Una casa de Texas que fue habitada por la pareja Turpin y sus hijos, a quienes habrían torturado y encadenado, tenía “heces embarradas en las paredes” y basura en todas partes, según la mujer que compró la residencia.
Nellie Baldwin compró la casa embargada de Rio Vista en 2011, años antes de que David y Louise Turpin fueran acusados por los fiscales de torturar, no proveer comida y encadenar a sus hijos durante semanas o meses.
“Habían embarrado las heces en las paredes”, dijo Baldwin a CNN. “En la sala de estar y todas las habitaciones tenían un olor terrible”.
Feces smeared on the walls inside the Turpins’ Texas home, woman says https://t.co/9cb0V5FpEi pic.twitter.com/pWbghXtpP8
— CNN (@CNN) 27 de enero de 2018
Las pruebas desde el interior de la casa de la familia en Riverside, California, sugieren que los niños “a menudo no eran liberados de sus cadenas para ir al baño”, según el fiscal de distrito del condado de Riverside, Mike Hestrin.
El hogar en Texas estaba tan mal que los banqueros no dejaron que Baldwin lo revisara sin firmar una “cláusula inofensiva” que estipulaba que el banco no sería responsable si ella y su familia se enfermaban en la casa. Pero Baldwin había comprado muchas propiedades fétidas en el pasado y no pensó nada al respecto.
El banco había limpiado la casa, que se encontraba en 36 acres, antes de comprarla, pero seguía repugnante por dentro, le dijo al medio de noticias. Había “basura por todas partes, por todos lados”, dijo Baldwin. El olor era tan horrible que vertía dos o tres galones de blanqueador en el suelo para combatir el olor por el día siguiente, cuando repetía el proceso, añadió a la CNN.
“Te enferma por dentro pensar que la gente vivía así, ¿sabes?” Baldwin dijo. “Que muchos niños vivieron en condiciones tan desfavorecidas durante 12 años y nadie por allí lo sabía”.
La policía arrestó a la pareja el 14 de enero después de que una niña de 17 años escapó de la casa y llamó al 911. Las autoridades dicen que descubrieron a tres niños esposados a sus camas. La pareja está acusada de golpear y asfixiar a sus hijos y obligarlos a seguir reglas estrictas, como solo ducharse una vez al año. El dúo también es señalado por mantener hambrientos a sus hijos. Uno de ellos, de 29 años pesaba solo 82 libras.
La pareja se declaró inocente de 37 cargos y no puede hablar con sus hijos durante los próximos tres años.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek