En México, la participación de las de las mujeres en las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés) sigue siendo baja a pesar del incremento en la matrícula femenina en estas disciplinas. Según datos del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), las mujeres ocupan alrededor de 13 por ciento de los empleos en STEM, a pesar de que 38 por ciento de los
estudiantes en estas áreas son mujeres, según Unicef. La transición de la educación al mercado laboral sigue
siendo un desafío, lo que refleja la persistente brecha de género en estos sectores.
Ante esta problemática, el British Council ha desarrollado iniciativas de cooperación internacional para impulsar la participación de mujeres mexicanas en STEM, proporcionando oportunidades de formación y especialización en universidades de alto prestigio en el Reino Unido.
LA EQUIDAD EN STEM
El British Council, con 90 años de existencia y presencia en más de 100 países, trabaja en la cooperación internacional en educación superior, enseñanza de idiomas y arte y cultura. Isabel Gil, directora de Cooperación Cultural y Educativa y jefa de Artes del British Council en México, señala que la organización tiene como meta ofrecer oportunidades equitativas a mujeres en todo el país, sin limitarse a las principales ciudades.
Nuestra estrategia es llegar a las mujeres con mejor preparación en cada región.
“Buscamos a las mexicanas más aptas para aplicar a programas y maestrías STEM. Existen universidades públicas y privadas en toda la república donde pueden capacitarse, y nuestra estrategia es llegar a las mujeres con mejor preparación en cada región”, menciona Gil. Una de las iniciativas clave en esta labor es la alianza con empresas privadas, a través de la cual se ofrecen diez becas para estudiar en las universidades de Durham y de Essex, en el
Reino Unido. Estas becas cubren matrícula, estipendio para manutención, costos de viaje, visa y cobertura de salud. Las postulaciones se realizan por medio del sitio oficial de becas del British Council y las postulaciones se cierran el 30 de abril para Durham y el 15 de abril para Essex.
HISTORIAS DE MUJERES MEXICANAS EN STEM
El impacto de estas becas puede verse reflejado en historias como la de Luisana Barrios Rentería, quien logró superar barreras sociales y culturales para estudiar Economía y Gestión Ambiental en la Universidad de York. Originaria de Ures, Sonora, una comunidad con roles de género tradicionales, Luisana enfrentó dificultades desde su infancia. “Crecí en una familia donde las mujeres se dedicaban a los roles domésticos. Desde muy pequeña me
pregunté cuáles eran mis opciones y cuestioné el rol tradicional de la mujer en mi comunidad. Me di cuenta de que quería algo distinto para mí”, relata Luisana.
Desde muy pequeña me pregunté cuáles eran mis opciones y cuestioné el rol tradicional de la mujer en mi comunidad.

Ambiental en la Universidad de York.
Por su parte, Gabriela Beltrán Mireles encontró inspiración en su experiencia laboral temprana. Tras hacer prácticas en una empresa automotriz, en Aguascalientes, a los 16 años fue testigo de la poca representación femenina en su área de interés. “Yo era la única mujer en el área de mantenimiento, pero conocí a una ingeniera llamada Tara, quien me dijo: ‘Sigue preparándote para que cada vez seamos más mujeres en este espacio’”, recuerda Gabriela. Inspirada por esas palabras, continuó su formación en ingeniería mecatrónica y luego obtuvo una maestría en Electrificación Automotriz Sustentable en la Universidad de Warwick.
‘Sigue preparándote para que cada vez seamos más mujeres en este espacio’.
IMPACTO DEL MODELO EDUCATIVO BRITÁNICO
Estudiar en el Reino Unido ha significado para estas mujeres un cambio en su forma de trabajar y enfrentar retos académicos. “En mi posgrado el sistema era muy exigente: una materia por mes, con una semana teórica y tres semanas de trabajo en un ensayo. Cada palabra en nuestros textos debía tener un propósito claro”, explica Gabriela.

en Reino Unido, haciéndose de un puesto más competitivo y de mejores ingresos.
La experiencia también transformó sus habilidades de comunicación y negociación en un contexto global.
“Aprendí a negociar de igual a igual con colegas europeos y a desenvolverme con confianza en inglés como profesional”, destaca Gabriela. Para Luisana, la estructura del posgrado también representó un reto, pero contar con el respaldo de la beca fue clave, especialmente como madre soltera. “La responsable de la beca me ayudó en todo, desde encontrar alojamiento hasta gestionar la escuela de mi hijo y una familia británica de acogida”, comenta Luisana.
EL FUTURO DE LAS MUJERES EN STEM EN MÉXICO
El impacto de estas experiencias no solo beneficia a las becarias, sino que también inspira a nuevas generaciones de niñas y jóvenes a considerar carreras en STEM. Tanto Luisana como Gabriela han asumido el papel de mentoras en sus comunidades en Hermosillo y Aguascalientes, respectivamente.
“Las mujeres en estos puestos de toma de decisiones nos marcan a muchas. Yo recuerdo el papel de Alicia Bárcenas como directora de la Cepal, yo la quería en la Universidad de Sonora, pero empezó con ella”,
apunta Barrios.
“Es crucial fomentar mentorías desde niveles básicos de educación para que las niñas vean que pueden formar parte de estos espacios”, enfatiza Luisana. Para Gabriela, la clave está en generar más redes de apoyo y continuar impulsando iniciativas que permitan a más mujeres acceder a educación superior en ciencia y tecnología. “Cada vez que una mujer entra a STEM se abren puertas para muchas más”, concluye.
Iniciativas como esta, con su compromiso con la equidad en STEM, continúan abriendo caminos para que más mujeres mexicanas accedan a una educación de alto nivel, eliminando barreras y promoviendo un futuro más igualitario en la ciencia y la tecnología. N