En todo el planeta, los parques escultóricos presentan obras (e incluso ideas) tan imponentes que son demasiado grandes para estar entre cuatro paredes.
Colocadas entre jardines extremadamente cuidados y bellezas naturales, estas maravillas creadas por los seres humanos generan una inolvidable disonancia, teniendo como fondo el lienzo de la Madre Naturaleza. El próximo día soleado, olvídate de los atestados museos y da un paseo por estas galerías al aire libre.
- Storm King Art Center
Cornwall, Nueva York
Ubicado a menos de dos horas en tren al norte de Nueva York, este parque escultórico está lleno de obras modernas que datan de la década de 1940. Mientras paseas a través del parque de más de 2 kilómetros de superficie, es fácil que te topes con elegantes esculturas de Alexander Calder, o incluso con una sorprendente canoa gigante pintada por Roy Lichtenstein.
- Parque de las Esculturas
Santiago, Chile
En 1982, cuando una inundación borró del mapa un jardín de la capital, varios artistas locales reconstruyeron el área y crearon una combinación de parque escultórico y jardín botánico. Por las noches, en el parque se presenta una instalación de luces, y en los días claros, los visitantes pueden ver la Cordillera de los Andes.
- Parque Escultórico Ekebergparken
Oslo, Noruega
El área utilizada para este parque escultórico alguna vez estuvo sembrada de minas antiaéreas alemanas de la Segunda Guerra Mundial, pero ahora está llena de rasgos modernistas y esculturas metálicas realistas que representan a seres humanos. La obra “Skyspace”, de James Turrell, una de las muchas que hay en todo el mundo, permite que la luz cambiante de la apertura del techo genere un espectáculo de colores tan deslumbrante como las auroras boreales de Noruega.
- Parque de los Monstruos
Bomarzo, Italia
Encargado por el príncipe Pier Francesco Orsini en 1552, el Parco dei Mostri (Parque de los Monstruos) es una macabra interpretación de los sufrimientos por los que Orsini tuvo que pasar tras volver de los horrores de la guerra, seguidos poco tiempo después por la muerte de su esposa. El parque representó un cambio radical con respecto a los jardines simétricos y esculpidos de la época, y generó una atmósfera extraña e inquietante en esta galería al aire libre.
- Parque del Recuerdo
Budapest, Hungría
El Parque del Recuerdo de Budapest es un cementerio de esculturas monumentales de los antiguos líderes comunistas y es, además, un irónico parque escultórico que se centra en la caída del comunismo. Una cabina telefónica te permite viajar hacia el pasado para oír las voces de Stalin y Mao, entre otros.
- Parque Escultórico Chapungu
Harare, Zimbabue
Este jardín escultórico de la capital de Zimbabue fue creado para destacar y engrandecer el trabajo de los escultores en piedra tradicionales de Zimbabue. Establecido antes de que el país lograra su independencia (era conocido antiguamente como Rodesia), el parque ahora exporta parte de la exhibición a jardines botánicos de todo el mundo, para compartir esta forma de arte tradicional zimbabuense.
- Parque Buda
Vientiane, Laos
Construidas para lucir como si hubieran sido talladas en piedra hace cientos de años, las estatuas de Buda que habitan Xieng Khuan (el Parque Buda) no fueron construidas sino hasta 1958. Las esculturas fueron creadas por un sacerdote-chamán y sus discípulos, ninguno de los cuales tenía educación como artista. Las 200 enormes estatuas se asientan en la ribera del río Mekong y condensan la cultura tailandesa y laosiana en retratos de iconos budistas e hindúes.
- Museo al Aire Libre de Hakone
Hakone, Japón
El primer museo al aire libre de Japón está compuesto de esculturas, jardines y muestras interactivas que tienen como telón de fondo la exuberante vegetación. Los niños pueden escalar el interior de cubos transparentes, y cualquiera puede descansar los pies en los baños para pies que caen gota a gota, alimentados por un manantial de aguas termales.
- Esculturas del Desierto Viviente
Broken Hill, Australia
Inaugurado en 1993, en este parque del centro de Australia se muestran 12 esculturas talladas en piedra arenisca, realizadas por artistas de Georgia, México, Siria y Australia. Al atardecer, las rocas se encienden, creando un efecto mágico y sobrecogedor que solo puede hallarse en esta que es la zona más despoblada de Australia.
—
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek