La investigación del Ministerio de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación sobre los incidentes ocurridos el pasado 27 de diciembre junto a la Embajada de México en Bolivia concluye que hay “indicios” de que el suceso estuvo “deliberadamente orquestado”, si bien no hay “pruebas tangibles” para demostrarlo.
A preguntas de los diputados en la Comisión de Exteriores del Congreso, donde la ministra Arancha González Laya compareció para exponer sus prioridades, afirmó que fueron las “autoridades interinas bolivianas” quienes “cometieron diversas infracciones de la Convención de Viena”.
Como ya ha avanzado el Gobierno a los grupos parlamentarios que registraron preguntas escritas sobre el asunto, la investigación ha concluido que los diplomáticos españoles –que terminaron expulsados por Bolivia– actuaron en cumplimiento de las instrucciones que recibieron.
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Instrucciones para los diplomáticos
Esas instrucciones eran hacer una “visita de cortesía a la embajadora de México en Bolivia”, María Teresa Mercado, visita que, según ha precisado este jueves la ministra, era una “muestra de solidaridad ante el hostigamiento que estaba sufriendo” –por acoger a colaboradores del expresidente Evo Morales en la Embajada–.
Además, ha afirmado que los miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado (CFSE) que acompañaban a los diplomáticos “no violaron en ningún momento” la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas, algo que sí hicieron las autoridades interinas bolivianas.
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De hecho, sí hay pruebas de que estas autoridades “no protegieron la integridad y libre movilidad” de las personas y los vehículos con placa diplomática “ante acciones de terceros” y también de que la Administración interina “filtró fotografías y documentos de funcionarios españoles”.
La ministra ha aprovechado para pedir respeto para los policías y los diplomáticos españoles y ha pedido que no se dé pábulo a noticias falsas o interesadas que se filtraron en redes sociales en esos días.