Los astrónomos que buscan vida extraterrestre tienen especial interés en planetas del tamaño de la Tierra. Venus es el más aproximado en nuestro sistema solar, pero el desconocimiento de nuestro planeta hermano podría reducir las posibilidades de hallar primos más lejanos.
Venus es desconcertante porque, si bien se encuentra un poco más cerca del Sol y pudo haberse formado con los mismos elementos básicos que la Tierra, su ambiente es el más hostil de nuestro sistema solar. “Es de lo más extraño que tengamos dos planetas del mismo tamaño, pero en los extremos opuestos del espectro de habitabilidad”, comenta Stephen Kane, quien estudia planetas en la Universidad de California, Riverside. Y los astrónomos no se explican la razón.
Ese misterio es un problema, porque Venus podría ser el mejor modelo planetario que podríamos encontrar en cualquier parte, agrega Laura Schaefer, científica planetaria de la Universidad Estatal de Arizona. Si no estudiamos más a Venus, podríamos perder detalles cruciales de otros mundos. Y, sin embargo, de alguna manera Marte es el consentido de las misiones en el sistema solar. “La comunidad de Venus envidia enormemente a sus colegas marcianos”, sentencia Kane.
Kane y otros entusiastas de Venus quieren averiguar por qué su atmósfera no tiene más oxígeno, el cual debió liberarse con la evaporación de agua que ocurrió al calentarse su atmósfera. Si averiguan a dónde fue a parar, los astrónomos podrían reconocer si el oxígeno en atmósferas más distantes es un indicio de vida.
Un conocimiento más profundo de Venus también podría ser útil para predecir lo que ocurrirá conforme la lenta expansión del Sol envía más energía solar hacia nosotros. “Venus podría mostrarnos el destino futuro de la Tierra”, concluye Paul Byrne, geólogo de la Universidad de Estatal de Carolina del Norte.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek