El líder del grupo yihadista Estado Islámico (EI), Abu Bakr al Bagdadi, murió presuntamente durante un ataque militar de Estados Unidos en Siria, confirmó el presidente Donald Trump en la Casa Blanca.
Trump dijo que Bagdadi, ”murió como un perro” junto con tres de sus hijos pequeños, al suicidarse con un chaleco explosivo tras verse acorralado por tropas estadunidenses.
“El mundo ahora es un lugar más seguro”, subrayó el mandatario este domingo al dar los detalles de la ofensiva militar llevada a cabo el sábado por fuerzas de Operaciones Especiales de Estados Unidos.
Relató que la redada contra el jefe y fundador del EI fue aprobada por él mismo, duró varias horas, se realizó después de dos intentos y de tenerlo bajo vigilancia por varias semanas. “Estados Unidos ha estado buscando a al-Baghdadi durante muchos años”, destacó.
Según indicó este domingo el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), que tiene una amplia red de informantes en el terreno, comandos estadounidenses fueron dejados por helicópteros en la provincia de Idlib (noroeste sirio), en una zona donde se encontraban “grupos cercanos al EI”.
La operación tenía como objetivo altos dirigentes del EI”, indicó la organización, que la sitúa cerca de la localidad de Barisha (Idlib).
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Mazlum Abdi, jefe de las Fuerzas Democráticas sirias (FDS) dominadas por los combatientes kurdos -aliadas de Washington en la lucha contra el EI-, dijo en Twitter que la operación fue el resultado de un trabajo “conjunto de información con Estados Unidos”, sin confirmar no obstante la muerte de Bagdadi.
También Turquía –que llevó a cabo una ofensiva contra los kurdos en el norte de Siria– afirmó este domingo que hubo una “coordinación” e “intercambio de información” entre Ankara y Washington antes de la operación.
Si se confirmara la operación, sería la más importante dirigida contra un alto dirigente yihadista desde la muerte, el 2 de mayo de 2011, de Osama bin Laden, el líder de Al Qaida abatido por las fuerzas especiales estadounidenses en Pakistán.
“Pánico entre la gente”
Según el OSDH, los ataques aéreos lanzados contra los yihadistas dejaron nueve muertos en Idlib. Ocho helicópteros dispararon contra una casa y un automóvil en las afueras de Baricha, precisó.
“No podemos confirmar o negar la presencia de Bagdadi”, manifestó el jefe del OSDH, Rami Abdel Rahman.
Un habitante contactado por la AFP en la zona de Barisha dijo que había oído helicópteros y luego ataques de aviones pocos minutos después de la medianoche.
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“Los aviones volaban a una altura muy baja, provocando gran pánico entre la gente”, relató a la AFP Ahmed al Hassaui, un desplazado instalado en uno de los campamentos informales cerca de Barisha.
Según él, “la operación duró al menos hasta las 03H30 de la madrugada” del domingo.
“Hay una casa destruida, tiendas de campaña y un vehículo civil dañados con dos muertos en el interior”, contó a la AFP Abdelhamid, otro habitante de Barisha.
Un corresponsal de la AFP pudo ver en las afueras de Barisha la carcasa de un minibús carbonizado, destruido por los bombardeos.
Aparición pública en 2014
Abu Bakr al Bagdadi no ha dado señales de vida desde una grabación de audio difundida en noviembre de 2016, tras el inicio de la ofensiva iraquí para retomar Mosul, en la que pidió a sus hombres que lucharan hasta convertirse en mártires.
Fue en Mosul donde el líder del EI hizo la única aparición pública de la que se tiene conocimiento, en julio de 2014, en la mezquita Al Nuri.
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Vestido de negro y con turbante, el yihadista de barba entrecana llamó entonces a todos los musulmanes a jurarle lealtad tras ser designado jefe del califato proclamado por el EI en los extensos territorios que había conquistado en Irak y en la vecina Siria.
Bagdadi, cuyo verdadero nombre es Ibrahim Awad al Badri, nació supuestamente en 1971 en una familia pobre de la región de Bagdad. Apasionado por el fútbol, fracasó en su intento de ser abogado y luego militar, y empezó a estudiar la teología.
Durante la invasión estadounidense de Irak en 2003, creó un grupúsculo yihadista sin mucho impacto, antes de ser detenido y encarcelado en la gigantesca cárcel de Bucca.
Liberado por falta de pruebas en su contra, se unió a un grupo de guerrilla sunita vinculado a Al Qaida y lo encabezó años después. Aprovechando el caos de la guerra civil, sus combatientes se instalaron en Siria en 2013 y desde allí lanzaron una ofensiva en Irak.
El grupo, que cambió su nombre por el de Estado Islámico, ocupó el lugar de Al Qaida. Sus éxitos militares iniciales y su propaganda eficaz llevaron a miles de personas a alistarse en sus filas. El EI ha reivindicado numerosos atentados sangrientos en todo el mundo.