La empresa estadounidense Apple y la japonesa Epson enfrentan acusaciones legales en Francia por supuestamente acelerar el proceso de envejecimiento de sus productos para motivar a sus clientes a que compren los nuevos modelos, una práctica conocida como obsolescencia programada.
Halte à l’obsolescence programmée (HOP), una asociación de consumidores, hizo una primera demanda a Epson en septiembre y a Apple el pasado miércoles, poco después de que el gigante estadounidense admitiera que ralentizaba voluntariamente algunos modelos de sus teléfonos inteligentes.
Según HOP, la fabricante de impresoras japonesa emplea “técnicas” como “el bloqueo de las impresiones con la excusa de que los cartuchos de tinta están vacíos cuando aún les queda tinta” mientras que Apple “estableció una estrategia global de obsolescencia programada con el objetivo de aumentar sus ventas”.
Ambas empresas pueden ser demandadas desde la promulgación de una ley de 2015 que introdujo el delito de obsolescencia programada en el Derecho francés.
La semana pasada, Apple, que cada año saca a la venta un nuevo modelo de iPhone, reveló que ralentizaba voluntariamente el rendimiento de los teléfonos para “prolongar su vida”.
La decisión se tomó, según la compañía, debido al uso de baterías de ion de litio, a las que cada vez les cuesta más responder a las numerosas demandas del usuario del dispositivo a medida que va envejeciendo.
Apple ya enfrenta juicios en Estados Unidos por acusaciones de haber defraudado a usuarios de iPhone al desacelerar los dispositivos sin previo aviso para compensar el bajo rendimiento de la batería.
De acuerdo con la agenciaReuters, las empresas se arriesgan a multas de hasta el 5 por ciento de sus ventas anuales por acortar deliberadamente la vida de sus productos para estimular la demanda de reemplazarlos.