Las abejas pueden realizar operaciones aritméticas básicas, de acuerdo con un estudio publicado en la revista Science.
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Un equipo internacional, encabezado por investigadores de la Universidad RMIT de Australia, enseñó a un conjunto de abejas a asociar ciertos colores con los conceptos de suma y resta.
Sus hallazgos son la demostración más reciente de la capacidad matemática de las abejas.
El mismo equipo de investigadores descubrió en un estudio previo que las abejas pueden comprender el concepto matemático del cero, lo que las coloca en un grupo selecto de animales, conformado por los seres humanos, los delfines, los primates y algunas aves, que son capaces de realizar esa hazaña.
Para su estudio, los investigadores crearon un experimento en el que se alentó a 14 abejas a internarse en un laberinto en forma de y, en el que una ruta les proporcionaba una recompensa de agua azucarada al final, mientras que la otra contenía solo una solución de quinina de sabor amargo.
Cuando las abejas averiguaron que era posible hallar comida dentro del laberinto, lo visitaron repetidamente.
En la entrada del laberinto, los investigadores colocaron un estímulo visual de muestra, compuesto por entre una y cinco formas geométricas, que podían ser amarillas (para representar una resta) o azules (para representar una suma).
Una vez que las abejas veían el estímulo de muestra, entraban en una “cámara de decisiones” donde se colocaban dos estímulos visuales más, muy parecidos a la muestra, en las entradas de las dos rutas posibles. Para elegir la ruta que tenía el alimento al final, las abejas tenían que elegir la respuesta “correcta”.
“Si los elementos eran azules, las abejas tenían que elegir en la cámara de decisiones el estímulo que tuviera un elemento más que la muestra; sin embargo, si los elementos eran amarillos, las abejas tendrían que elegir el estímulo que contuviera un elemento menos que el número de muestra”, escribieron los autores del estudio.
“El color de los elementos y, por lo tanto, el problema aritmético a resolver, fue asignado aleatoriamente a cada abeja en cada ensayo”, para asegurarse de que las abejas no se limitaran a elegir siempre el mismo lado del laberinto.
Inicialmente, las abejas tomaron decisiones aleatorias, pero en el curso de 100 ensayos, aprendieron que el color azul significaba +1, mientras que el amarillo significaba -1.
Los investigadores descubrieron que, en términos generales, las abejas eligieron la opción correcta en la cámara de decisiones entre 60 y 75 por ciento de las veces, lo que llevó al equipo a concluir que había más animales con una cognición numérica de los que se creía anteriormente.
“Actualmente, aprendemos desde niños que el símbolo “más” significa que tienes que sumar dos o más cantidades, mientras que el símbolo “menos” indica que debes restar”, dijo en una declaración Scarlett Howard, de la Universidad RMIT y una de las autoras del estudio.
“Estos hallazgos muestran que la compresión compleja de los símbolos matemáticos como un lenguaje es algo que muchos cerebros probablemente pueden lograr, y ayuda a explicar la forma en que muchas culturas humanas desarrollaron nociones elementales de cálculo aritmético de manera independiente”.
Desde hace mucho tiempo, los científicos han debatido si los animales poseen o son capaces de aprender habilidades numéricas complejas, y con frecuencia distinguen entre las especies capaces de identificar cantidades diferentes (discriminación cuantitativa) y las que pueden utilizar la cognición numérica (por ejemplo, para resolver problemas de suma y resta).
“Si bien muchas especies son capaces de utilizar la cognición cuantitativa para alimentarse, tomar decisiones y resolver problemas, aún se debate si algún animal no humano o no primate puede alcanzar el nivel de la cognición numérica”, escribieron los autores del estudio.
“Tal capacidad requeriría el manejo complejo de cantidades en la memoria operativa y en la memoria a largo plazo basada en reglas”, complementaron.
En investigaciones anteriores se indica que los monos verdes, los chimpancés, los orangutanes, los monos rhesus, los loros grises africanos, las palomas e incluso las arañas podrían comprender operaciones matemáticas como la suma y la resta. Ahora, las abejas pueden unirse también a ese club.
Los investigadores afirman que sus hallazgos podrían tener implicaciones en el desarrollo de la inteligencia artificial.
“Si no se necesita un cerebro de gran tamaño para realizar operaciones matemáticas, es posible que también tengamos nuevas formas de incorporar interacciones para las reglas a largo plazo y la memoria operante en diseños para mejorar el aprendizaje rápido de inteligencia artificial de nuevos problemas, señaló Howard.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek