NUEVA YORK, EE. UU.— Durante muchos años sus actuaciones le valieron varias nominaciones y premios importantes. Entre estas destaca la nominación al Óscar y a los Globos de Oro como mejor actor de reparto por la película Sideways. Ahora, 14 años después de ese éxito, Thomas H. Church explora el mundo de la industria de la televisión en la serie de HBO Divorce.
Church (Robert) interpreta el papel de un hombre de 50 años que atraviesa un escandaloso divorcio con su esposa Frances (Sarah Jessica Parker). Newsweek en Español platicó con el actor sobre su regreso a la televisión, su relación con la actriz SJP y los cambios que se han dado en la industria a través de los años.
—¿Qué tipo de comentarios recibiste sobre la última temporada?
—Desde la primera temporada, amigos casados me decían: “Yo tuve una situación así”. Se pueden identificar con circunstancias que no los llevaron al divorcio, pero que causaron problemas en su matrimonio.
—Ya habías trabajado con SJP, ¿cómo fue que te sumaste a este proyecto?
—Ella me llamó cuando estaba haciendo el show en HBO. La verdad me sacó de ese árbol de los actores has been. Yo estaba emocionado de volver a trabajar con ella porque es una gran actriz. Pedí el guion, y cuando lo leí vi un tema difícil y retador. Claro que quiero ese tipo de temas. Después de leer el guion di unas cuantas notas sobre posibles historias, ideas y observaciones que creí que podían ayudar. Hemos grabado 18 episodios y ya me han pedido que sea productor.
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—¿Existía algún escenario en el que no hubieras aceptado este papel?
—Yo no puedo dar solo 10 por ciento de lo que soy, tengo que darlo todo, y en eso quedamos desde el principio. Siempre tiene que ser un trabajo en equipo. De no ser así hubiera tenido que rechazar el trabajo. Tienes que estar ahí con todas tus habilidades y no solo con algunas.
—Cada vez pasan más tiempo separados en el set…
—Mientras pasa el tiempo en la serie, más nos separamos. Ella conoce gente, yo conozco gente, pero los niños nos mantienen juntos. Todavía hablo con Sarah y leemos el guion juntos. Sabemos lo que pasa, aunque no estamos involucrados en las mismas escenas. Pero sí, ya no la veo tanto.
—Últimamente tu vida laboral gira en torno al matrimonio y el divorcio, ¿sientes que en tu vida personal te has quedado fuera?
—En realidad no. He tenido relaciones que terminaron y es como un divorcio pero sin abogados, sin niños y sin problemas de custodia.
—Tu última serie de televisión la hiciste en 2006, ¿ha habido muchos cambios respecto a los límites de lo que puedes hacer en la televisión?
—Si estuviera en un show de otra cadena sentiría un poco de límites, pero no con HBO. En los años 90 cada episodio tiene un comienzo, un medio y un final. Sí te familiarizabas con los personajes, pero cada episodio terminaba. Ahora no hay un final definitivo, es como Los Soprano, ¿qué pasó?, ¿en dónde están todos? Divorce continúa esa tradición, hacemos cosas que dejan la temporada inconclusa, con finales abiertos. Eso es lo que me gusta de trabajar con HBO, que puedo hacer lo que quiera.
—¿En qué te pareces a Robert?
—No creo que puedas convertirte completamente en el personaje, es como Gary Oldman en Darkest Hour, sé que es Gary Oldman, aunque parezca Churchill. No tengo nada en común con Robert: a mí no me gusta vivir en Nueva York y he tenido que hacerlo por este papel, soy mucho más feliz en Texas; también soy más chistoso que él.
“Alguna vez pude trabajar con Marlon Brando y él me dijo: ‘Nunca quiero saber cuándo la cámara está encendida’. Él se mete en el personaje y no quiere saber cuándo se está grabando o cuándo es una prueba de cámaras. Yo quiero poder mezclarme con el personaje para que cuando me veas en México no sepas si estás viendo a Robert o a Thomas H. Church”.