Después de pasar casi dos décadas como miembro del Ku Klux Klan, Scott Shepherd, quien alcanzó el grado de Hechicero Imperial, puede decir de forma tajante que el grupo es “definitivamente” una organización terrorista.
No hay ley en los libros que le permita al gobierno federal señalar a un grupo extremista local como una organización terrorista, pero una petición trata de cambiar eso. Una campaña en Change.org pide que el Departamento de Estado le dé la etiqueta de “organización terrorista” al KKK y ya ha generado más 1.7 millones de firmas.
Shepherd dice que apoya la designación.
“Esto no es algo nuevo. Han sido una organización terrorista desde su origen”, dijo Shepherd a Newsweek. “Ya no son solo locales. Están en Alemania, están en Londres. Están en muchísimas secciones del mundo ahora”.
Shepherd, quien creció con un padre alcohólico en una familia disfuncional de Misisipi, se unió al KKK a una edad temprana. Para cuando cumplió 19 años, era un Gran Dragón. Su educación lo empujó hacia el Klan, ya que este le dio que él buscaba: una familia y un sentido de pertenencia.
Sin embargo, después de 20 años de membresía, su decisión de ingresar a un centro para tratar el alcoholismo y la drogadicción, para que le perdonaran unos cargos por manejar en estado de ebriedad, le ayudó a cambiar su mentalidad. Su estancia en la instalación lo expuso a gente de todas las razas, obligándolo a darse una mirada dura en el espejo. En 1994, se alejó del Klan.
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Después de convertirse en un “racista reformado”, Shepherd conoció a Daryl Davis, un músico y reconciliador racial quien ha convencido a más de 200 miembro del Klan a renunciar a sus togas. Shepherd otrora pensaba que él era un “chiflado” por lo que hacía, pero ahora el ex líder del KKK se refiere a Davis como un hermano y alguien que posiblemente “salvó mi vida”.
Dados todos los actos de violencia e intimidación que el KKK ha cometido, Davis dijo a Newsweek que es “absolutamente” una organización terrorista. El KKK ya no es una sola organización nacional con secciones, sino que se ha separado en grupos escindidos como Knights Party (partida de caballeros), Patriotic Brigade Knights (caballeros de la brigada patriótica) y Loyal White Knights (caballeros blancos leales).
“La cantidad de personas involucradas no es el problema; el problema es la mentalidad que apoyan, con las visiones de supremacía blanca”, dijo Shepherd, señalando que la gente tal vez no tenga una tarjeta de membresía pero apoya las creencias. “Eso es lo que es en verdad peligrosísimo”.
El cambio de una organización central a grupos independientes hace al KKK “más peligroso que ISIS”, en la opinión de Shepherd, porque es más difícil precisar la membresía. Si hubiera un proceso legal para señalar a grupos locales como organizaciones terroristas, Shepherd comentó que los grupos escindidos también podrían dificultar el hallar un término general que los englobe a todos.
Ir por todos los grupos de una vez quizás no sea necesario para tener un impacto, dijo Davis. Señalar al KKK como una organización terrorista e ir por uno de los grupos del Klan les da un mensaje a los otros de que podrían ser los siguientes en la lista.
Cuando Shepherd todavía era un miembro oficial, el Klan trabajaba en un cambio de imagen que, dijo él, ya se completó. Los grupos todavía usan togas y capuchas blancas, pero se han vuelto menos un lugar común. El ex líder del KKK comentó que lo “consternaron” las imágenes de los supremacistas blancos en el campus de la Universidad de Virginia en Charlottesville, Virginia, en 2017: la gente vestía sencillos pantalones caquis y camisas polo mientras canturreaban “los judíos no nos remplazarán” y la frase asociada con los nazis “sangre y suelo”.
“Entonces supe que su plan de cambiar su imagen había quedado establecido”, dijo Shepherd.
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Constitucionalmente, Shepherd reconoció que los grupos supremacistas blancos tienen el derecho a existir y protestar, pero dijo que cruzan la línea de una organización terrorista al involucrarse en violencia y asesinatos. Tanto Shepherd como Davis señalaron que el KKK ha sido violento por décadas, y la diferencia entre ahora y los años anteriores es que la gente empieza a asumir una postura más dura y lucha por un cambio.
Hubo gente blanca que participó en el Movimiento por los Derechos Civiles, pero como Davis lo señaló hoy, se unen en masa porque el video de la muerte de George Floyd los despertó a una realidad que no era la suya. Ver a un oficial blanco con su rodilla en el cuello de Floyd, un afroestadounidense, por casi nueve minutos le dio a la gente blanca un entendimiento de lo que la gente negra se ha quejado por décadas, y ahora hay una “voz colectiva de muchos colores diferentes” marchando juntos.
“Aquí es cuando en verdad se cambia la página”, dijo Davis sobre las protestas y la petición de Change.org. “A pesar de la mucha violencia y perturbación, esto es lo más grandioso que ha sucedido hasta ahora en el siglo XXI”.
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek