La Comisión Federal de Electricidad (CFE) es una apuesta fundamental de la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum y así lo delinean los movimientos tomados por la directora Emilia Calleja y su brazo derecho, Héctor López Villarreal, director de Operación.
La empresa, cuyo estatuto orgánico fue legalmente modificado el 2 de junio de 2025, según consta en el Diario Oficial de la Federación (DOF), enfrenta un momento clave no solo para el sector energético, sino para todo el aparato de la administración federal.
Ante las proyecciones de reacomodo en Pemex, la CFE adquiere un papel preponderante.
“Nuestro mejor evaluador va a ser la ciudadanía”, dijo hace apenas unos días Emilia Calleja, directora de la empresa, durante una reunión con la estructura operativa de la Comisión, que ahora concentra también las áreas que antes fungían como empresas subsidiaria: Transmisión, Distribución y Suministro.
Un movimiento clave fue la salida de Guillermo Nevárez, quien hasta hace unos meses estuvo a cargo de Distribución. Otras salidas que modificaron el estatus de la CFE fueron las de Miguel Reyes y Miguel López, funcionarios clave en la gestión del exdirector Manuel Bartlett.
Ahora, Héctor López Villarreal, desde Operación, y asumiendo las responsabilidades y tareas que en el sexenio pasado desempeñaron varios cuadros experimentados, delinea bajo la batuta de Calleja las encomiendas trazadas por el expresidente López Obrador y apuntaladas con las políticas trazadas por la presidenta Claudia Sheinbaum.
“Al término de esta administración, se dejará un gran legado para todos (los mexicanos)”, sostiene López Villarreal.
