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Nutella en crisis: El cambio climático eleva el precio de las avellanas y amenaza a los golosos

Publicado el 12 de agosto, 2025
Nutella en crisis: El cambio climático eleva el precio de las avellanas y amenaza a los golosos
Turquía produce más del 66% de la avellana en el mundo. (Especial)

La industria alimenticia es una de las más vulnerables ante el cambio climático.

Después del papel higiénico, el aceite de girasol y los huevos, una nueva víctima se suma a la lista de productos afectados por la escasez global: la avellana. Una inesperada helada en Turquía, el mayor productor mundial, ha reducido drásticamente la cosecha, una situación agravada por los efectos del cambio climático. Los amantes del chocolate se preparan para un golpe en su bolsillo, ya que el precio de productos como la Nutella se enfrenta a una fuerte subida, sumándose a los ya elevados costos del cacao.

Desde abril de 2025, el precio de las avellanas ha subido más del 35 por ciento, y se estima que las avellanas turcas podrían alcanzar los 10 dólares por kilo en el mercado internacional. Aunque la empresa Ferrero, productora de Nutella, ha intentado minimizar la situación, afirmando que no prevé interrupciones en el suministro gracias a su estrategia de abastecimiento, la realidad del mercado es otra.

EL ‘DOLOR DE CABEZA’ DE NUTELLA Y EL IMPACTO GLOBAL

Las avellanas representan alrededor del 13 por ciento de la receta de Nutella, y Ferrero utiliza aproximadamente una cuarta parte del suministro mundial. Con millones de tarros vendidos cada año, cualquier aumento en el precio de este ingrediente clave tiene un impacto directo en los costos de producción y, en última instancia, podría ser trasladado al consumidor. Los analistas advierten que la escasez podría obligar a los productores a reformular sus dulces y a subir sus precios.

Según el Consejo Internacional de Frutos Secos y Frutas Deshidratadas (INC), las heladas en Turquía han reducido la previsión de la cosecha en casi un 22 por ciento. Si bien las estimaciones iniciales eran aún más pesimistas, la pérdida de 167,000 toneladas de avellanas es un golpe significativo.

UN FUTURO INCIERTO PARA LOS FRUTOS SECOS

La crisis ha obligado a las grandes empresas a buscar alternativas en países como Chile, Georgia y Estados Unidos para reducir su dependencia de Turquía. Sin embargo, aumentar la producción de avellanas no es una solución a corto plazo, ya que los árboles tardan entre 5 y 7 años en madurar.

Además de la crisis climática, otros factores han contribuido a la escasez. La tardanza de Turquía en anunciar un precio base para las avellanas el año pasado dejó un vacío que fue aprovechado por especuladores y exportadores. Esta incertidumbre generó compras motivadas por el pánico, lo que, a su vez, provocó que los agricultores retuvieran sus existencias, reduciendo aún más la oferta y disparando el precio.

La escasez de avellanas es un recordatorio de la fragilidad de los sectores agrícolas ante el cambio climático. Las heladas inesperadas y los fenómenos meteorológicos impredecibles amenazan la producción de avellanas, almendras y nueces a nivel mundial. N

(Con información de DW)

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