Ante la gran cantidad de petróleo que ya no se puede almacenar, expertos prevén que mayo será un mes aún más difícil para la economía mexicana.
Conocido ya como el “abril negro” para la industria petrolera y la economía mundial, este lunes por primera vez la cotización del precio de petróleo se registró en números negativos. Es decir, al no reducirse la producción de petróleo, los almacenes donde se depositan los barriles llegaron a tope, acción que propició que los productores pagaran para que se los llevaran, con lo que perdieron la venta del crudo.
“Nunca en la historia se había dado un precio negativo. En sentido económico suena raro un precio así. Esto servirá para que en un futuro se explique que sí se puede dar un precio negativo y las condiciones en que se puede presentar”, menciona Alejandro García, economista de la UNAM, maestro en economía por la Universidad de Madrid y otrora trabajador de la Comisión Reguladora de Energía, en el área de mercados de hidrocarburos.
García explica que estos números son señales de la crisis económica que se avecina en los siguientes meses y probablemente para el próximo año ante la crisis sanitaria por la pandemia del virus SARS-CoV2 que provoca el COVID-19, pues las empresas y fábricas están dejando de producir al mantenerse cerradas.
Lo anterior ha provocado que haya una caída en la demanda de petróleo y que las empresas que producen o que usan uno de sus derivados no estén comprando el hidrocarburo.
Pero ¿qué pasará con la industria de extracción de petróleo? De acuerdo con García, esta industria no es tan fácil de detener, es decir, no se pueden cerrar las llaves y dejar de extraer el hidrocarburo.
A cualquier otra empresa sí le es posible dejar de producir para evitar vender en números negativos, pero en la industria del petróleo esto no es posible.
“En la extracción de petróleo eso no es tan simple porque parar la producción tiene un impacto muy fuerte en cuestiones de bombeo, del producto, la forma de sacarlo, la infraestructura que se necesita. No se puede parar y reiniciar. Esto está llevando a la industria a seguir extrayendo el hidrocarburo”, señala el también analista en mercados de hidrocarburos Alejandro García.
Y agrega que, aunque sí se redujo la cantidad de petróleo extraído, no se logró reducir en su totalidad por el simple hecho de que no se puede dejar de vender.
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Ahora bien, el producto extraído también es almacenado para venderse en el futuro; sin embargo, debido a la pandemia y las ventas bajas, los almacenes ya están abarrotados.
“Los almacenes de petróleo en el mundo ya están llenos. Hay demasiado petróleo guardado, y lo que pasó es que mañana se cierran los contratos del petróleo en el mundo para el mes de mayo, entonces, hoy muchas empresas que comercializan petróleo tienen que firmar estos y tienen que decir a qué precio van a comprar y vender el hidrocarburo”, explica el experto.
De acuerdo con cifras dadas por la agencia Reuters, el futuro del crudo estadounidense cerró con precios negativos este lunes tras disminuirse el espacio para almacenar y, al mismo tiempo, desalentó a los compradores.
Además, la demanda física del crudo desapareció y se creó un exceso de oferta mundial ante los miles de millones de personas que permanecen en casa para frenar la propagación del nuevo coronavirus.
Datos de Reuters señalan que el contrato para el barril West Texas Intermediate para mayo en Estados Unidos cayó 55.90 dólares a —37.63 dólares por barril—. Y el Brent bajó 2.51, o un 8.9 por ciento, a 25.57 dólares por barril.
ALMACENES AL TOPE
Al estar los almacenes llenos y no haber demanda, lo que se busca es que haya un precio negativo en el mercado, es decir, pagar porque se lleven el “cascajo”, como lo describe el especialista, al no poder detener la producción de petróleo.
“Tengo petróleo de más y no tengo dónde ponerlo, entonces debo pagar a alguien para que se lo lleven. Esto es lo que está pasando. Se está pagando por un servicio para que se lleven el producto que no tienen dónde guardar, y el almacenamiento cuesta”, agrega.
Además del precio que costaría detener en su totalidad la producción, a los productores no les convendría parar la producción, pues tendría costos mayores a pagar porque se la lleven.
De acuerdo con datos proporcionados por Alejandro García, los almacenes que se utilizan para contener el crudo tienen capacidad para millones de barriles y cada país tiene su propio sistema de retención. En promedio, un país puede llegar a almacenar entre 10 y 15 días de consumo.
Medir el almacenamiento de un hidrocarburo depende de cuántos días de consumo se pueden almacenar, y en el caso de México, actualmente tiene unos cinco días de almacenamiento, mientras que Europa llega a tener hasta 30 días.
Con la cantidad de barriles que se tiene —cada barril tiene 159 litros—, a pesar de haberse disminuido la producción, lo que sucederá es que los costos de almacenamiento subirán por la demanda y los productores pagarán más porque les urge resguardar todo ese petróleo.
Otro de los puntos que se están considerando es el referente a los contratos de mayo y el pronóstico del freno de la actividad económica durante dicho mes, por ello nadie desea petróleo porque en mayo la producción estará detenida.
