La industria restaurantera hidalguense culminó 2018 con la clausura de 10 establecimientos del ramo, de acuerdo con Alan Vera Olivares, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac).
El dirigente del sector atribuyó el cierre de los comercios a un conjunto de factores que afectaron su operatividad y los llevó a registrar un bajo nivel de consumo, que concluyó con la suspensión de labores.
Entre las causas que han mermado al rubro, señaló, se encuentran la inflación, la volatilidad del dólar y el alza en el precio de la gasolina, gas doméstico y luz.
Estimó que la industria restaurantera registró un incremento de 30 y 50 por ciento en el precio del combustible y la energía eléctrica, respectivamente, lo cual se refleja en el costo de los alimentos que ofertan, indicó.
“Todo eso generó una baja en la confianza del consumidor; además, el valor adquisitivo del dinero se perdió por los aumentos. A su vez, esto provoca un bajo consumo y las salidas a comer a restaurantes ya no son tan constantes”, explicó el empresario estatal.
“(El incremento de precios) pega mucho y muy fuerte”, reiteró el presidente de la Canirac, ya que estos se dan en insumos básicos para la operación de los establecimientos del rubro.
Este año se espera una reducción en los costos, dijo.
Respecto al gobierno federal, Vera Olivares manifestó que los empresarios tienen una expectativa alta de la administración, por lo que desean ver resultados, desarrollo y fortalecimiento para su industria.
Además, exigió combatir la informalidad, la sobrerregulación y la corrupción para conservar las fuentes de trabajo.
Yuvenil Torres I Pachuca