La ansiedad entre los adultos de la generación Z (personas nacidas aproximadamente entre 1997 y 2012) casi se triplicó entre 2019 y 2023 y, de acuerdo con un informe reciente, el responsable de este fenómeno es el aumento en el uso de las redes sociales y el doomscrolling (hábito de pasar mucho tiempo y de manera compulsiva navegando por noticias negativas, tristes o angustiantes en redes sociales o sitios web).
Otros factores del aumento de la ansiedad entre los adultos jóvenes incluyen la pandemia de covid-19. En un informe independiente titulado “Breaking the Doomscrolling Cycle: Meditation as a Remedy for Anxiety in the Digital Age” (Rompiendo el ciclo del doomscrolling: la meditación como remedio para la ansiedad en la era digital“, Mahathi Aguvaveedi, exalumna de la Universidad de Columbia, afirmó que la pandemia aumentó considerablemente el tiempo que en particular los jóvenes dedican a sus teléfonos.
En 2019, 8 por ciento de los adultos entre 18 y 29 años tenían ansiedad, pero en 2023 ese número aumentó a 22 por ciento, según datos del Departamento de Salud y Servicios Humanos citados en el informe.
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El Dr. Balachundhar Subramaniam, profesor de la Facultad de Medicina de Harvard, dice a Newsweek que la generación Z está “ligada a las redes sociales”, ya que muchos jóvenes pasan hasta siete horas al día en sus teléfonos.
Las redes sociales actúan como un “chupete digital” para los jóvenes, añade, y como una “distracción temporal del aburrimiento, el estrés, la soledad y las emociones difíciles”.
Existen también muchos otros factores que aumentan los niveles de ansiedad. “La incertidumbre provocada por la pandemia, la precariedad económica y la exposición constante a las redes sociales crearon el ‘detonante’ perfecto”, declara a Newsweek el Dr. Judson Brewer, director de investigación e innovación del Centro de Atención Plena de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Brown.
¿QUÉ ES LA ANSIEDAD?
La ansiedad generalmente se identifica como sentimientos de preocupación o inquietud que persisten durante seis meses o más hasta el punto de interferir con las actividades diarias.
Los síntomas de ansiedad incluyen sentirse inquieto, irritable, agitado o nervioso; cansarse fácilmente; tener tensión muscular o dificultad para concentrarse o dormir.
Brewer dice que es común que las personas con ansiedad consideren con frecuencia “qué pasaría si…” sobre las calificaciones, el trabajo, el clima y el futuro, hasta el punto en que “secuestra la atención, de modo que estudiar o trabajar parece imposible”.
Subramaniam añade que esto podría deberse a que la generación Z es una “población ansiosa” y a que a más personas se les está diagnosticando ansiedad a medida que crece el reconocimiento de la condición.
¿QUÉ ES EL DOOMSCROLLING QUE AFECTA A LA GENERACIÓN Z?
Doomscrolling es el término que se le da al consumo compulsivo de noticias y contenidos negativos en línea. Según una encuesta de Morning Consult de 2024, aproximadamente 31 por ciento de los adultos estadounidenses recurren al doomscrolling regularmente, con tasas significativamente más altas entre las generaciones más jóvenes: 46 por ciento de los millennials, aquellos nacidos entre 1981 y 1996, y 53 por ciento de la generación Z.
Un informe de la Organización Mundial de la Salud de 2024 también encontró que más de 1 de cada 10 adolescentes “mostraba signos de comportamiento problemático en las redes sociales, tenía dificultades para controlar su uso y experimentaba consecuencias negativas”.
El informe definió el uso problemático de las redes sociales como un “patrón de comportamiento caracterizado por síntomas similares a los de la adicción”.
¿POR QUÉ EL DOOMSCROLLING ESTÁ VINCULADO CON LA ANSIEDAD?
El consumo constante de noticias y contenido negativo puede activar la respuesta del cuerpo al estrés, informa Aguvaveedi. Esto provoca un aumento del estrés, la ansiedad y otros problemas de salud mental.
El doomscrolling es un comportamiento que surge tras un detonante que provocó incertidumbre en la persona, explica Brewer. Este comportamiento ofrece un alivio fugaz que, en realidad, alimenta aún más la ansiedad, añadió.
“Cada deslizamiento ‘recompensa’ al cerebro de forma impredecible con información que considera vital”, continúa Brewer. Nuestro cerebro tiende a creer que desplazarse proporciona más información, y más información “generalmente reduce la incertidumbre”, incluso si la información no siempre es precisa.
Brewer añade que, como resultado, el desplazamiento puede activar la dopamina (una hormona que desempeña un papel en funciones como la recompensa y la motivación), lo que hace que “el desplazamiento se sienta instantáneamente gratificante incluso cuando en última instancia se siente mal, por lo que el cerebro sigue buscando la siguiente microdosis de dopamina”.
Subramaniam también explica que el “efecto dopamina” se aplica no solo al desplazamiento, sino también a la recepción de notificaciones o mensajes y cada vez que uno comparte una publicación en las redes sociales.
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Como resultado, las personas pueden volverse adictas a sus teléfonos. “Es casi como si necesitaran ayuda; no pueden evitar hacer lo mismo una y otra vez”, expone Subramaniam.
El doomscrolling también puede reforzar las preocupaciones y, al mismo tiempo, “impide el afrontamiento activo”, dice a Newsweek Andrea Guastello, profesora de la Universidad de Florida.
“Vemos cada vez más cosas de las que preocuparnos, pero no hacemos nada para mejorar realmente la situación”, añade. Guastello también apunta: “Las empresas de redes sociales tienen una motivación financiera para desarrollar algoritmos que nos mantengan enganchados. Literalmente, estudian nuestro comportamiento para mantenernos enganchados, de la misma manera que los fabricantes de comida chatarra nos estudian para crear alimentos que seguiremos comiendo incluso cuando no tengamos hambre”.
Las pantallas también emiten luz azul. Subramaniam afirma que la exposición a la luz azul puede retrasar la secreción de melatonina, importante para el sueño. Por lo tanto, el aumento del uso del teléfono puede afectar el sueño de una persona, lo que puede agravar los síntomas y sentimientos relacionados con la ansiedad.
LO QUE RECOMIENDAN LOS EXPERTOS
Brewer afirma que es importante seguir tres pasos para combatir la ansiedad. Primero, “percibir la necesidad de desplazarse cuando se está ansioso”. Luego, “sentir conscientemente cómo desplazarse aumenta la tensión”. Finalmente, elegir una mejor alternativa, como una “caminata consciente de diez minutos”.
Agrega que reducir las sesiones diarias de redes sociales y noticias a dos sesiones de 15 minutos o menos, así como poner el teléfono en escala de grises y silenciar las notificaciones, son recomendaciones que podrían ayudar.
Subramaniam indica que el uso del teléfono no debería superar las dos horas al día y que usar las funciones integradas del teléfono para imponer restricciones de tiempo en las aplicaciones de redes sociales podría ayudar con eso.
Guastello añade que también es importante pensar en cómo se usan las redes sociales y no solo durante cuánto tiempo. “Intenta reducir la cantidad de interacciones con fuentes confiables, como las noticias diarias”, dice.
“Hacer ejercicio, jugar y practicar deportes, disfrutar de pasatiempos, pasar tiempo con la familia y otras personas, estar en contacto con la naturaleza, establecer una buena higiene del sueño y meditar con aplicaciones gratuitas, gamificadas, fiables y basadas en inteligencia artificial, como Miracle of Mind, debería priorizarse sobre el uso de las redes sociales”, afirma Subramaniam.
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Es importante que las personas entiendan por qué estas cosas son útiles, en lugar de verlas como un ejercicio de marcar casillas para un mejor bienestar mental, porque en el fondo de muchos sentimientos de ansiedad hay preguntas como “¿Cuál es el significado y el propósito de la vida?”, continúa.
Subramaniam añade que es importante comprender y apreciar la “profunda experiencia de la vida” y “el impacto que creas para ti mismo y para los demás”.
“Creo que los adultos jóvenes están ansiosos por muchas razones: el mundo está cambiando y transformándose muy rápido. Las cosas que se daban por sentadas ya no pueden serlo, y el futuro es realmente incierto”, declara Crystal Park, profesor de la Universidad de Connecticut, a Newsweek.
“En términos más generales, la generación más joven parece estar menos arraigada”, concluye: “Parecen estar buscando fuentes de conexión y significado, pero no están bien preparados para encontrarlas”. N
Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)