¿Sabes cuánto dura un día en otros planetas? En el caso de Urano, un gigante helado reconocido por su tono azul, un día equivale a 17 horas, 14 minutos y 52 segundos, según un reciente estudio astronómico.
Esta nueva estimación es 28 segundos más larga que la calculada por la sonda Voyager 2 de la NASA durante su paso por el planeta en 1986. Lo impresionante es que ahora la medición es 1,000 veces más precisa, gracias a una década de observaciones realizadas con el telescopio espacial Hubble, operado por la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA).
Los datos a largo plazo sobre las emisiones aurorales del planeta permitieron a los investigadores rastrear las posiciones de los polos magnéticos del planeta y, por extensión, su tasa de rotación interna. El estudio, publicado en Nature Astronomy, fue dirigido por el astrónomo Laurent Lamy del Observatorio de París en Francia.
“Nuestra medición no solo proporciona una referencia esencial para la comunidad científica planetaria, sino que también resuelve un problema de larga data“, afirmó Lamy en un comunicado.
Y agregó: “Los sistemas de coordenadas anteriores, basados en periodos de rotación obsoletos, rápidamente se volvieron inexactos, lo que hizo imposible rastrear los polos magnéticos de Urano a lo largo del tiempo. Con este nuevo sistema de longitud, ahora podemos comparar observaciones aurorales de casi 40 años e incluso planificar la próxima misión a Urano”.
Te puede interesar: El asteroide que se impactaría contra la Tierra en 2032 ahora amenaza a la Luna
LAS AURORAS ÚNICAS DE URANO
En la Tierra, la aurora se forma cuando las partículas del viento solar excitan los átomos en la atmósfera superior, provocando que brillen. Las auroras, que aparecen como cortinas de luz que trazan las líneas del campo geomagnético, varían de color dependiendo de la especie particular de átomos que se excitan.
Como la composición atmosférica de la Tierra está dominada por el oxígeno y el nitrógeno, las auroras tienden a emitir un tono verde (del primero) o una luz azul-rosa-violeta (del segundo).
Sin embargo, a diferencia de las auroras que conocemos aquí en la Tierra —o incluso de las que se ven en Júpiter o Saturno—, las producidas en Urano se comportan de una manera única.
No solo aparecen en el infrarrojo y el ultravioleta, a diferencia de las emisiones visibles en la Tierra, sino que además no se alinean con los polos del planeta. Esto se debe a que el gigante de hielo tiene un campo magnético muy inclinado, es decir, significativamente desplazado del eje de rotación del planeta.
“Las observaciones continuas del Hubble fueron cruciales. Sin esta riqueza de datos, habría sido imposible detectar la señal periódica con la precisión que logramos”, apuntó Lamy. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)