En el campo de la ciencia de redes, hay investigadores dedicados al estudio de un mecanismo conocido como “sincronización explosiva” (o ES, por sus siglas en inglés), en el cual una red responde de manera desmedida a una perturbación de magnitud normal. En ese contexto, la “red” podría ser una computadora, una red eléctrica o hasta una red social. O bien, como acabamos de averiguar, un cerebro.
En un intercambio sorprendente entre la física y la medicina, un equipo internacional de físicos, neurocientíficos, anestesiólogos e investigadores del dolor crónico colaboró para aplicar la ciencia de las redes al estudio de la fibromialgia, un padecimiento común, aunque poco entendido, cuyo síntoma definitorio es el dolor crónico sin una causa aparente (eso fue lo que ocasionó que, hace poco, Lady Gaga interrumpiera su gira mundial).
El equipo practicó electroencefalogramas -mejor conocidos como EEG- a 10 pacientes femeninos (la fibromialgia es más común en mujeres que en hombres) y hallaron que la línea basal de sensibilidad al dolor en las pacientes estaba anormalmente elevada, pese a la ausencia de algún estímulo aparente que causara esto.
Para sorpresa de los investigadores, además de dolor, las pacientes manifestaron hipersensibilidad a todo tipo de estímulos (incluidos visuales y auditivos), lo cual sugiere que tenían una predisposición clínica a una respuesta exacerbada en todos los ámbitos. El equipo halló que, entre las pacientes con dolor crónico, la red neural del cerebro mostró características ES: ante estímulos menores o aparentemente inexistentes respondió con una explosión de dolor, del mismo modo que una pequeña sobrecarga puede desconectar una red eléctrica y ocasionar un apagón. Un artículo que describe la investigación fue publicado en la revista científica Nature.
“Si tocaras mi mano, eso no sería un estímulo que tuviera repercusiones para mí”, explicó George Mashour, coautor de la investigación y director del Centro para Ciencias de la Conciencia en la Universidad de Michigan, en entrevista con Newsweek. “Sin embargo, para un paciente con dolor crónico, hasta lo que se considera un estímulo inocuo, como ese contacto, puede registrarse como dolor”.
El equipo es el primero que demuestra que un cerebro hipersensible puede actuar como una red ES, y esa conclusión plantea una interrogante compleja: ¿Es posible que el dolor crónico sea un trastorno de la conciencia, más que un problema físico?
Cuando te machacas la mano con una puerta o te cortas al rasurarte, tu dolor tiene una fuente intuitiva. Pero para pacientes con trastornos como fibromialgia, la experiencia de dolor podría no ser comparable a la que tiene la mayoría de las personas, agregó Mashour. Por el contrario, esos pacientes podrían experimentar el dolor crónico de una manera más parecida a como los pacientes con esquizofrenia experimentan las voces que escuchan. Dicho de otra manera: parece que los músculos afectados por la fibromialgia no padecen dolor porque algo cause dolor a los músculos mismos, sino porque el dolor se origina en el cerebro. Como dicen los investigadores, la llamada se origina en el interior de la casa.
“Eso no quiere decir que la experiencia no sea real; lo es”, enfatizó Mashour. “Es interesante pensar en ciertas dimensiones de dolor como una especie de alucinación, y como un medio para profundizar nuestra comprensión de la conciencia”.
El dolor es, inherentemente, un estado de conciencia, añadió Mashour; está definido por lo que sientes cuando lo experimentas. La otra cara de la misma moneda es la nocicepción, que hace referencia a un estímulo desagradable que el sistema nervioso procesa físicamente. Imagínalo en términos de estar anestesiado e inconsciente: tu cuerpo sigue experimentando nocicepción, a pesar de que ya no registra el dolor como una sensación.
Por casualidad, fue la anestesia lo que permitió que el equipo continuara con su investigación. ES es un mecanismo subyacente de lo que se conoce como estado de transición: el proceso mediante el cual un cerebro incrementa su nivel de inconsciencia, como cuando se reinicia después de una anestesia general.
La hipersensibilidad no es un estado de la conciencia normal, pero cuando el cerebro se encuentra en el frágil estado de transición, en la frontera entre conciencia e inconsciencia, se vuelve ultra sensible a las pequeñas perturbaciones; cosa que ocurre continuamente en el cerebro de un paciente con dolor crónico. Los investigadores propusieron la teoría de que un estado de transición precipitado por ES podría representar no solo un cambio de la inconsciencia a la normalidad de la consciencia en vigilia, sino el paso de la consciencia de vigilia normal a un estado de dolor exacerbado.
Aunque hay ciertos analgésicos que han sido aprobados para tratar la fibromialgia, el trastorno no tiene cura. No obstante, en física, una red ES puede convertirse en una red no-ES. Si bien el cerebro es demasiado complejo para que esto resulte en una solución práctica e inmediata, la búsqueda de opciones terapéuticas a través de la lente de la ciencia de las redes da cabida a una solución teórica.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek