Las tres hermanas rusas que asesinaron a su padre en 2018, porque abusaba sexual y psicológicamente de ellas, fueron reconocidas como víctimas lo que podría dar un giro al caso.
Las hermanas Krestina, Anguelina y María Jachaturián han llamado la atención de activistas y la opinión pública rusa desde que el pasado 27 de julio fueron detenidas y se confesaron culpables por el asesinato de su padre.
Las jóvenes que en ese momento tenían 19, 18 y 17 años respectivamente, relataron que su padre, el empresario ruso Mijañíl Jachaturián de 57 años, las golpeaba “prácticamente todos los días”, les rociaba gas pimienta en la cara, disparaba una pistola de aire comprimido y abusaba sexualmente de ellas.
Después de que Krestina intentara suicidarse en 2016, las tres se convencieron de que “si no actuaban, una de ellas moriría”, dijo su abogado Alexei Liptser a AFP en junio pasado. Las autoridades rusas encontraron el cuerpo de Mijañíl con más de treinta cuchilladas; las hermanas lo habrían atacado mientras dormía con un martillo y un cuchillo en la cabeza y otras partes del cuerpo.
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Las hermanas se enfrentan a penas de hasta 20 años de cárcel acusadas de asesinato premeditado. Pero desde el inicio del caso, su abogado defiende que actuaron en legítima defensa, como también lo hacen asociaciones de protección de los derechos de las mujeres, que militan porque las jóvenes sean asistidas psicológicamente, en lugar de encarceladas.
De acuerdo con Liptser vecinos y familiares avisaron a la policía sobre los maltratos ejercidos contra las jóvenes, pero no se tomó el caso en serio, algo habitual en Rusia, donde, según Liptser, Mijaíl Jachaturian tenía contactos en las fuerzas de seguridad.
El caso de las hermanas Jachaturian despertó una ola de indignación en Rusia, donde algunas formas de violencia en el círculo familiar fueron despenalizadas en 2017.
“Las chicas vivían un infierno. Salvaron la vida porque sabían que nadie podía ayudarlas: ni la policía, ni los vecinos, ni sus profesores”, indicó a la AFP Anna Rivina, directora de un centro de ayuda jurídica para víctimas de violencia conyugal.
“El Estado no reconoce la violencia doméstica contra las mujeres y no existe ningún mecanismo jurídico para protegerlas”, agregó.
Una petición en Change.org a favor de que las hermanas sean absueltas ha registrado más de 300 mil firmas.
Aliona Popova, activista destacada en Rusia por los derechos de las mujeres, consideró que si las jóvenes fueran declaradas culpables, esto podría tener consecuencias “catastróficas”.
“Habrá más muertos”, advirtió, afirmando que el fallo servirá para ver si “el Estado apoya a los agresores o a sus víctimas” y que sentará precedente para otros casos.
Ahora que el Comité de Investigaciones de Rusia reconoció oficialmente que las hermanas fueron víctimas de tortura, podrían ser absueltas.
Con información de El País