Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland (Estados Unidos) han identificado por primera vez células madre en la región del nervio óptico, que transmite señales del ojo al cerebro.
El hallazgo, publicado en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’, presenta una nueva teoría sobre por qué la forma más común de glaucoma puede desarrollarse y proporciona nuevas formas potenciales de tratar una de las principales causas de ceguera en los adultos estadounidenses.
Te puede interesar: Células madre e impresión 3D: el futuro de los implantes esqueléticos
“Creemos que estas células, llamadas células progenitoras neurales, están presentes en el tejido del nervio óptico al nacer y permanecen durante décadas, ayudando a nutrir las fibras nerviosas que forman el nervio óptico. Sin estas células, las fibras pueden perder su resistencia al estrés y comenzar a deteriorarse, causando daños al nervio óptico, lo que puede llevar finalmente a un glaucoma”, explica el líder del estudio, Steven Bernstein.
Esta es la primera vez que se han descubierto células progenitoras neurales en el nervio óptico. Sin estas células, el nervio es incapaz de repararse a sí mismo de los daños causados por el glaucoma u otras condiciones. Esto puede llevar a una pérdida de visión permanente y a la discapacidad. La presencia de células madre/progenitoras neurales abre la puerta a nuevos tratamientos para reparar los daños en el nervio óptico.
Además lee: Un segundo paciente se cura del VIH luego de tratamiento con células madres
Para hacer el descubrimiento de la investigación, examinaron una estrecha banda de tejido llamada lámina del nervio óptico. Menos de 1 milímetro de ancho, la lámina se encuentra entre el tejido de la retina sensible a la luz en la parte posterior del ojo y el nervio óptico. Las largas fibras de células nerviosas se extienden desde la retina a través de la lámina, hasta el nervio óptico. Lo que los investigadores descubrieron es que las células progenitoras de la lámina pueden ser las responsables de aislar las fibras inmediatamente después de que salen del ojo, apoyando las conexiones entre las células nerviosas en el camino hacia el cerebro.
Las células madre en el nicho de la lámina bañan estas extensiones de neuronas con factores de crecimiento, así como ayudan en la formación de la vaina aislante. Los investigadores pudieron confirmar la presencia de estas células madre utilizando anticuerpos y animales genéticamente modificados que identificaron los marcadores de proteína específicos en las células madre neuronales.