El delegado presidencial ante la comunidad internacional y expresidente de Bolivia Jorge ‘Tuto’ Quiroga ha defendido este sábado un restablecimiento de las buenas relaciones con México y justifica la hostilidad por las “agresiones”.
Quiroga ha expresado así la buena disposición del Gobierno boliviano tras la llegada a La Paz del nuevo encargado de negocios ad ínterim de México, Edmundo Font, tras la expulsión de la embajadora María Teresa Mercado tras el incidente con diplomáticos españoles del pasado 27 de diciembre.
Para Quiroga, a Bolivia le interesa que México ayude a reconstruir la democracia en Bolivia y recuperar también la venezolana y ha argumentado que la “hostilidad” previa se debe a las agresiones al tratar a Bolivia de “pinochetista” o de tener “gobierno de facto”.
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“No agredo a países, sino respondo claro, duro y raspado a las personas”, ha afirmado al ser interrogado por sus acusaciones contra el partido Morena del presidente Mexicano, Andrés Manuel López Obrador ys sus supuestos vínculos con los gobiernos de Venezuela, Cuba, Nicaragua o al del expresidente boliviano Evo Morales.
Quiroga se ha referido también a los nueve altos cargos del Gobierno de Evo Morales refugiados en la residencia de la Embajada mexicana. “No queremos que den asilo a gente que en Bolivia es repudiada y rechazada por haber dirigido acciones de narcotráfico, represión, muertes, haber llamado a vietnamizar el país o haber hecho un fraude comprobado por la auditoría de la Organización de Estados Americanos” (OEA), ha afirmado Quiroga en una entrevista con radio Heraldo de México.
Así, ha subrayado que México es víctima de la violencia del narcotráfico al estar cerca del mercado norteamericano, pero en Sudamérica Evo Morales “es el productor más antiguo de la cocaína” por haber presidido 35 años la federación de cocaleros del Chapare y siendo presidente “era el faraón delirante”.
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Morales dimitió el 10 de noviembre después de que la Organización de Estados Americanos (OEA) detectara “irregularidades” en las elecciones presidenciales celebradas el 20 de octubre y en medio de la presión de protestas y la retirada de apoyo de Policía y Ejército.
En un primer momento Morales se instaló en México como asilado político, para después viajar a Cuba por razones médicas. Posteriormente llegó a Argentina como refugiado.
El partido de Morales, el MAS, y sus opositores han llegado a un acuerdo en el Congreso para celebrar otras elecciones presidenciales, si bien han vetado al líder indígena como candidato, por lo que se limitará a ejercer de jefe de campaña.