

JAPÓN ALCANZÓ UN NUEVO HITO MIGRATORIO ESTE AÑO, con residentes extranjeros que ya representan más del 10 por ciento de la población local en 27 municipios, según nuevas estadísticas del gobierno.
La inmigración a Japón ha aumentado drásticamente desde el fin de la pandemia de COVID-19, alcanzando un récord de 3.9 millones de residentes extranjeros, es decir, cerca del 3 por ciento de la población total hasta junio de este año.
Tokio ha flexibilizado de manera silenciosa sus reglas de visa para trabajadores en sectores clave como la manufactura, la agricultura y el cuidado de personas mayores, en respuesta a la escasez de mano de obra provocada por la baja tasa de natalidad y el desinterés creciente de los trabajadores japoneses.

Sin embargo, la llegada masiva de migrantes a una de las sociedades más homogéneas del mundo, junto con el aumento récord de turistas, ha generado una reacción pública adversa.
De las 1,892 municipalidades de Japón, en 27 ciudades, pueblos y aldeas los extranjeros ya conforman más del 10 por ciento de la población, de acuerdo con los datos publicados el domingo por el sistema nacional de registro de residentes, supervisado por el Ministerio de Asuntos Internos y Comunicaciones.
Por ejemplo, el poblado de Shimukappu encabeza la lista con 36.6 por ciento de residentes extranjeros, seguido por Akaigawa con 35.3 por ciento y el distrito de Ikuno, en Osaka, con 23.3 por ciento.
Las 27 municipalidades con mayor proporción de extranjeros incluyen zonas industriales, destinos turísticos y comunidades extranjeras establecidas desde hace tiempo, informó Kyodo News.
La primera ministra Takaichi ha prometido endurecer las políticas migratorias, aplicar restricciones a la compra de tierras por parte de extranjeros, especialmente ciudadanos chinos, y reforzar los controles fronterizos. También ha reiterado afirmaciones no comprobadas sobre un supuesto aumento del crimen entre extranjeros, aunque las estadísticas gubernamentales muestran que los delitos cometidos por no nacionales han disminuido en los últimos años.
Durante la primera reunión del nuevo Consejo Ministerial sobre Nacionales Extranjeros, Takaichi instruyó a los funcionarios a acelerar las discusiones sobre el cumplimiento de las normas de visa y las reglas de propiedad de tierras.
Jeffrey Hall, profesor de estudios japoneses en la Universidad de Estudios Internacionales de Kanda, en Chiba, escribió en X (antes Twitter): “Algunos votantes antiinmigración pueden creer que Takaichi revertirá esta tendencia, pero es muy poco probable que detenga el incremento de trabajadores extranjeros. Muchos de ellos están temporalmente en Japón, pero cada vez más están eligiendo establecerse de forma permanente”.
El Instituto Nacional de Seguridad Social y Estudios de Población de Japón estima que, para 2070, los extranjeros representarán el 10.8 por ciento de la población total del país, según informó Kyodo News.
La transformación demográfica que vive Japón plantea un dilema: cómo mantener su identidad cultural y al mismo tiempo sostener su economía en una sociedad que envejece aceleradamente. Aunque el cambio ha sido gradual y poco publicitado, la realidad muestra que Japón está abriéndose, lentamente pero sin vuelta atrás, al mundo. N