dentro del proceso democrático”.

UN EQUILIBRIO FRÁGIL

El mapa regional se mantiene volátil. La muerte del líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, el derrocamiento de Bashar al-Assad en Siria y la reciente “Guerra de los 12 Días” entre Irán e Israel reconfiguraron el equilibrio de poder en Medio Oriente. En Bagdad, los retratos de Qassem Soleimani y Abu Mahdi al-Muhandis, muertos en un ataque ordenado por Trump en 2020, siguen recordando que el país se encuentra en la intersección de múltiples conflictos.

Pese a ello, al-Sudani insiste en que Irak puede convertirse en mediador y modelo de estabilidad. “No queremos ser parte de ningún eje ni escenario de guerras por encargo”, afirma. “Queremos ser un punto de encuentro para el diálogo y la cooperación”.

El primer ministro sabe que su liderazgo será puesto a prueba. Sus opositores lo acusan de prometer más de lo que puede cumplir, pero él responde con resultados. “No participamos en disputas políticas; nuestra respuesta está en los hechos”, dice. “Mientras más logros tengamos, más molestamos a los demás”.

Para muchos iraquíes, la promesa de al-Sudani, de un país que recupere su orgullo histórico y su papel en el mundo, representa algo más que política. Es una posibilidad largamente esperada de “hacer grande otra vez a Irak”. N

(Con información de Tom O’Connor / Newsweeek Internacional)

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