Newsweek ha obtenido documentos internos del Pentágono y del Departamento de Seguridad Nacional, los cuales ponen de manifiesto los desafíos que enfrenta la presidencia Trump debido a la afluencia de migrantes que llegan a la frontera de Estados Unidos y México para solicitar asilo.
Y uno de los problemas más apremiantes es que la cifra de adultos migrantes individuales que quedan en custodia de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) está creciendo en mil personas cada semana.
Ante esta situación, los funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) han tomado la decisión inédita de instalar pabellones de tamaño industrial para reubicar migrantes detenidos en las hacinadas instalaciones construidas en el sur de la frontera estadounidense.
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En una carta que no se había divulgado hasta ahora, funcionarios de DHS explican al Pentágono que sus dependencias han tenido que adoptar “medidas extraordinarias” para aliviar el hacinamiento de los sistemas de detención, y hacen la advertencia de que corren “el grave riesgo de exceder las normas de seguridad de manera rutinaria”, a causa de la creciente cifra de arribos (sobre todo de unidades familiares) y a la escasa asignación de recursos para la frontera sur.
DHS -que supervisa tanto a CBP como al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés)- envió la carta el mes pasado, cuando las instalaciones de detención de CBP albergaban a 8,000 migrantes adultos individuales, además de otra población de 9,000 migrantes, compuesta de niños no acompañados y unidades familiares.
“A la fecha, CBP tiene en custodia más de 8,000 adultos individuales”, escribió DHS el 9 de mayo. “Y esta cifra ha estado aumentando en 1,000 (adultos individuales) cada semana”.
Las estadísticas de la agencia revelan que, en los últimos tres meses, CBP detuvo al menos 7,000 adultos individuales en la frontera de Estados Unidos, y que la cantidad de detenciones registradas durante el mes de mayo casi duplicó el total de enero. La discrepancia en las cifras semanales de migrantes adultos individuales aprehendidos y puestos en custodia se debe a que CBP transfiere detenidos a otras dependencias, como ICE.
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Sin embargo, dado que CBP necesita expandir su capacidad para dar cabida a la creciente población de niños no acompañados y unidades familiares, DHS está liberando, tan pronto como es posible, a los adultos individuales que detiene en sus instalaciones de detección, ya que suelen ser más vulnerables a la deportación.
Según los documentos que Newsweek obtuvo del Departamento de Seguridad Nacional, los centros de detención distribuidos en toda la frontera sur siguen desbordándose porque “ya no queda espacio de detención para adultos individuales”, a pesar de que CBP está acelerando la liberación de algunos migrantes que tiene en custodia.
Debido a que CBP enfrenta un déficit de camas disponibles, y a que las incursiones fronterizas han alcanzado niveles nunca vistos en más de una década, los funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional han vuelto su atención hacia las zonas de detención temporal con la finalidad de remediar un cuello de botella que está entorpeciendo el procesamiento de los arribos de migrantes.
El mes pasado, Newsweek entrevistó a la coronel Cathy Wilkinson, portavoz del Ejército Norte de Estados Unidos, quien informó que el Departamento de Defensa (DOD, por sus siglas en inglés) estaba evaluando sitios de Arizona y Texas donde construirá seis instalaciones denominadas “ciudades de carpas”, las cuales podrían albergar hasta 7,500 migrantes. La operación dichas instalaciones no correrá a cargo del personal militar estadounidense, sino de ICE, que también tomará la custodia de los migrantes detenidos en ellas. En un reportaje, NBC News dio a conocer la petición de nuevas tiendas de campaña incluso antes que el Pentágono emitiera su decisión por escrito.
Los documentos que Newsweek obtuvo del Pentágono precisan que el secretario de Defensa interino, Patrick Shanahan, fue quien autorizó la solicitud de DHS para que las fuerzas armadas proporcionen carpas propiedad del Pentágono. El memorando de implementación también fue enviado a los jefes del Estado Mayor conjunto para que den la orden de levantarlas “lo más cerca posible de las estaciones de procesamiento de CBP”, con objeto de que CBP acelere la transferencia de adultos individuales a ICE.
El documento de DHS hace un desglose de las 7,5000 camas solicitadas en distintas ubicaciones de Arizona y Texas.
“En este momento, ICE tiene en custodia más de 50,000 extranjeros y ya ha agotado su capacidad para recibir más adultos individuales”, escribió DHS en la solicitud de las seis nuevas instalaciones, enviada en mayo al Pentágono. “Las instalaciones CBP en todo el país se han vuelto obsoletas, están superpobladas y carecen de inversiones adecuadas”.
La celeridad con que se ha implementado el proyecto -y el secretismo en torno de su preparación- ha sido fuertemente criticado por diversos participantes del sistema de inmigración.
Anastasia Tonello, presidenta de la Asociación Estadounidense de Abogados de Inmigración (AILA, por sus siglas en inglés), dijo a Newsweek que las ciudades de carpas reflejan un “patrón de respuesta rápida, con instalaciones mal diseñadas o insuficientemente planificadas”.
“Mi inquietud es que no hay un buen proyecto para corregir o atacar el problema real”, agregó Tonello.
Desde octubre pasado, CBP ha aprehendido a cerca de 600,000 migrantes en la frontera de Estados Unidos con México, cifra que supera con creces las casi 400,000 detenciones registradas durante todo el año fiscal de 2018, según datos de CBP.
La cantidad de migrantes que llegan a la frontera como unidades familiares se ha disparado a más del doble de las detenciones fronterizas registradas en los últimos dos años. De igual manera, la cifra de niños no acompañados se ha incrementado de alrededor de 41,000 en 2017 a más de 56,000 en los últimos ocho meses.
