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SOBRE LAS CAPACIDADES DE ESTADO

Publicado el 10 de agosto, 2025
Mario Vignettes/ Columnista Newsweek En Español
Mario Vignettes / Columnista Newsweek En Español

Leer, escribir, hablar y vivir en Español es un gusto que comparto con millones. A pesar de la amplitud de su léxico, nuestro idioma global carece de traducción idónea de «statecraft», quizá por razones culturales e históricas. Esa voz inglesa equivale lejanamente a «desarrollo de capacidades de Estado».

Acepciones. En el ámbito internacional «statecraft» implica la capacidad de un Estado para influir en otro y alcanzar sus objetivos a través de la diplomacia, la cooperación, la negociación, pero también la retorsión. Es decir, una acción poco amistosa pero legal, en represalia por un acto similar previo. Decisiones típicas son: la imposición de aranceles como reacción frente a un Estado; la suspensión de relaciones en respuesta a la toma de una sede diplomática; el endurecimiento de la aplicación de la ley nacional a extranjeros residentes en un grado similar al impuesto a nuestros connacionales migrantes.

En el plano doméstico «statecraft» se refiere a la habilidad para tomar decisiones informadas, racionales, oportunas y efectivas que beneficien a la población en general, que identifiquen o que preserven el territorio en sentido amplio, el desarrollo sustentable o la gobernabilidad. Un valioso activo para lograrlo es una administración pública profesional, meritocrática, capacitada, sujeta a rendición de cuentas y al escrutinio público vía prensa libre, leyes de transparencia y organizaciones de la sociedad civil. Justo lo que va desapareciendo aquí y en cada punto cardinal. «Statecraft» sugiere la ejecución de estrategias para alcanzar objetivos realmente nacionales al evaluar coyunturas de inseguridad geopolítica o inestabilidad geoeconómica. Son los servicios de inteligencia estratégica y los gabinetes especializados, los colectivos llamados a cumplir dicha misión. Al hacerlo en un Estado de Derecho, apoyan a la élite gobernante en turno, pero poniendo límites institucionales a sus ocurrencias, a sus temores y apetitos, a sus cómplices y a sus intereses particulares. «Statecraft» denota procesos de institucionalización del ejercicio del poder público mediante la instauración de procedimientos, protocolos y guías técnicas que deben observarse uniformemente. En fin, se refiere al conjunto de procesos gubernamentales normalizados y orientados a crear o aprovechar capacidades, habilidades prácticas, procesos administrativos y límites legales útiles para gestionar los asuntos de Estado, tanto a nivel doméstico como internacional.

Soberanía y capacidad de Estado. Todo queda subyugado ante el ejercicio irracional del poder, frente a la hybris. Es imposible respaldar cualquier declaración pública con tintes nacionalistas, si se carece de capacidades para sostenerla al momento de la presión internacional o doméstica. Un «Estado fuerte» es equivalente a Estado represor solo en la mente de un resentido social. Muy por el contrario, un «Estado fuerte» es aquel que ha generado capacidades en todos los ámbitos de la res publica. Ese es el mejor blindaje ante las catástrofes naturales o las de origen humano. Está a la vista que un Estado incapaz, lastra el desarrollo de las generaciones futuras, ya que mientras más torpe o irracional sea la decisión tomada por el cacique de hoy,mayor será la permanencia de sus consecuencias lacerantes en el tiempo. Deuda y déficit públicos son síntomas de incapacidad gubernamental. Parálisis ante el hegemón, muerte prematura y baja colateral también.Percepción de inseguridad e índice de impunidad son métricas que diagnostican la debilidad institucional.

Según la fórmula clásica de Bodin, soberanía es el «poder absoluto y perpetuo de una República» (Los seis libros de la República, 1576). Absoluto no porque se imponga a todos los habitantes, como creyó Luis XVI hasta perder la cabeza, sino porque resuelve todas las contingencias que puedan surgir durante la vida de una Nación. Perpetuo, no porque sea inamovible por mil años, como creyó Hitler hasta que contrajo matrimonio, sino porque se renueva iterativamente con cada generación de ciudadanos. Carré de Malberg postula que soberanía es la independencia en el exterior y la absoluta superioridad al interior del Estado(Teoría General del Estado, 1875). Correcto, pero la independencia y la autodeterminación formales no significan nada en el plano de la práctica del poder, sin las capacidades institucionales para darles contenido y credibilidad. Una de las grandes tendencias occidentales es la precarización del servicio público. Los nietos de los electores actuales lo pagarán con sangre. Y es que igualdad, salud, bienestar, educación, inclusión, seguridad y tolerancia, son bienes públicos que el Estado está obligado a ofrecer a su población, pero como resultado de invertir impuestos con un sentido de «statecraft» en ciencia, tecnología, desarrollo administrativo, etc.

Conclusión. «Statecraft» implica entonces convertir a contra pelo a un candidato en gobernante, y si éste fuera prudente y juicioso, incluso transformarlo en estadista. Ello se ve muy poco en estos días, porque la baja calidad del liderazgo simplemente no lo permite. Podemos identificar ya un círculo vicioso que inicia con diezmar a la Administración Pública, sigue con perder capacidades de Estado para aprovecharlo en beneficio propio y termina con la debilidad del Estado que se gobierna por interpósita persona. Parece contradictorio que el aparato que institucionaliza el ejercicio del poder público sea la primera línea de defensa que tiene un pueblo frente a un líder frívolo o corrupto, temeroso o mezquino, controlado por la delincuencia o la oligarquía, víctima de su ideología o antecedentes mentales insanos, extorsionado por quienes le facilitaron medios para su degradación moral. No es casual entonces que los gobiernos autoritarios debiliten también al Poder Judicial, última línea de defensa republicana. N

Mario Vignettes es Doctor en Derecho Internacional (Cédula 4258715), egresado BITAC DHS, analista estratégico (EC0329 folio 3728223) y educador.

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