El divorcio no solo impacta a la pareja, sino también a los hijos, especialmente cuando son pequeños. Sus efectos pueden variar según la edad, el contexto familiar y la forma en que se maneje la separación. En ese tenor, un nuevo estudio revela que los niños, de cinco años o menos, tienen un mayor riesgo de morir de forma prematura cuando sus padres se divorcian.
La investigación, realizada por el profesor Nolan Pope (Universidad de Maryland), Andrew C. Johnston (Universidad de California en Merced) y Maggie R. Jones (Oficina del Censo de Estado Unidos.), afirma que los menores que experimentan la separación de sus padres en los primeros años de vida enfrentan múltiples desventajas a lo largo del tiempo.
Entre ellas se encuentran menores ingresos en la adultez, mayor probabilidad de embarazo adolescente, encarcelamiento y una esperanza de vida más corta. Los investigadores señalan que estas consecuencias están estrechamente vinculadas con el impacto que el divorcio tiene en la dinámica familiar.
Tras la separación, los vínculos con ambos padres suelen debilitarse, los ingresos del hogar se reducen y el progenitor a cargo suele trabajar más horas. Además, los niños se mudan con mayor frecuencia y establecen en zonas con menos recursos. Estas condiciones crean un entorno más difícil para los hijos, tanto a nivel social como económico.
“Estos cambios en la vida familiar revelan que, más que un shock legal aislado, el divorcio representa un conjunto de tratamientos —que incluyen pérdida de ingresos, cambios de vecindario y reestructuración familiar— cada uno de los cuales podría afectar el futuro de los infantes”, dicen los autores.
CÓMO IMPACTA EL DIVORCIO EN LOS HIJOS
Para obtener los resultados, los investigadores vincularon datos de más de 5 millones de niños nacidos entre 1988 y 1993 provenientes de registros fiscales federales, la Administración del Seguro Social y la Oficina del Censo de Estados Unidos. Esto les permitió comparar a hermanos con diferentes periodos de exposición al mismo divorcio.
Como era de esperar, se observó una disminución de los ingresos familiares de aproximadamente un 50 por ciento, cuando las familias se dividían. Sin embargo, el estudio también arrojó que estos hogares solo pudieron recuperar aproximadamente la mitad de la pérdida inicial de ingresos en la década posterior al divorcio.
De igual manera, se descubrió que la probabilidad de mudarse casi se triplicaba tras un divorcio, ya que las familias se reubicaban en zonas con menores ingresos. La mitad de los padres también se volvieron a casar dentro de los cinco años posteriores al divorcio, lo que introdujo a los padrastros en la vida de sus hijos y, como resultado, sumó más personas dependientes al hogar.
El trabajo de investigación también identificó cómo muchos aspectos de la vida familiar cambian como resultado del divorcio. Se descubrió que las madres trabajan un 8 por ciento más de horas, mientras que los padres, un 16 por ciento.
Sin embargo, las estadísticas más preocupantes del estudio se centraron en el impacto del divorcio en los hijos menores de cinco años cuando sus padres se separan. Si bien se descubrió que la disminución de las finanzas familiares afectaba los resultados educativos, aún más preocupantes fueron los datos que mostraban que el divorcio de los padres antes de los cinco años aumentaba los embarazos adolescentes en aproximadamente un 60 por ciento y la mortalidad en hasta un 55 por ciento.
ENFERMEDADES Y CONDUCTAS EN LOS NIÑOS CON PADRES DIVORCIADOS
Los autores desearon destacar que el estudio no ofrecía ninguna perspectiva sobre el impacto de permanecer en un matrimonio dañino o infeliz y que los hallazgos ofrecen una visión generalizada sobre el tema.
“Por lo tanto, no quisiera que nuestros resultados disuadieran a alguien que vive en una relación abusiva o altamente dañina de buscar ayuda y potencialmente divorciarse. Existen muchas dimensiones adicionales del divorcio —en particular, el impacto en la vida y la felicidad de los padres— que nuestro estudio no puede abordar, y que también son importantes a la hora de tomar decisiones sobre el divorcio”, comenta Pope.
Los hallazgos coinciden con los de un estudio de 2017 que encontró que los niños cuyos padres se divorcian tenían más probabilidades de experimentar episodios frecuentes de enfermedad cuando eran adultos. En 2014, otra investigación reveló que la separación de los padres puede aumentar los problemas de conducta en los niños (especialmente en aquellos de cinco años o menos), pero sobre todo en familias de altos ingresos, no en las de bajos ingresos. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)