El mes pasado, The Washington Post informó que CBP se vio obligada a utilizar aviones para reubicar a los migrantes adultos individuales detenidos en una instalación de procesamiento superpoblada en el Valle del Río Grande, Texas, enviándolos a las instalaciones más cercanas; y esto, solo para empezar a evaluarlos y acelerar el procesamiento.
A la vez que la afluencia de migrantes abruma por completo la capacidad de respuesta de los funcionarios de inmigración, los informes de abusos y negligencia en las instalaciones sobrepobladas empiezan a surgir con una frecuencia alarmante.
El organismo supervisor de DHS emitió un informe el mes pasado, en el que precisó que un centro de procesamiento de El Paso se encontraba tan hacinado que requería de acciones rápidas para salvaguardar “las necesidades inmediatas de salud y seguridad de los detenidos”. El inspector general interino de DHS insistió en que se tomaran “medidas inmediatas” para combatir el hacinamiento.
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Migrantes detenidos en otras instalaciones han denunciado el trato cruel de los agentes de ICE y CBP.
En septiembre pasado, The Guardian entrevistó a varias personas que habían sido liberadas de la custodia de DHS, quienes hablaron de sus limitaciones para acceder a la asistencia médica y del acoso verbal por parte del personal de las instalaciones.
En aquella ocasión, el ex detenido Rafael Martínez dijo a The Guardian: “Muchos de esos agentes eran latinos, igual que nosotros, pero eran gente sin moral. Nos tenían encerrados como animales y se burlaban de nosotros”.
Otro informe del inspector general reveló que una instalación ICE de Nueva Jersey servía alimentos caducos y contaminados, lo cual parece haber contribuido a varios casos de intoxicación alimentaria entre los detenidos.
En 2017, un cáustico informe de Human Rights Watch concluyó que el sistema estadounidense para detención de inmigrantes está “mal preparado para brindar atención [médica] adecuada” a los detenidos, y arremetió contra un “sistema de supervisión deficiente” que propicia que persistan estas quejas.
“Hace años que ICE recibe denuncias sobre la atención médica de calidad inferior y, aun así, no ha tomado medidas significativas”, acusa el informe.
Un análisis determinó que, desde que el presiente Trump asumió el cargo, han muerto 24 inmigrantes que se encontraban bajo la custodia de ICE. Y también han fallecido varios niños puestos al cuidado de Estados Unidos.
Las ciudades de carpas de DHS son una solución provisional para un problema más grande que, según el propio departamento, debe resolverse en el Congreso de Estados Unidos. Hace poco, la población de Tornillo, Texas era sede de una de las contadas ciudades de carpas importantes, con capacidad para albergar a más de 2,500 niños migrantes no acompañados. Pese a ello, la instalación fue clausurada a principios de este año.
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“La presidencia está gastando miles de millones de dólares en esfuerzos judiciales masivos, incluida la construcción de instalaciones de tiendas de campaña, pero esa no es una estrategia rentable para abordar, con orden y eficacia, el problema de la migración o la situación humanitaria en la frontera con México”, declaró Gregory Chen, director de relaciones gubernamentales de AILA, en entrevista con Newsweek. “Lo que DHS debiera hacer es mejorar la atención que brindan los funcionarios de asilo y los tribunales de inmigración, a fin de que los migrantes sean procesados de una manera humanitaria y eficiente”.
En su petición para construir las ciudades de carpas, DHS incluye el requisito de que el personal militar seleccionado para el proyecto no tenga antecedentes de abuso sexual. Tal vez porque ICE no ha podido recuperarse de un informe divulgado en febrero pasado, en el cual el Departamento de Justicia reveló que se habían recibido más de 4,500 denuncias de abuso sexual contra niños inmigrantes, registradas en los últimos cuatro años y en diversos centros de detención bajo administración gubernamental.
Después de una investigación, la publicación electrónica The Intercept descubrió 1,224 denuncias de inmigrantes que sufrieron abusos sexuales y físicos cuando se encontraban bajo la custodia de ICE. Sin embargo, un funcionario de ICE defendió los protocolos de seguridad de la agencia, afirmando que “los detenidos están protegidos y reciben todos los servicios requeridos”.
Donna, Texas será uno de los sitios donde ICE instalará una de sus ciudades de carpas y Rick Morales, alcalde de dicha ciudad, dijo a Newsweek que los nuevos recursos federales serán muy bienvenidos.
“Tenemos una crisis y necesitamos esa ayuda”, aseguró.
No obstante, muchos críticos consideran que las instalaciones no ayudarán a devanar la crisis humanitaria en la frontera sur de Estados Unidos y que, en buena medida, servirán a un propósito distinto.
“En términos de políticas fronterizas, la finalidad de la presidencia es disuadir mediante detenciones y otros métodos”, explicó Chen de AILA, durante su entrevista con Newsweek. “En esencia, lo que pretende es expulsar a las personas lo más rápidamente posible, y poner un énfasis increíble en la aplicación de las leyes, con miras a disuadir la llegada de migrantes”.
Nota editorial: Puede leer los documentos continuación. Con objeto de proteger sus fuentes, los reporteros de Newsweek recrearon los documentos del Departamento de Defensa con el mismo formato en que los recibieron. Los reporteros de Newsweek destacaron aspectos importantes de los documentos, mientras que Newsweek redactó la información restante para proteger la privacidad de los empleados del Pentágono y de los miembros de los servicios armados de Estados Unidos.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek