Jimmy Carter, el 39º presidente de Estados Unidos, falleció este domingo a los 100 años en su hogar de Plains, Georgia. Reconocido por su liderazgo entre 1977 y 1981, Carter dejó un legado como defensor de la paz y los derechos humanos. Su fundación, el Centro Carter, confirmó que murió pacíficamente, rodeado de su familia.
Un legado de paz y servicio
Carter, quien ganó el Premio Nobel de la Paz en 2002, fue una figura clave en la política internacional. Durante su mandato, impulsó los históricos Acuerdos de Camp David, que llevaron a la firma del tratado de paz entre Israel y Egipto en 1979. Sin embargo, su gestión también enfrentó desafíos, como la crisis de rehenes en Irán, que marcó su presidencia.
Tras dejar la Casa Blanca, Carter dedicó su vida al activismo y la filantropía. Fundó el Centro Carter en 1982, promoviendo la salud, el desarrollo y la resolución de conflictos. Además, fue un incansable observador electoral en países como México, Venezuela y Timor Oriental.
Una vida de trabajo y fe
Carter, un hombre profundamente cristiano, también destacó por su labor con Habitat for Humanity, construyendo viviendas incluso en su novena década. Gobernador de Georgia antes de ser presidente, siempre defendió los valores del servicio público y el altruismo.
En 2015, Carter sobrevivió a un cáncer cerebral y vivió sus últimos años en compañía de su familia, recibiendo cuidados paliativos desde febrero de 2023. Su esposa Rosalynn, con quien compartió 77 años de matrimonio, falleció en noviembre de 2023.
Una figura histórica
Carter fue el presidente más longevo en la historia de Estados Unidos y el primero en alcanzar los 95 años. Aunque se alejó de la vida pública en sus últimos años, su legado como líder global y defensor de la humanidad perdura.
Jimmy Carter deja un impacto imborrable, recordado por sus esfuerzos incansables por la paz y su compromiso con las causas sociales. En Plains, su localidad natal, ya se han iniciado homenajes florales en su memoria. N
(Con información de AFP)