El cambio climático y sus efectos como la sequía, la descomposición del suelo, los cultivos siniestrados y las lluvias torrenciales son una realidad en el campo de Oaxaca. Ante lo cual la asociación civil Agricultura Familiar y Agronegocios ha puesto en marcha una estrategia de variación de cultivos que busca incidir en el medio ambiente y el rescate de la agricultura.
El egresado de la Universidad Autónoma de Chapingo, Carlos Barragán García, representante de la organización detalla que en los Valles Centrales de Oaxaca, Sierra Norte y Mixteca, se han puesto en marcha diversas estrategias de variaciones de cultivos que han demostrado su efectividad.
“Cada año con las lluvias se pierde un 30 por ciento del rendimiento potencial del suelo. Lo que significa que el agua arrastra los nutrientes de la tierra y se deterioran las cosechas”, asegura el experto.
Además de ello, sostiene, el uso de pesticidas para acabar con hierbas, plagas o incrementar los nutrientes de un plantío, pueden ser reemplazados con la variación de cultivos que recuperan los suelos, generan ganancias para los agricultores y preparan la tierra para otros productos, como el maíz.
El experto, quien acompañó en el proceso de asesoramiento la parcela de girasol del agricultor Jorge Pérez en Magdalena Apasco, Etla, explica que la raíz de esta flor asemeja una lanza y puede alcanzar hasta 45 centímetros de profundidad, lo que permite que el suelo sea más poroso para que otras plantas con raíces menos potentes tengan la capacidad de crecer (como el maíz).
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Aunado a este cultivo, de manera conjunta con la agrupación Traspatio Oaxaqueño, acompañó a un grupo de mujeres en la siembra de una parcela similar en Capulalpam de Méndez, misma que está en vías de floración.
El girasol es apenas un tipo de cultivo que ha demostrado su impacto positivo, puesto que también ha coadyuvado con campesinos que llevan a cabo siembras alternadas de avena, triticale, canola y alpiste, las cuales también dan batalla contra el cambio climático.
Con esto, afirma el licenciado en Agroecología, se cumplen con tres factores: la aceptación por parte del productor (parte social); el mejoramiento de los recursos naturales (medio ambiente) y que sea económicamente viable.
“A través de la asociación civil asesoramos a productores para transitar de una agricultura de autoconsumo a una que les genere ingresos y desde su actividad en el campo puedan tener una vida digna, además de contribuir con la disminución de la migración y fomentar el arraigo a la tierra”, señala.
Asegura que a lo largo de su trayectoria “Agricultura Familiar y Agronegocios” ha recibido apoyo de diversas instituciones, entre ellos el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).
Con la variación de los cultivos, afirma, se mejoran los sistemas de producción, se hace frente a las variantes de temperatura con productos de ciclos cortos de cultivo que garantizan al productor cosecha para su alimentación y venta.
En el caso del girasol de acuerdo con investigaciones efectuadas por la Universidad de La Habana, Cuba, refiere, se encontró que es útil en el control de malezas, por lo que representa una alternativa para no usar herbicidas, además que permite sembrar inmediatamente maíz y mejorar el suelo.
El reto, advierte, es evitar que exista una sobresaturación del mercado, que los productores puedan encontrar alternativas adecuadas a sus ingresos y perspectivas, pero que tomen las variaciones de los cultivos como una estrategia a largo plazo para mejorar los suelos.