En medio de un creciente clima de tensión social en Mazatlán por la percepción de gentrificación impulsada por extranjeros, una manifestación ciudadana escaló en las últimas horas frente a un domicilio ubicado sobre la Avenida Cruz Lizárraga. Lo que parecía ser una protesta contra un ciudadano estadounidense terminó siendo un caso de confusión e injustificado hostigamiento, según relató José Ignacio Lizárraga Pérez, propietario del inmueble y residente de toda la vida en el puerto sinaloense.
“No soy gringo ni quiero serlo. Soy mazatleco, tengo 78 años y mi familia ha vivido aquí por generaciones”, dijo Lizárraga en entrevista telefónica con el diario Noroeste, mientras en el fondo se escuchaban golpes en las puertas de su casa.
El incidente refleja un fenómeno que ha tomado fuerza en los últimos meses: la creciente tensión entre residentes locales, extranjeros avecindados en el puerto y trabajadores de obras en zonas de alta plusvalía. Este caldo de cultivo mezcla la aversión de la gente local por la gentrificación, el miedo al narco y sus actividades, así como las actitudes groseras de los extranjeros —mayormente estadounidenses— que visitan Mazatlán.
UNA PROTESTA ALIMENTADA POR LA DESINFORMACIÓN
De acuerdo con el testimonio de Lizárraga al rotativo sinaloense, todo comenzó cuando pidió a los trabajadores de una torre en construcción que se movieran de la entrada de su casa para no bloquear el acceso. “He convivido con ellos por años. Solo les pedí que se recorrieran un poco para poder recibir paquetería y permitir el paso de mis clientes”, relató.
Es un gringo pendejo que corre a los trabajadores que se atreven a sentarse para comer su almuerzo en la jardinera que está en la banqueta de dónde reside.
La ubicación es la Avenida Cruz Lizárraga 504 en Mazatlán, Sinaloa.
Ya cómo me cansan estos hijos de puta que se sienten… pic.twitter.com/MJIsyXgF8Y
— Lupis2080 (@Lupis191919) April 22, 2025
Es impresionante cómo una mentira puede detonar un fenómeno social de esta magnitud.
Sin embargo, un video grabado durante esta interacción fue publicado en redes sociales con una narrativa falsa: que un estadounidense estaba agrediendo a trabajadores mexicanos. La historia se viralizó rápidamente, generando indignación y provocando que un grupo de personas se manifestara directamente frente a su domicilio, incluso dañando su propiedad sin la intervención de las autoridades.
“Es impresionante cómo una mentira puede detonar un fenómeno social de esta magnitud. Yo estudié Filosofía, y esto es un ejemplo claro del poder de los discursos virales, del bulo que se vuelve verdad por repetición”, explicó. A pesar de los daños y la tensión, Lizárraga ha optado por no presentar una denuncia formal, aunque considera que la omisión de las autoridades municipales agrava el problema.
🔵🔴 Se le armó al gringo en #Mazatlán 🤣 Decenas de personas se reunieron afuera de la casa del extranjero que quitó de su banqueta a un trabajador, solo por estar comiendo. Hicieron carnita asada, pusieron música y hasta le aventaron huevos a su casa 😱🤣 #SVNNoticias pic.twitter.com/BGb48Cg9r3
— Sonora Visión Noticias (@SVNNoticias) April 24, 2025
El residente afectado se encuentra preocupado por posibles afectaciones o agresiones hacia su persona, sin embargo, no se habla del espacio que debería asignar la constructora para que los trabajadores puedan tomar sus alimentos y descansar en el periodo que les corresponda.
MAZATLÁN: OBRAS, GENTRIFICACIÓN E INSEGURIDAD
El caso de Lizárraga Pérez no es aislado. En diversas zonas del puerto, como el Centro Histórico, Olas Altas y Lomas de Mazatlán, la construcción de torres residenciales para extranjeros ha generado molestias entre vecinos, desde ruidos constantes hasta afectaciones viales y acumulación de escombros. La falta de regulación efectiva ha incrementado el malestar, y en algunos casos, como este, ha derivado en acciones hostiles dirigidas a personas equivocadas.
Entre las preocupaciones del residente afectado apunta: “Vienen muchos clientes míos, yo tengo mi oficina aquí en mi casa y no pueden entrar porque les da miedo, no saben quién está, más como están las cosas en Sinaloa, y proveedores y muchas personas y eso, yo no veo la razón por la que debo yo soportar una situación así, ¿verdad?”, declaró al diario Noroeste.
MAZATLECOS AL GRITO DE BANDA
Mientras Mazatlán se convierte en un imán turístico y de retiro para ciudadanos estadounidenses, casos como este evidencian la necesidad urgente de regular el crecimiento urbano y controlar la narrativa pública para evitar conflictos mal fundamentados, mismos que no son nuevos y atrajeron la atención internacional por confrontar los extranjeros con uno de sus patrimonios más queridos: la música de banda.
La tradicional música de banda, símbolo sonoro del Pacífico mexicano, se mantuvo en la mira de los hoteleros en Mazatlán. Un grupo de empresarios del sector turístico ha solicitado restringir las presentaciones de músicos en la playa, alegando que el volumen y el estilo “incomodan” a los turistas, principalmente estadounidenses. La petición ha sido criticada por priorizar intereses económicos por encima de la identidad cultural y de la economía local.
🇲🇽🎺 ¡La banda no perdona! Gringo en Mazatlán recibe serenata incómoda. ¿Venganza cultural o simple humor? 🤔 🔄 Rt si estás del lado de la banda. ❤️ #Viral #Mazatlán #BandaSinaloense pic.twitter.com/2g8DqqJQVG
— Por qué es tendencia en RevuTJ (@RevuTJ) January 22, 2025
La controversia alcanzó su punto álgido cuando decenas de músicos marcharon por las calles del puerto en una manifestación sin precedentes para defender su fuente de empleo. La jornada, cargada de tensión, incluyó un insólito enfrentamiento con elementos policiales, mientras las notas de la banda seguían sonando de fondo. La escena, casi salida de una ficción, evidencia el choque entre dos modelos de ciudad: uno que apuesta por la homogeneización turística y otro que defiende su arraigo cultural.
“Esto no se trata de extranjeros contra mexicanos. Se trata de respeto, de verdad y de responsabilidad social por parte de quienes construyen y gobiernan”, concluyó Lizárraga.
Esto forma parte de los fenómenos virales que no dan margen a la verificación, pero sí a la reacción inmediata sin información crítica. N