China prohibió a los turistas acceder a su campamento base hacia el Everest situado en Tíbet en medio de una campaña para limpiar los desperdicios que se acumulan en el techo del mundo, anunció el viernes la agencia oficial Xinhua.
En 2018, indica también la agencia Xinhua, China realizó tres operaciones de limpieza más arriba de 5,200 metros y recolectó “más de ocho toneladas de desperdicios domésticos, excrementos humanos y restos de material de alpinismo”.
Esta prohibición se aplica a los “turistas ordinarios” y no a los alpinistas que hayan obtenido la autorización de buscar el ascenso, precisó la agencia.
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El acceso será cerrado a partir de zonas situadas por encima del monasterio de Rongpo, que está a cerca de 5,000 metros de altura. Un nuevo campamento reservado a los visitantes será instalado a unos dos kilómetros del anterior, precisó la agencia.
El Everest, una cumbre de 8,848 metros de altura sobre territorio de Nepal y China, ha visto la afluencia desde hace unos años no solo de alpinistas sino también de turistas.
Esta popularidad creciente hace que se encuentre en el lugar, además de muchos detritus abandonados (restos de la descomposición de material orgánico), cuerpos de alpinistas víctimas de la montaña.
Teniendo en cuenta el amontonamiento de detritus de lado nepalí, cada vez más alpinistas del Everest abandonan la tradicional vía de ascenso en Nepal para tratar de subir por la parte china desde Tíbet.
Por su lado, Nepal duda en reglamentar de manera más estricta la industria del Everest a causa de la importante fuente de divisas que representa para ese país pobre del Himalaya.
Además de la prohibición a los turistas, China tiene la intención de esforzarse en traer los cuerpos de los alpinistas muertos más allá de los 8,000 metros y limitará la capacidad de recepción de su campamento de base a 300 alpinistas.