Así como Trump despotrica contra las “noticias falsas”, en su momento Lincoln sintió que un frente significativo en su guerra para preservar la Unión era aquel contra los medios noticiosos.
CUANDO The New York Times publicó un titular que aseveraba que el FBI había investigado si el presidente Donald Trump era posiblemente un agente ruso, yo estaba furioso. Sin embargo, también me acordé de otra época en la historia de Estados Unidos en la cual la prensa fue así de hostil con un presidente estadounidense.
Le llamé a Trump y le dije que ningún presidente, desde Abraham Lincoln, había experimentado el tipo de sesgo y hostilidad incesante que él ha sufrido.
De hecho, el conservador Centro de Investigación Mediática reportó que tanto en 2017 como en 2018 los principales noticiarios televisivos vespertinos habían sido por lo menos 90 por ciento contrarios a Trump en sus reportajes. Esta hostilidad sin cesar es similar a la que Lincoln tuvo que soportar de los medios de comunicación de su época.
Muchos canales de noticias se opusieron a Lincoln desde el principio, más o menos como sucedió con Trump.
Ante la elección de Lincoln, el Memphis Daily Appeal escribió el 13 de noviembre de 1860: “A los 90 días de la fecha en que Lincoln sea investido, el Partido Republicano estará completamente arruinado y destruido. Su camino está rodeado de tantísimas dificultades, que incluso si él tuviese la capacidad de Jefferson y la energía de Jackson, fracasaría, pero él es un hombre débil e inexperto, y su administración está condenada desde el comienzo”.
Estas críticas a Lincoln no estaban limitadas al sur.
En su libro 1864: Lincoln at the Gates of History, el autor Charles Bracelen Flood señaló que The New York Herald una vez escribió que “su elección fue un experimento imprudente, su administración es un fracaso deplorable”. Los editores del periódico norteño también dijeron esto: “Como presidente de Estados Unidos, debe tener el suficiente juicio para ver y reconocer que ha sido un fracaso indignante. Una cosa le debería ser obvia, y es que bajo ninguna circunstancia puede esperar ser el próximo presidente de Estados Unidos… [Él debería] retirarse del puesto al cual, en mala hora, fue elevado”.
¿Algo de esto suena familiar?
Así como Trump despotrica contra las “noticias falsas”, Lincoln sintió que un frente significativo en su guerra para preservar la Unión era aquel contra los medios noticiosos. Esto hizo que Lincoln fuese profundamente crítico y escéptico de los medios de comunicación.
Según Noah Brooks, un reportero que tenía acceso con regularidad a Lincoln, el presidente a menudo decía: “La peor característica de los periódicos era que estaban tan seguros de estar ‘por delante de los sabuesos’, adelantándose a los eventos, y motivando unas expectativas que seguramente no iban a satisfacer”.
Lincoln, quien estuvo envuelto en una guerra civil en la que estaba en juego la mismísima sobrevivencia del país, también fue mucho más duro y agresivo con los medios de comunicación de lo que alguien podría imaginar en la era moderna. Esto incluyó cerrar temporalmente dos periódicos contrarios a su administración en Nueva York y arrestar a sus editores.
Pero la hostilidad hacia Lincoln entre la clase dominante en Washington y la élite política fue igual de feroz.
Edward Everett, el famoso orador que habló durante horas en Gettysburg mientras Lincoln dio un discurso muy breve —pero histórica y moralmente mucho más poderoso—, escribió en su diario que Lincoln era “evidentemente una persona con un tipo de carácter muy inferior, completamente inepto para la crisis”. Según George Templeton Strong, un eminente abogado neoyorquino, Lincoln era “un bárbaro, escita, palurdo o gorila”. El general a quien Lincoln escogió para liderar el ejército de la Unión, George McClellan, lo desdeñaba como un politiquero del Salvaje Oeste, “un idiota” y “el gorila original”.
Incluso entre sus compañeros republicanos, Lincoln se topó con ataques feroces. William Dickson, republicano de Ohio, escribió en 1861 que Lincoln “es universalmente un fracaso reconocido, no tiene voluntad, sin coraje, sin capacidad ejecutiva… y su espíritu necesariamente se imbuye hacia abajo en todos los aspectos”. Tú decide si los ataques al cabello de Trump o los ataques a la inteligencia de Lincoln son más denigrantes.
Lincoln era un hombre muy diferente que enfrentó una situación radicalmente más peligrosa que Trump. Pero cada uno de estos presidentes es un fuereño que amenaza directamente a una clase dominante nacional. La siguiente vez que oigas un ataque desagradable contra Trump, considera lo que la gente escribía y decía de Lincoln. Hay muchas más similitudes entre la crisis de la Unión con Lincoln y la crisis de la clase dominante con Trump de las que la mayoría de la gente querría siquiera considerar.
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Newt Gingrich es expresidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, autor de superventas y anfitrión del podcast de próxima aparición Newt’s World.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek