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La Universidad Panamericana arranca el ciclo 2025-2026 en Aguascalientes

Publicado el 18 de agosto, 2025
La Universidad Panamericana arranca el ciclo 2025-2026 en Aguascalientes

La Universidad Panamericana campus Aguascalientes celebró esta mañana su Ceremonia de Apertura de Cursos para el ciclo escolar 2025-2026, un acto académico que reunió a autoridades universitarias, docentes, alumnos y personal administrativo para dar inicio formal a las actividades. El evento incluyó el tradicional toque de campana y la Oración de Consagración al Espíritu Santo, que afirma el espíritu y los valores que distinguen a la institución.

Un inicio con visión y raíces firmes

En su mensaje, el Mtro. Antonio de los Reyes Moreno, rector del campus, destacó que el lema institucional Ubi spiritus, libertas, latín para “Donde está el espíritu, hay libertad”, es mucho más que una frase, es la brújula que guía el quehacer universitario.

En un mundo de cambios acelerados, adaptarse no significa perder la identidad. Es crecer sin dejar de ser auténticos. Aquí vinieron a formarse como personas completas, con cabeza, corazón y manos”, señaló, invitando a los estudiantes a vivir su etapa universitaria con entrega, convicción y pasión.

Asimismo, recordó que el escudo universitario, con el roble y las virtudes de prudencia, justicia, fortaleza y templanza, refleja los principios que la Universidad Panamericana busca inspirar en sus alumnos para que puedan ejercer un liderazgo con sentido humano y compromiso social.

Simbolismos que distinguen a la UP

La ceremonia incluyó elementos distintivos que forman parte de la identidad de la Universidad Panamericana. Entre ellos, el cortejo académico, el uso de vestimenta y colores representativos, y la participación conjunta de autoridades, docentes y alumnos como expresión de comunidad universitaria. Estos símbolos evocan la tradición académica internacional y reflejan la misión institucional de unir el rigor académico con la formación integral.

La identidad universitaria ante un cambio de época

En su intervención, la Dra. Fernanda Llergo Bay, Rectora General de la Universidad Panamericana y del IPADE, subrayó que la universidad es mucho más que un lugar para aprender técnicas o adquirir un título profesional: es un espacio de encuentro, de transformación personal y de construcción comunitaria.

Debemos redefinirnos sin perder nuestra esencia. El gran reto es armonizar la tradición que nos da identidad con la innovación que nos exige el siglo XXI. No se trata de elegir entre una u otra, sino de integrarlas para servir mejor a nuestros alumnos”, afirmó.

La Rectora invitó a toda la comunidad universitaria a preservar el carácter humanista de la UP, fomentar el pensamiento crítico y mantener el servicio como rasgo distintivo de su identidad.

Cabeza, corazón y manos: la transformación como viaje

El invitado especial, Álvaro González Alorda, socio director de emêrgap y experto en transformación organizacional, compartió las claves para el desarrollo personal y el liderazgo auténtico, basadas en su libro Cabeza, corazón y manos.

La verdadera transformación empresarial comienza con la transformación personal: desarrollar hábitos, construir carácter y cultivar una dieta intelectual rica para ejercer un liderazgo con propósito”.

González Alorda insistió en que cada persona es protagonista de su propio desarrollo, y que el mentoring, el feedback y la formación continua son esenciales para impulsar cambios significativos tanto en la vida profesional como en la personal.

Un mensaje de fe y compromiso

Durante la misa que precedió a la ceremonia, el Pbro. Luis Felipe Quesada Pérez, capellán mayor del campus, recordó que el inicio de un nuevo ciclo académico es también una oportunidad para abrirse a la acción del Espíritu Santo.

Queremos que ese soplo de Dios, esa vitalidad divina, sea la que estructure todo nuestro trabajo de este año. No trabajemos como esclavos, sino como hijos, con el deseo de hacer crecer lo más valioso que tenemos como universidad: las personas”, señaló.

Invitó a docentes y alumnos a vivir su labor y estudio con sentido profundo, reconociendo que cada uno es llamado a contribuir al bien común desde sus talentos y responsabilidades.

Un ciclo para crecer y servir

La ceremonia concluyó con la Oración de Consagración al Espíritu Santo por parte del capellán, en la que la comunidad universitaria encomendó el trabajo del año a Dios, a la vez de pedir fortaleza, sabiduría y generosidad para vivir la misión educativa con integridad y excelencia.

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