Correr largas distancias mejora la capacidad cardiovascular, fortalece los músculos, reduce el estrés y aumenta la longevidad, pero ¿qué efecto tiene en nuestro cerebro? De acuerdo con una nueva investigación, completar un maratón (distancia de 42 kilómetros) reduce la mielina en el cerebro, una sustancia blanquecina que recubre las neuronas y les permite un adecuado funcionamiento.
El estudio, publicado en la revista Nature Metabolism, plantea que el cerebro humano podría utilizar parte de su propia estructura, la mielina, como fuente de energía cuando es sometido a un ejercicio físico extremo. Sin embargo, este vuele a la normalidad en un periodo de dos a ocho semanas después de una carrera extenuante.
“Los escáneres sugieren que los niveles de la sustancia aislante, llamada mielina, disminuyeron en las áreas del cerebro involucradas en el control motor y el procesamiento sensorial y emocional después de estos agotadores esfuerzos, solo para volver a la normalidad al cabo de dos meses”, refiere Nature.
En palabras de Carlos Matute, neurocientífico de la Universidad del País Vasco en Leioa, España, y quien dirigió la investigación, aunque la idea de la mielina como fuente de energía no es completamente nueva, “nadie había pensado en examinar qué ocurría en el caso de los corredores, en el cerebro de una persona que realiza un maratón”.
UN ESTUDIO APLICADO EN VARIOS MARATONISTAS
La idea del artículo surgió de Matute, quien ha corrido 18 maratones en su vida y se preguntó cómo las personas son capaces de completar carreras tan exigentes. Dada la abundancia de mielina en el cerebro (comprende hasta 40 por ciento del peso del sistema nervioso central) y su composición grasa, el especialista se planteó si el cerebro podría usar esta sustancia estratégicamente, permitiéndole activarse cuando otras fuentes de energía son escasas.
Para responder a estas inquietudes, su equipo utilizó resonancia magnética (RM) para escanear el cerebro de 10 corredores (ocho hombres y dos mujeres) durante las 48 horas previas y posteriores a su participación en varios maratones en España en 2022 y 2023. Los autores descubrieron que los niveles de mielina eran significativamente más bajos en 12 regiones cerebrales después de la carrera, en comparación con antes.
Las áreas afectadas intervienen en la coordinación motora, la percepción sensorial y las emociones, y son regiones que se espera que estén activas durante un maratón, afirma Matute.
“Sentimos muchas cosas durante la carrera y tenemos que hablarnos bastante para continuar”, dice en un comunicado.
Los investigadores volvieron a tomar imágenes cerebrales de algunos corredores semanas y meses después de las carreras. Observaron que se había producido cierta remielinización después de dos semanas y que los niveles de mielina se habían recuperado por completo después de dos meses.
“LA PÉRDIDA TEMPORAL DE MIELINA EN EL CEREBRO, DESPUÉS DE UN MARATÓN, NO ES ALGO QUE DEBA PREOCUPARNOS”
No obstante, Matute aclara que la reducción temporal de la mielina sería mayor en las personas con poco entrenamiento que en los ultracorredores, individuos que realizan carreras más largas que los 42 kilómetros que componen un maratón.
“La pérdida temporal de mielina después de una carrera no es algo que deba preocupar a los corredores, el efecto es muy pequeño o inexistente. No hay cambios significativos en la función cerebral (…) El uso y la reposición de mielina son beneficiosos porque ejercitan la maquinaria metabólica del cerebro”, afirma.
Como la pérdida de mielina es una característica de trastornos neurológicos como la esclerosis múltiple, Matute espera que el hallazgo de su uso como fuente de energía ayude a desarrollar nuevos enfoques médicos para el manejo de estas enfermedades. “Quizás podríamos obtener pistas para posibles tratamientos si comprendemos qué sucede en los corredores”, agrega. N