La detención de dos personas por el asesinato de la concejal y activista brasileña Marielle Franco, ocurrido hace un año y que sigue siendo investigado, generó señalamientos hacia el presidente Jair Bolsonaro y su familia.
El martes fueron detenidos Ronnie Lessa, un sargento retirado de la Policía Militar (PM), y Élcio Vieira de Queiroz, expulsado del cuerpo, por el asesinato de Franco y su chófer Anderson Gomes el 14 de marzo de 2018 en Rio de Janeiro.
De acuerdo con la investigación, Lessa fue el autor de los trece disparos, mientras que su compañero conducía el Chevrolet Cobalt plateado desde el que atacaron a Franco, quien se hallaba en otro auto en movimiento.
La concejal negra y bisexual del Partido Socialismo y Libertad (PSOL, izquierda), nacida y crecida en el complejo de favelas de la Maré, se destacaba por su defensa de las minorías y las denuncias contra la violencia policial en esas empobrecidas comunidades donde vive un cuarto de la población de la ciudad.
La Policía Militar es un cuerpo objeto de recurrentes denuncias por la vinculación de algunos de sus miembros con las milicias parapoliciales que controlan varias favelas, la cercanía de estos grupos con la familia presidencial han sido denunciadas desde antes de que asumiera el cargo.
Sin embargo, tras el arresto, circuló una fotografía en la que aparece Jair Bolsonaro abrazado a Élcio Queiroz.
“The worst photograph in Jair Bolsonaro’s life” https://t.co/68EhLA9VTn This image is starting to circulate in Brazil. It appears to show Brazil’s far right president with 1 of men arrested this morning for #MarielleFranco murder pic.twitter.com/KMns2EbqVy
— Tom Phillips (@tomphillipsin) 12 de marzo de 2019
Bolsonaro, de acuerdo con The Guardian, minimizó la importancia de la imagen, y dijo que se ha tomado muchas fotografías con funcionarios de la policía. “No recuerdo a este tipo”, comentó.
Lessa, el presunto autor de los disparos, fue detenido en una lujosa casa frente al mar en el mismo complejo de Barra de Tijuca donde el presidente Jair Bolsonaro vivía antes de trasladarse a Brasilia en enero.
El comisario Giniton Lages, responsable de la investigación, interrogado al respecto, afirmó que esa vecindad “no dice mucho respecto al caso Marielle” y que en las investigaciones “no se detectó ninguna relación directa con la familia Bolsonaro”.
Lages confirmó que uno de los hijos de Bolsonaro había salido con la hija del otro sospechoso de asesinato, Lessa, aunque negó que eso tuviera alguna relación con el caso.
Bolsonaro también negó los señalamiento.
https://newsweekespanol.com/2018/03/marielle-franco-activista-asesinan-brasil/
Las detenciones “son un paso importante, sin duda (…) Pero más importante que el encarcelamiento de esas ratas mercenarias sería responder a la pregunta más urgente y necesaria: ¿Quién mandó matar a Marielle”, dijo la pareja de la concejal asesinada, Mónica Benício.
“Espero no tener que esperar otro año para saberlo”, agregó.
Manifestaciones en varias ciudades
Manifestantes en Río de Janeiro, Brasilia y otras ciudades exigieron que se identifique a quienes ordenaron el crimen, sin darse por satisfechos con la detención de las dos personas.
“Lamentablemente hoy estamos aquí recordando la muerte de una compañera negra, lesbiana, de la periferia, activista de los derechos humanos. No tenemos nada que celebrar, debemos reivindicar para lograr mantenernos vivas”, dijo a la AFP Rosangela Castro, de 62 años, una de las miles de personas que se reunieron en la céntrica plaza Cinelandia, frente a la cámara municipal donde Franco trabajaba.
Las escalinatas de la asamblea fueron adornadas con girasoles y frases conmemorativas, uno de los varios homenajes que se realizaron desde el alba en honor a la concejal.
“Marielle se convirtió en un símbolo mundial, era una mujer con mucha fuerza, que quería cambiar este país. (…) Brasil precisa saber, el mundo precisa saber [quién ordenó su asesinato]”, afirmó su madre, Marinete Silva, al final de una misa celebrada también en el centro de la ciudad.
En Brasilia, legisladores del PSOL le rindieron homenaje en el Congreso y un grupo de mujeres “rebautizó” uno de los puentes de la capital colocando un adhesivo gigante “Puente Marielle Franco” en lugar del nombre del militar Costa e Silva, segundo presidente del período dictatorial (1964-1985).
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Con información de AFP y The Guardian