Los científicos han desentrañado los mecanismos biológicos detrás de lo que describen como la capacidad extraordinaria y “superpoderosa” de las medusas de regenerar partes de su cuerpo.
Las medusas son animales primitivos que evolucionaron en los océanos hace alrededor de 600 millones de años. En parte, la razón de su éxito evolutivo es que algunas especies tienen la capacidad de que les vuelva a crecer un tejido que hayan perdido, una característica que es rara en el mundo animal.
Para aprender más sobre esta capacidad poco entendida, un equipo de investigadores de la Universidad de Tohoku, en Japón, investigó la biología de una especie de medusa conocida como Cladonema pacificum —la cual tiene tentáculos que se extienden como ramas de árbol— para un estudio publicado en la revista PeerJ.
“Actualmente, nuestro conocimiento de la biología es muy limitado, porque la mayoría de los estudios se ha llevado a cabo usando los llamados animales modelo, como ratones, moscas, gusanos y peces, etc. Dado que en la Tierra existen millones de especies, es importante estudiar varios animales y ampliar nuestro conocimiento”, dijo en una declaración Yuichiro Nakajima, un autor del estudio y miembro del Instituto de Investigación Frontier para Ciencias Interdisciplinarias en Tohoku.
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“Las medusas son uno de dichos animales con características biológicas interesantes”, comentó Nakajima. “Por ejemplo, tienen células urticantes, llamadas cnidoblastos, para capturar presas”.
En su investigación, los científicos de Tohoku investigaron cómo proliferaban las células en las medusas durante las diversas etapas de desarrollo. Cladonema pacificum fue un sujeto idóneo para estudiar estos procesos porque es fácil de mantener en un laboratorio y tiene una tasa de reproducción alta.
Específicamente, el equipo examinó la distribución de células proliferantes especiales —las cuales son importantes para la división celular— en el cuerpo de la medusa y cómo la ingesta de comida en el animal podía influir en su tamaño corporal, forma y capacidades regeneradoras. La división celular es un proceso que implica una célula “progenitora” produciendo dos células clones idénticas.
La investigación del equipo mostró que durante la llamada fase de “medusa” en el ciclo de vida de este animal, estas células se distribuían en el cuerpo del animal en patrones diferentes.
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La fase de medusa es la etapa en el desarrollo de este animal que tal vez nos sea más familiar, porque usualmente es en esta cuando va nadando por ahí y tiene tentáculos que cuelgan del cuerpo principal con forma de sombrilla. Durante esta fase, las medusas macho y hembra se aparean.
En su estudio, el equipo de Tohoku notó que las células proliferantes en medusas C. pacificum estaban distribuidas uniformemente en el cuerpo con forma de sombrilla, mientras que en los tentáculos estaban reunidas en grupos distintos.
Cuando los investigadores le quitaron el alimento a la medusa o impidieron que ocurriese la proliferación de células usando una sustancia especial, hallaron que los animales crecían a un tamaño menor. Aun más, esto también provocaba defectos en cómo se ramificaban los tentáculos durante el desarrollo, así como problemas en la regeneración.
Estos resultados indican que las células proliferantes son la clave para determinar el tamaño del cuerpo, la forma de los tentáculos y las capacidades regeneradoras de las medusas durante su fase sexual, según los investigadores.
“Actualmente, tratamos de entender los mecanismos moleculares del desarrollo y regeneración de Cladonema”, dijo en una declaración Sosuke Fujita, otro autor del estudio. “Con base en la investigación, el control molecular de la proliferación celular es la clave para descifrar el crecimiento y regeneración de las medusas”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek