”Florecita rockera / tú te lo buscaste. / Por despertar mi pasión”… Hace más de 20 años, en las radios retumbaba ese estribillo colombiano y, a pesar del tiempo, sigue vigente como un himno al empoderamiento.
Aterciopelados, banda integrada por Andrea Echeverri y Héctor Buitrago, son los creadores de “Florecita rockera” que, en palabras de Héctor, “habla de un espíritu fuerte, libre y contestatario. Una chica rebelde y rockera. La compuse para una novia que tenía (se ríe). Ahora, muchas chicas han adoptado ese nombre, florecita rockera”.
La banda originaria de Bogotá vuelve con su nueva producción, Claroscura, la cual es contradicción pura, un volcán en erupción y un remanso de paz; es una dicotomía porque “él (Héctor) es claro y yo (Andrea) soy oscura; él es vegetariano, ecologista y está en paz consigo mismo, y yo soy una mujer al borde de un ataque de nervios, náufraga, loca y perdida”, platica Andrea.
—¿Cómo fue grabar, después de diez años, un disco inédito?
Andrea Echeverri: “Estuvo bueno. Tuvimos muchas presiones, pero eso mismo alimentó la creatividad. De esa misma dinámica salió la canción ‘Play’, que habla de no dejarte presionar por lo que dicta el éxito y reconectarte con lo rico que es encerrarte, hacer lo que sientes, buscar el tono que te gusta y disfrutar el juego de la música”.
—¿Qué significa “Play” para ustedes?
AE: “’Play’ es un ejercicio de darle cosas bonitas a la gente. La escribí en un momento de tensión personal. La tecnología y esos aparaticos (celulares) hacen que todo el tiempo te lleguen mensajes y tengas que estar comprometido con el trabajo las 24 horas. Esa tecnología, en vez de darnos bienestar, lo que hace es que la gente esté más angustiada. Por eso la canción intenta ser muy chévere; ‘Play’ quiere tener un efecto terapéutico en quienes la escuchan.
“En ‘Play’ hicimos dueto con Ana Tijiux. Esto se hizo posible por nuestro productor, ‘Cachorro’ López, quien ya había trabajado con Anita en la canción ‘Eres para mí’, de Julieta Venegas, le mandó un WhatsApp y el mismo día contestó que aceptaba. Lo más insólito era que ella debía realizar un viaje a Bogotá porque tenía un concierto en la Plaza Simón Bolívar, lo que permitió que grabáramos juntos en el estudio”.
—Son más de 20 años desde que salió “Florecita rockera”, “El estuche”, “Bolero falaz”, “Baracunatana”, ¿cómo ha sido reinterpretar esas canciones?
HB: “Hemos pasados por varias etapas después de tantos años juntos y, a veces, esas canciones, las hemos cambiado mucho. Con el disco de Reluciente, rechinante y aterciopelado las volvimos a tocar cómo eran originalmente. Nos hemos vuelto a relacionar con ellas de otra manera: con algunas nos reconciliamos y a otras las apreciamos más”.
—¿Creen que los músicos deben ser partícipes en la vida política de sus países?
AE: “Para el arte no debe haber reglas, no puedes decir que toda la música debe ser consciente o contestataria. Cada uno encuentra de qué hablar, de qué cantar; Aterciopelados particularmente sí ha encontrado un lenguaje importante en lo contestatario, temas como el feminismo, la ecología, lo ancestral, lo antibélico. Sí creo que si el músico hace sus canciones, la gente se conecta y empieza a pensar en la naturaleza, en la igualdad de los sexos, entonces es un éxito”.
—Pronto se presentarán con la Orquesta Filarmónica de Bogotá…
HB: “La Filarmónica nos buscó porque querían hacer una jornada para celebrar el cumpleaños 480 de la ciudad de Bogotá. Nos pareció excelente porque le debemos tanto a la ciudad. Solamente ‘Maligno’ la habíamos cantado así, pero ahora se dieron las cosas y será un concierto gigantesco en el Parque Simón Bolívar el próximo 6 de agosto”.
—¿Qué canción le dedicarían al presidente de Estados Unidos, Donald Trump?
AE: “’Bandera’ del disco Oye (‘¿Quién me limita? / Este es mi planeta, / si soy tercermundista / y empaco mis maletas’), que habla de las migraciones y tiene un video animado superpadre”.
HB: “Yo le dedicaría ‘La pipa de la paz’ (‘Bailábamos la danza de la lluvia. / Fumábamos la pipa de la paz. / Hablábamos con la naturaleza’).