Las microdosis de psicodélicos como el LSD y los hongos alucinógenos podrían mejorar el ánimo y la concentración, pero también provocan problemas psicológicos. Estos son los hallazgos de un estudio nuevo, aunque los científicos advierten que se necesita de más investigación para demostrar los beneficios de la práctica.
El enfoque implica tomar una substancia psicodélica, como el LSD o la psilocibina de los hongos alucinógenos, en niveles que no produzcan alucinaciones y aun así permitan que una persona funcione con normalidad.
Los reportes mediáticos en años recientes han afirmado que las microdosis están creciendo en popularidad, con sus devotos afirmando que les ayudan a equilibrar sus ánimos. Por ejemplo, la escritora Ayelet Waldman afirmó en su libro A Really Good Day que tomar cantidades ínfimas de LSD cambió su ánimo y salvó su matrimonio.
Este interés se da en medio de lo que se conoce como el renacimiento psicodélico, en el que investigadores de todo el mundo investigan los beneficios potenciales de usar drogas psicodélicas en ambientes médicos controlados para tratar trastornos mentales como la depresión, la ansiedad y el estrés postraumático. Las drogas bajo los reflectores incluyen el LSD y los hongos alucinógenos, así como la MDMA, la ayahuasca y la ibogaína del peyote. Los científicos también investigan el uso de ketamina, la cual es más un anestésico que un alucinógeno.
Lee: Hongos alucinógenos: Cómo usarlos, sus efectos y beneficios
Pero la evidencia científica para apoyar las afirmaciones de que las microdosis son útiles es mínima, según los autores del estudio publicado en Harm Reduction Journal. Un equipo diferente, que publicó su trabajo en Journal of Psychopharmacology, casi una semana después, el 15 de julio, halló de manera similar que la evidencia para apoyar las microdosis es poco consistente.
Los investigadores detrás del estudio en Harm Reduction Journal reclutaron a 278 participantes quienes dijeron que tomaban microdosis de LSD, hongos alucinógenos o una combinación de ambos. En su mayoría, fueron localizados a través de Reddit.
Del total, 26.6 por ciento dijo que las microdosis mejoraron su ánimo, lo cual incluía reducir los síntomas de la depresión; 14.8 por ciento dijeron que les ayudaron a concentrarse; 12.9 por ciento dijo que mejoraron su memoria, y 11.3 por ciento dijo que les ayudaron con su autosuficiencia. Otro 10.5 afirmó que aumentaron sus niveles de energía. Menos del 10 por ciento dijo que las microdosis tenían beneficios cognitivos, beneficios sociales, redujeron la ansiedad o proveyeron mejora fisiológica. Esto incluyó mejor sueño, resistencia cardiovascular y ya no sufrir de dolores de cabeza o migrañas.
Sin embargo, 18 por ciento dijo que había experimentado “malestar fisiológico”, como dolores de cabeza, náuseas e insomnio. También, 29.5 por ciento dijo que la ilegalidad de las drogas fue un problema, porque les preocupaba que la dosis fuese sana, los riesgos de comprar en el mercado negro, el costo, y lidiar con el estigma social de usar substancias ilícitas. Algunos de los participantes también reportaron que las microdosis aumentaban su ansiedad, haciéndoles sentir que tenían menos energía, empeoraron síntomas existentes y les bajaron el ánimo y afectaron su concentración.
Thomas Anderson, coautor del estudio y estudiante de doctorado y neurocientífico cognitivo en la Universidad de Toronto, explicó en una declaración que la meta del artículo era mostrar que las microdosis son un área útil de investigación que merece financiamiento.
Te puede interesar: “Microdosis” de drogas psicodélicas, ¿un remedio inofensivo para la ansiedad?
“Científicamente hablando, no sabemos si las microdosis hacen siquiera algo”, comentó él.
“El beneficio más común fue una mejora del ánimo, lo cual sugiere que investigar las microdosis como un tratamiento farmacoterapéutico potencial para la depresión podría valer la pena”, argumentó Anderson.
“Las microdosis podrían ser una alternativa posible a los ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, una clase de medicamento usada comúnmente para combatir la depresión), los cuales son muy buenos pero no funcionan para todos.
“Las microdosis no funcionarán para todos tampoco, pero podrían dar una alternativa posible a otras vías de tratamiento”.
Los autores del artículo publicado en Journal of Psychopharmacology se enfocaron principalmente en la psilocibina, de la cual se dice que es la droga usada más comúnmente en microdosis, pero también incluyeron drogas como el LSD cuando hubo datos disponibles.
De forma similar, hallaron que los reportes anecdóticos por lo general se enfocan en las experiencias positivas de las microdosis, pero no hay un consenso científico sobre la definición del término. Se necesita de más investigación, incluidos estudios clínicos que observen los efectos físicos y psicológicos en ambientes científicos controlados, para “dar luz sobre las consecuencias negativas potenciales que pudieran tener las microdosis”, escribieron ellos.
Al revisar los estudios existentes, el equipo subrayó la falta de estudios científicos controlados que investiguen las microdosis, añadiendo que hay poca evidencia que analice los efectos a largo plazo de la práctica.
Ellos conjeturan que los hongos alucinógenos podrían mejorar el ánimo porque trabajan en los receptores que fijan la serotonina, la cual tiene un papel en sentimientos como la felicidad.
Te puede interesar: “Biohacks” para principiantes: Meditación, ayunos intermitentes, terapia de frío y más
El profesor David Nutt, director de neuropsicofarmacología en el Imperial College de Londres y unos de los autores principales de la reseña, comentó en una declaración: “A pesar de haber tanto interés en el tema, todavía no tenemos un consenso científico acordado de lo que es una microdosis, como qué constituye una “micro” dosis, cuán a menudo debe tomarla alguien e incluso si podría haber efectos a la salud potenciales”.
Kim Kuypers, primera autora de la reseña y profesora adjunta de psicofarmacología, neuropsicología y psicofarmacología en la Universidad de Maastricht, Países Bajos, dijo: “Esta reseña es oportuna ya que se ha generado mucha esperanza por los reportes mediáticos positivos sobre los supuestos efectos de las microdosis.
“Los pacientes podrían sentirse atraídos por esos reportes como para probarlas, pero quizás no sean ayudadas por ellas en realidad. Tratamos de enfatizar la falta de evidencia científica de que las microdosis sean de hecho efectivas para combatir ciertos síntomas y esperar que esto le dé un ímpetu a nuevas líneas de investigación en esta área”.
Al comentar sobre el estudio en Harm Reduction Journal, Ian Hamilton, del Departamento de Ciencias de la Salud en la Universidad de York, Reino Unido, y quien tampoco estuvo involucrado en la investigación, dijo a Newsweek que el estudio era “en verdad importante” y da nueva información sobre las experiencias subjetivas de los individuos, tanto positivas como negativas.
“Está claro que hay un ansia de más información sobre las microdosis entre algunas comunidades conforme la gente acude a foros de internet en busca de información. Tienen que hacer esto ya que no hay nada en el sentido de información pública de salud, mientras la evidencia sigue surgiendo. Con un mayor interés de parte de la industria farmacéutica, hay la necesidad de una fuente creíble independiente para que la gente tenga acceso a información equilibrada sobre las microdosis, de modo que puedan tomar decisiones informadas con respecto a si quieren probar este medio de usar los psicodélicos”.
Sin embargo, él dijo que el estudio estuvo limitado porque los participantes eran hombres jóvenes, lo cual significa que no está claro si los resultados se aplicarían en otros. Los participantes también posiblemente sean más optimistas con el potencial que ofrecen las microdosis, por lo que podrían estar predispuestos. Una prueba de control al azar podría ayudar a combatir esto, dijo Hamilton.
“La dificultad para que alguien considere las microdosis es que todavía no está claro qué dosis de un psicodélico es óptima en términos de beneficios y reducir el riesgo de una experiencia adversa”, comentó Hamilton.
Lee: ¿Un detector de drogas? Esta pulsera cambia de color si adulteran tu bebida
Cómo un individuo experimenta la misma dosis puede diferir dependiendo de su sexo, edad, peso y cualquier enfermedad física o mental preexistente, explicó él.
“Así, que alguien pruebe estas drogas, posiblemente será un autoexperimento en el que no sabrán el resultado hasta que la sustancia haya hecho efecto”, continuó Hamilton. “Aun cuando la sobredosis es poco probable, esto no significa que cualquier reacción adversa no se sienta en verdad desagradable y pueda durar horas, o peor, disparar un problema a plazo más largo como una psicosis”.
Hamilton advirtió: “Algunas personas serán supersensibles a incluso dosis pequeñas de psicodélicos, pero no sabemos cómo decir quiénes son estas personas de antemano”.
—
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek