Salvador López | Pachuca
El martes 29 de marzo de 2011, Hidalgo se colocaba como un estado élite en infraestructura para la práctica del ciclismo de pista. Aquel día Bernardo de la Garza, titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), inauguraba el velódromo Bicentenario en el Centro Estatal de Alto Rendimiento de la capital hidalguense.
Con una inversión cercana a los 30 millones de pesos y un tiempo récord de construcción menor a los cuatro meses, el recinto se perfilaba para convertirse en uno de los más importantes del país; al punto que De la Garza lo elogió durante la ceremonia protocolaria e indicó que tenía la capacidad para recibir un evento internacional a corto plazo.
Sin embargo, siete años después, el velódromo Bicentenario no ha sido sede de ningún evento internacional y su superficie no ha recibido justas nacionales, ni siquiera ha sido utilizado para encuentros competitivos. El complejo, avalado por la Unión Ciclista Internacional, no cumplía con especificaciones de la Federación Mexicana de Ciclismo y por eso sólo fue utilizado para entrenamientos y citas recreativas.
Además, años de abandono y la falta de un techo que proteja, han provocado el deterioro de la madera, por lo cual no es útil ni siquiera para que los pedalistas hidalguenses entrenen.
A simple vista el proyecto que costó más de 28 millones de pesos luce con madera podrida en la pista, despegada, grietas y hierba, además de pintas en el túnel.
El PROYECTO
La construcción del velódromo Bicentenario, en su primera etapa, correspondiente al ejercicio 2010, requirió una inversión de 19.5 millones de pesos, a la cual se sumaron 7.5 millones para la segunda etapa, en el ejercicio 2011, y un millón más para la tercera en el ejercicio 2013. El complejo que actualmente no es utilizado tuvo un costo total de 28 millones de pesos.
El recinto cuenta con una pista de 250 metros lineales y un ancho de siete metros, así como curvas que alcanzan una inclinación de 45 grados; con estas especificaciones, en teoría, debería cumplir con las condiciones necesarias para la práctica del ciclismo olímpico. No obstante, la realidad se queda demasiado lejos de la expectativa. En su página de internet, la empresa mexicana Polímeros Especiales y Trabajos de Restauración Arquitectónica (Petra), encargada de la pista del velódromo, a través de Deportan Soluciones Deportivas, asegura que sus superficies cumplen con las normas y especificaciones de la Unión Ciclista Internacional para realizar eventos internacionales.
La empresa tiene 25 años de experiencia en el medio y cuenta en su currículum con instalaciones de primer nivel como el velódromo del Centro Nacional de Alto Rendimiento y otros más en Puebla, Pachuca, Toluca, Chihuahua, Tijuana, Xalapa (certificado como Clase 1 por la UCI), Aguascalientes (al que destaca como el más rápido del mundo y poseedor de siete récords mundiales) y Guadalajara (sede los Juegos Panamericanos en el 2011), entre otros.
No obstante, esa superficie nunca pudo ser aprovechada debido a “detalles de construcción” que impidieron el aval de la Federación Mexicana de Ciclismo, como explicó Noé Lizardi López, actual presidente de la Asociación Hidalguense de Ciclismo.
“Recuerdo que, cuando platiqué con el presidente de traer un evento, me decía que tenía detalles que había que corregir y que ya se lo habían hecho saber al instituto. Y cuando ya tuvimos la oportunidad de mejorarlo, ya tenía algunos deterioros, fue cuando se solicitó la reparación; ahí ya iba yo a entrar como presidente”, recordó Lizardi.
ILUSIONES DESVANECIDAS
“Era una ilusión muy grande. En las Olimpiadas Nacionales la mayoría de las medallas se reparten en la disciplina de pista, porque cada joven tiene la posibilidad de participar en cuatro o cinco pruebas. Por eso es que potencias como Nuevo León, Jalisco y Baja California llevan corredores de pista; es donde más medallas otorgan”, analizó Lizardi López al hablar de la esperanza que despertaba entre la comunidad ciclista del estado el tener un velódromo propio, a pesar de que él todavía no era el presidente de la asociación.
Sin embargo, esos “detalles de construcción” probarían ser muy costosos. La federación no avaló el recinto y éste nunca recibió eventos competitivos. “Nos pedían que tuviera la parte de abajo cubierta con policarbonato, con mica, para que si había un despiste el corredor no se fuera hacia las columnas que estaban en la rampa”, recordó.
“De forma competitiva no tuvimos ni una sola competencia. No se homologó y no fue posible traer un evento a Hidalgo”, lamentó. Esta situación provocó que el velódromo fuera utilizado únicamente para entrenamientos y algunas actividades recreativas, cuando estaba previsto que recibiera justas nacionales.
Las cosas empeorarían rápidamente. El clima lluvioso de Pachuca y la falta de protección para la pista de madera provocarían que la superficie del Bicentenario comenzará a arruinarse poco a poco. Además, la falta de mantenimiento abonó a que el velódromo estuviera cada vez en peores condiciones, hasta que en 2016 la Asociación Hidalguense de Ciclismo decidió dejar de utilizarlo para evitar algún accidente y lesión de sus atletas.
EL IMPACTO
La Asociación Hidalguense de Ciclismo está conformada por 15 clubes repartidos en el estado; algunos cuentan con 15 atletas, otros con 50 y algunos con 70, según información brindada por el titular. Todos ellos pudieron beneficiarse con el velódromo, pues tendrían la posibilidad de acercarse a la pista e incursionar en esa modalidad.
“Cuando tienes un velódromo los puedes invitar a que participen, estamos hablando de 800 a mil ciclistas que podrían estar ocupándolo, más las personas entusiastas, que ya las últimas veces que se ocupó participaron corredores de Pachuca; no en competencias oficiales, sino recreativas”, lamentó Lizardi.
Ante el panorama adverso, los pedalistas hidalguenses se enfrentan a dos escenarios. Algunos de ellos están convocados en el Centro Nacional de Alto Rendimiento, por lo que pueden entrenar en su velódromo casi diario. Gracias a esto, añadió Lizardi, han caído muchas de las medallas del ciclismo de pista hidalguense en Olimpiada y Nacional Juvenil.
La otra posibilidad para los ciclistas de pista es viajar cada jueves al velódromo Agustín Melgar, de la Ciudad de México, donde llevan a cabo una competencia para conseguir fogueo en la disciplina.
INTENTOS DE RECUPERARLO
Antes de que el velódromo dejara de funcionar como sede de los entrenamientos de la selección estatal, la Comisión Nacional del Deporte (Conade) publicó un comunicado en su página de internet en el que anunció que apoyaría en la rehabilitación y mantenimiento de cuatro recintos en el país.
Era mayo de 2015 y el ente rector del deporte informó que los complejos beneficiados serían los de Pachuca, Veracruz, Chihuahua y Puebla. “Se hizo la gestión en ese entonces y la Conade, al parecer, ya había aceptado porque en su página publicaron que se iba a reparar”, recordó Lizardi, “pero no se le dio seguimiento. Yo cuando insistía en que viéramos qué es lo que seguía, ya se habían pasado los días, ya no hubo respuesta”.
Ante esta situación, la asociación de ciclismo no bajó los brazos y continuó solicitando la rehabilitación al Instituto Hidalguense del Deporte desde la administración de Leopoldo Rodríguez Valdez hasta la actual, encabezada por Fátima Baños Pérez.
“Platiqué con él (Rodríguez) y había una posibilidad. Después, cuando entra Fátima, en mi primera reunión con ella mi sugerencia fue esa, que se gestionara el apoyo para que pudiéramos activar el velódromo con una buena planeación. Parece ser que ella sí gestionó ante la Conade, quiso revivir el apoyo y la respuesta del instituto fue que se iba a trabajar en eso”, externó Lizardi.
No obstante, por ahora, el velódromo se encuentra cada vez peor. Por ello, la asociación solicitó nuevamente al Instituto Hidalguense del Deporte (Inhide) que se haga una petición al gobierno del estado o la Conade para rehabilitarlo.
“Yo estoy en eso, por meter un oficio solicitando que se active, que se busque y se gestione. Una de las probabilidades, porque está tan deteriorado, va a ser una reconstrucción. Y una de las opciones es que se pueda hacer en cemento, eso lo valoran las empresas especialistas. “Acaban de renovar un velódromo en el Estado de México, con iniciativa privada, gobierno y Conade; yo creo que se trata de gestión y de buscar el apoyo”, remató Lizardi.
El año pasado, Fátima Baños Pérez aseguraba que tenían un plan A, B y C para recuperar este espacio, incluso con el acercamiento con posibles patrocinadores. Sin embargo, nunca explicó en qué consistían y claramente no han sido puestos en acción.
Así, un proyecto que prometía catapultar al ciclismo de pista hidalguense terminó en una pésima inversión de casi 30 millones de pesos en un recinto que ni siquiera fue óptimo para realizar eventos competitivos.