“Ahorita ya se cotizaron los contratos del petróleo para otros meses, por ejemplo, los contratos de junio ya se cotizan en 20 dólares y mayo se queda en números negativos”, señala García.
¿CÓMO AFECTA A LA ECONOMÍA MEXICANA?
En México, una de las fuentes principales de dinero es la venta de petróleo, y Petróleos Mexicanos (Pemex) será una de las empresas que se verán más afectadas, pues sus ingresos quedarán muy mermados.
De acuerdo con Alejandro García, el precio por extracción de barril es de 15 dólares, por ello, todo lo que se venda por debajo de los 15 dólares implica una pérdida para Pemex.
“Y a eso hay que agregar el problema de los bonos especulativos, que hará que el costo por endeudarse y adquirir una deuda para solventar sus gastos sea mayor. Este será el golpe más fuerte en la economía mexicana porque, al final del día, el gobierno mexicano es quien tendrá que meter más dinero a la petrolera para solventar sus gastos”, agrega.
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Por su parte, Arturo Huerta, doctor en economía por la UNAM, propone que el Estado mexicano implemente acciones para suspender el pago de la deuda externa, no sujetarse a los mercados financieros internacionales y señalar su posición dentro de un contexto de crisis mundial que está golpeando a la economía mexicana.
El académico explica que pedir la suspensión temporal de la deuda externa no quiere decir que no se pagará, al contrario, se trata de no endeudar más al país y retomar el pago cuando haya condiciones para realizarlo.
“Ahora la prioridad es salvar Pemex, la CFE y, sobre todo, tener recursos para salvar a las personas enfermas por COVID-19”, opina Huerta.
Entre las propuestas destaca el detener la producción del petróleo hasta que el precio internacional esté por arriba del costo de producción.
En cambio, Raymundo Tenorio, economista y profesor emérito del Tecnológico de Monterrey, opina que la firma de los contratos de crudo que expiran este martes no son más que los pedidos de crudo. Es decir, los países que consumen petróleo compran estos barriles y, de acuerdo con el inventario de cada consumidor, se verán reducidas las compras destinadas para el mes de mayo debido a la baja producción que continuarán teniendo los países que se mantienen en cuarentena.
Al menos en Europa, en el mes de mayo “la situación no será tan golpeante ante economías como la de Italia y Francia, que ya comenzarán a retomar actividad industrial de manera paulatina, aunque no a la velocidad que se tenía antes de la pandemia”, dice.
“En cuanto a la economía mexicana, vale la pena señalar que la gasolina no tendrá bajos precios. El ciudadano de a pie debe saber que la única empresa que tenemos para refinar petróleo es Pemex, y está quebrada”, concluye.
COBERTURAS PETROLERAS COMPENSARÁN EFECTOS ADVERSOS
En lo que va de 2020, los precios internacionales del petróleo han presentado una tendencia a la baja. La caída más significativa se tuvo este lunes, cuando el barril de crudo estadounidense terminó en -37.63 dólares por unidad. Para México esto equivale a una disminución de ingresos, la cual podrá sobrellevar gracias a las coberturas petroleras.
Este tipo de seguro se activa cuando el precio del barril es menor a lo que se tenía estimado. De esta manera, el objetivo de la contratación es cubrir el valor de las exportaciones petroleras mexicanas a un precio consistente con el determinado en la Ley de Ingresos Fiscales del año correspondiente, explica el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
Desde 2001, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público ha contratado coberturas petroleras. Ahora, ante la más reciente caída, de acuerdo con el CIEP, “estas otorgarán 150,000 millones de pesos, lo que compensará en 36 por ciento al monto total de ingresos petroleros que Hacienda prevé dejar de recaudar”.
Esto implica que “las coberturas petroleras amortiguarán el 87 por ciento de los ingresos petroleros del gobierno federal y el 36 por ciento de la caída de los ingresos petroleros totales”.
Hasta antes de 2020, las coberturas petroleras han otorgado al erario un total de 14,000 millones de dólares, de acuerdo con información del Instituto Belisario Domínguez.
El CIEP indica que, si bien, las coberturas petroleras federales compensan la caída de ingresos petroleros del gobierno federal, no compensan la caída de ingresos de Pemex.
“Pemex sigue exportando crudo de manera formal y este solo cuenta con sus propias coberturas, las cuales abarcan el 14 por ciento de la producción promedio observada en enero y febrero.
“Sin embargo, el bajo precio del barril no es la única variable que afecta los ingresos de Pemex: en enero de 2020, con un precio de exportación observado de 51.7 dólares por barril, Pemex generó ingresos por el 40 por ciento de lo que se tenía estimado con un precio de exportación de 49 dólares”.
El Centro indica que, desde 2017, Pemex también contrata sus coberturas petroleras, las cuales son independientes de las coberturas federales y representarían un ingreso para la paraestatal en caso de activarse.