Un grupo de científicos ha logrado separar a los espermatozoides que portan el cromosoma X de aquellos que portan el Y en un estudio que, en un futuro, tendrá implicaciones “colosales” en la elección del sexo de distintos animales, entre ellos, los seres humanos.
Los espermatozoides portan un cromosoma X o Y, lo que contribuye a determinar el sexo de las crías de la mayoría de los mamíferos. En general, los espermatozoides portadores de los cromosomas X y Y se encuentran en el semen en una proporción aproximadamente igual, lo cual explica por qué, por ejemplo, la población humana, está compuesta de cantidades más o menos equivalentes de hombres y mujeres.
Sin embargo, ya que los espermatozoides portadores de los cromosomas X y Y comparten las mismas proteínas con el objetivo de que el feto pueda desarrollarse normalmente, no existen marcadores conocidos que los diferencien entre sí. Durante años, los científicos han tratado de encontrar una forma de distinguir estas células reproductivas en distintas especies, ya que esto ayudaría a seleccionar el sexo de los animales de granja y de los seres humanos, pero no han tenido éxito.
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Ahora, los autores de un artículo publicado en la revista PLOS Biology afirman haber encontrado marcadores que muestran si un espermatozoide es portador del cromosoma X o Y en ratones. Los científicos encontraron una proteína del cromosoma X en los espermatoziodes portadores de ese cromosoma, y la utilizaron para distinguirlos de los portadores del cromosoma Y. Utilizaron su técnica para crear camadas compuestas principalmente por individuos de un solo sexo.
El profesor Masayuki Shimada, de la Universidad de Hiroshima y coautor del estudio, informó a Newsweek sobre un posible uso de su investigación. “En las granjas de la industria láctea, el valor de las reses hembras es mucho mayor que el de los machos, debido a que las primeras son las únicas que producen leche. En el caso de la producción de carne, la velocidad de crecimiento es mucho mayor en los machos castrados que en las hembras. En este caso, el valor de los terneros machos es más alto que el de las hembras”.
Varios expertos que no trabajaron en la investigación se mostraron emocionados por los hallazgos, pero hicieron énfasis en que éstos tenían que ser replicados en otras especies antes de considerarse útiles.
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Peter Ellis, catedrático de Genética Molecular y Reproducción de la Universidad de Kent, declaró a Newsweek: “Si este estudio puede replicarse, y en particular, si resulta aplicable en otras especies además de los ratones, entonces las implicaciones serían colosales para la inseminación artificial/reproducción asistida de animales y humanos”.
Se preguntó por qué los investigadores no replicaron su trabajo en otras especies, pero añadió: “¡Pero no creo que pase mucho tiempo antes de que alguien lo haga!”
Este trabajo abre la posibilidad de elegir el sexo del producto, pero enfatizó que “actualmente, esto no es más que una conjetura y aún tiene que ser probado”.
David Elliott, catedrático de genética de la Universidad de Newcastle, quien no participó en el estudio, declaró a Newsweek: “Este estudio nos permite comprender mejor la composición de los espermatozoides. Se pensaba que, durante la meiosis, que es el tipo de división celular realizado por los espermatozoides, el cromosoma X se ‘desactivaba’, y que sus genes eran reemplazados por genes especiales de otros cromosomas, y que estos otros genes se compartirían entre los espermatozoides portadores de los cromosomas X y Y. En las últimas etapas de la producción de los espermatozoides, muchos genes se desactivan, debido a que la cabeza del espermatozoide se miniaturiza. Este estudio indica que, a pesar de esto, el cromosoma X puede arreglárselas para generar un tipo un distinto de espermatozoide”.
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A Elliott le sorprendió que “los dos conjuntos de espermatozoides fuesen tan distintos desde el punto de vista bioquímico, ya que se desarrollan unidos tan estrechamente”.
“Si los espermatozoides humanos portadores de los cromosomas X y Y tienen diferencias similares, entonces, en teoría, también podrían ser separados en forma similar. Sin embargo, los receptores del espermatozoide suelen ser distintos entre las diferentes especies, así que no es un hecho que esto funcionaría, y habría muchas importantes cuestiones éticas y de seguridad antes de que se realice cualquier aplicación en seres humanos”.
James Turner, que dirige el laboratorio de Biología del Cromosoma Sexual del Instituto Francis Crick, declaró a Newsweek: “El descubrimiento de la proteína que marca únicamente a los espermatozoides portadores del cromosoma X es realmente sorprendente, por lo que la principal prioridad será reproducir este hallazgo y comprender por qué esta proteína resulta ser la excepción a la regla”.
Charlotte Douglas, estudiante de licenciatura del laboratorio de Biología del Cromosoma Sexual del Instituto Francis Crick, dijo a Newsweek que los métodos existentes para clasificar los espermatozoides de bovinos son más eficientes.
“Además, sería necesario realizar una amplia valoración de la fertilidad/viabilidad de las crías generadas tras la inhibición química de los espermatozoides, particularmente en las especies agrícolas”, señaló.
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek