AL HABLAR de la defensa de los derechos de un colectivo se tiene que estar consciente de que se está luchando por los derechos humanos “de todos los hombres, mujeres o whatever”.
Así lo considera Memo Martínez quien agrega que, bajo la excusa de la autoexpresión, varios sacan sus odios y rencores, y se confunden.
“Mucha gente de 18 o 19 años desconoce que el hecho de que hoy puedan ir tomados de la mano por muchas calles de Ciudad de México es algo por lo que se trabajó”.
Por ello, el conductor de televisión alerta: “No pueden dar por hecho que esto va a ser para siempre; en cualquier momento puede haber un retroceso; las metas logradas hay que cuidarlas, y se debe ser consciente de que no se puede dar un paso atrás”.
En un contexto en el que ascienden al poder personalidades conservadoras, que ponen en jaque los derechos conquistados, dice que los jóvenes deben saber que se ha peleado mucho, “que se ha derramado sangre para ganar lo que tenemos”.
Y los heterosexuales entender que se pelea por los mismos derechos que, el día de mañana, les pueden ser arrebatados.
Las alertas están a la vista, en su opinión, cuando se frivoliza la cuestión gay y muchos no se interesan porque piensan: “No sufro VIH, tengo recursos, estoy sano, estoy joven, soy bello; y al gordito que es gay o a la gordita que es lesbiana la discriminan, por fea, porque yo soy perra”. Y al respecto, subraya: “Me preocupan esas divisiones dentro del grupo”.
Lee: Las minorías siguen siendo presas de destrucción, polarización y discriminación: Horacio Franco
—¿El colectivo cuenta con una agenda de lucha común?
—No hay una agenda en común, hay muchos intereses encontrados, veo más una lucha de poder que una lucha por derechos, y nosotros como comunidad no lo estamos exigiendo. No podemos seguir teniendo esta actitud paternalista, tenemos que ir a tocar la puerta de la casa del gobierno, Palacio Nacional, y entender: ahí se tiene que trabajar por mí todo el tiempo.
—¿En la actualidad, sigue siendo difícil salir del clóset o es más sencillo?
—Siempre hay miedo, pero no tanto de salir del clóset, sino de aceptarse. La gente gay tiene miedo de ser como son dentro del amplio y enorme universo de lo que significa ser gay, hay gente que no se atreve a ser gay como quisiera.
—¿Hiciste frente a algún obstáculo?
—Nací en el 73, y en Monterrey; pero estudié en una escuela católica lasallista de puros hombres. El hecho de que 90 por ciento de mis compañeros era gente con la que no me sentía identificado me hizo amarme más, por amar esa gran diferencia; me hizo apreciar lo que veía en el espejo.
—Y en tu ámbito familiar…
–A mi mamá le cerraron todas las puertas de niña, en su propia casa, por ser mujer y me dijo: quiero decirte que no hay una puerta que yo pueda cerrar para ti; abrir puertas también implica una responsabilidad, que eso nunca se te olvide. Fue una mujer que nos abrió la puerta de la casa para que saliéramos a la calle y fuéramos como nos diera la gana, pero sí nos enseñó la responsabilidad que implica ser quien eres.
“El mejor regalo de toda la vida es ser tú mismo; no te puedes morir sin haberlo disfrutado, te tienes que dar ese regalo; al final del día cuando llegas a tu casa a dormir, las cosas no son tan grandes como la recompensa de ser quien eres”, remata.
Lee: Salir del clóset y decir: me gustan las morras, es un acto revolucionario: Itzel Aguilar